Neum 2000

19. - 24. 03. 2000.

Dr. fra Franjo Vidovic: LOS PROFETAS EN LA SAGRADA ESCRITURA Y EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA
O. Sabino Palumbieri: LA IGLESIA ANTE EL MUNDO DE HOY UNA TIENDA ASENTADA EN LOS UMBRALES DEL MILENIO
Alfons Sarrach: MEÐUGORJE B EL A TERCER OJO @ REGALADO


Los conferenciantes en este seminario serán:

Fr. Franjo Vidovic, nacido el 19 de febrero de 1960 en Crnkovci, Osijek, Croacia. Terminó la escuela primaria en 1975 en Zagreb. En junio de 1979, terminó la escuela secundaria franciscana en Visoko. En 15.07.1979. entró al noviciado de la provincia franciscana de Herzegovina en Mostar. De 1980 a 1984 estuvo en la prisión de Zenica condenado por "actividad anticomunista". Cursó los estudios de Filosofía y Teología y se graduó en 1987, y en 1992 obtuvo su maestría en teología en la Universidad de Augsburg. En 1991 y 1992 realizó actividad pastoral en Herzegovina (monasterio Humac). Durante el ano 1992 fue capellán militar en el ejercito croata. En 1997 obtuvo su doctorado en el campo de la teología bíblica, en la Universidad de Graz, Austria. Actualmente realiza su actividad pastoral en Weissenstein. Está preparando un trabajo para un nuevo doctorado y ensena Teología Bíblica del Nuevo Testamento en la Facultad de Filosofía de la Orden de los Jesuitas de Zagreb.

Sabino Palumbieri nació en Lavello (Potenza) en 1934. Es miembro de la Congregación de los Padres Salesianos. Fue ordenado sacerdote en 1961. Se graduó en la Facultad de Filosofía y Teología, y obtuvo su doctorado en el campo de la antropología. Actualmente trabaja como profesor en la Universidad Papal Salesiana (UPS). Ensayista y periodista, escribe desde un punto de vista antropológico numerosos estudios sobre fuentes importantes para los acontecimientos de nuestro tiempo. Es fundador de la asociación "TR-2000" (Testigos de la Resurrección para el Jubileo 2000), es organizador de movimientos nacionales con relaciones culturales y actividades humanístico-cristianas recíprocas. Es organizador de una nueva forma de devoción popular entre la gente, "Via Lucis" (Camino de luz) que se difunde por todo el mundo.

Alfons Sarrach nació en 1927 en el antiguo estado libre de Danzig, y creció en la tradición cultural polaco-alemana. En 1939, durante el régimen nacista fue llevado con toda su familia a un campo de concentración. Después de la segunda guerra mundial estudió filosofía, teología y psicología en Roma y Paris. En 1965 llegó a ser un periodista independiente, y después jefe de la redacción política de varios periódicos. Es autor de numerosas publicaciones y libros. En 1993 publicó el libro "El impulso profético de Medjugorje" en el cual procura penetrar profundamente en el secreto del gran impulso que, a contar de 1981, llega de Medjugorje, un pequeno lugar de Herzegovina, y que ha ayudado a millones de personas de todo el mundo a encontrar el sentido del futuro, después de que en este siglo ha reinado el odio en muchos países.

D E C L A R A C I O N

Reunidos en Neum del 19 al 24 de marzo del 2000, en el encuentro de los directores de Centros de paz y de los grupos de oración de Medjugorje, nos dirigimos a los amigos y a los peregrinos de la Reina de la Paz:

  1. Estamos en el ańo del gran Jubileo del cristianismo. Procuremos poner a Jesucristo en el centro de nuestra vida, a fin de dar nuestra contribución a la renovación de la Iglesia de nuestro tiempo y de nuestra Iglesia local.
  2. Entre los contenidos del programa del Jubileo y los mensajes de la Virgen de Medjugorje reconocemos puntos en común. Las palabras de la Virgen: AHagan lo que Él les dice@ (...) nos hacen descubrir que Jesucristo es el mismo ayer y hoy.
  3. El anuncio del Evangelio es una tarea profética de todos los bautizados. Ella se realiza en primer lugar en la propia vida, una vida consecuente es el mejor anuncio. Eso mismo es válido para los que difunden los mensajes de la Virgen.
  4. El llamado de la Virgen a la paz y a la reconciliación debe estar presente de una manera especial en la vida de los individuos, de las familias y de los grupos, especialmente en este ańo del Jubileo.
  5. Invitamos nuevamente a todos a conocer mejor y a preservar fielmente la autenticidad de la espiritualidad de Medjugorje.

Medjugorje, 24 de marzo del 2000

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Dr. fra Franjo Vidovic

LOS PROFETAS EN LA SAGRADA ESCRITURA Y EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA

El tema principal del cual se ocupan los profetas en la Sagrada Escritura es la relación del hombre para con Dios. Los profetas anuncian que el principio determinante de la vida humana, el fundamento de la existencia humana, y de una manera especial, de la existencia del pueblo elegido, es la relación del hombre para con Dios. Una relación correcta para con Dios es de vital importancia, ya que de Él proviene la felicidad, el éxito, el sentido, y en caso contrario, el infortunio, el fracaso, el sin sentido de la existencia humana. El fundamento de la existencia del pueblo elegido es la relación para con Dios quien se reveló en la historia. Creer en Dios para los profetas del Antiguo Testamento significa comprender lo que Dios rerpresenta para la vida del individuo y la de todo el pueblo. La pregunta acerca de la relación entre Dios y el pueblo elegido incluye en sí dos preguntas más: la pregunta sobre cúal es el fundamento en que se apoya la relación de Dios para con su pueblo, y cúales son las obligaciones y expectativas que derivan de esa relación. Naturalmente, se hace presente también la pregunta: cómo se pueden interpretar los hechos históricos sobre la base de esta relación única. Toda la historia del pueblo elegido se analiza desde la perspectiva del primer mandamiento del Decálogo - Yavé solus, fuera de Yavé no hay otro Dios.

Para los profetas, la historia del reino de Israel comienza con algo inaudito, Israel, fuera de Yavé quien es el único rey, desea que otro rey esté por encima de su pueblo. Junto al mispat JHVH - la ley de Yavé, aparece la ley del rey. Por tanto, para los profetas queda claro que toda la historia del reino terminará en una catástrofe, con la persecución y el exilio. Israel no cumplió con el primer mandamiento - JHVH solus (sólo Yavé es Dios). Toda la historia se mide según la cantidad de fidelidad o infidelidad para con Dios.

Yavé es Dios, el cual se revela por la palabra, a diferencia del pensamiento griego que ve en Dios un ideal estético, el Dios de la revelación es un Dios que anuncia su palabra. Él llama, Él ordena, Él promete. El Dios de la elección se presenta a la gente no como un objeto de contemplación estética, sino la base de su revelación es el diálogo y la obediencia. O, para decirlo simplemente: a Yavé no se lo puede ver, pero se lo puede oir. Yavé se encuentra en el centro del pensamiento profético, pero a Él no se lo puede representar por medio de una pintura, una escultura o algo material. Yavé se revela en la historia como un gran YO - ani hu, yo soy. Ese YO habla, trabaja, decide, ese YO no se deja identificar en un algún lugar específico ni en una figura determinada. El individuo es considerado a juzgar por su obediencia o desobediencia a la Palabra - a la Ley de Yavé.

El concepto de profeta

La palabra hebrea profeta, nabi, proviene de la palabra arcaica nabu, que quiere decir llamar, anunciar, significar. Según la palabra griega ρonήτης profeta es aquel que invita, que se expresa, que anuncia. Sin embargo, esa palabra puede ser comprendida e interpretada como aquel que es llamado, invitado. Detrás de la forma pasiva de esa palabra se esconde un Dios que es activo, un Dios que llama.

En la Sagrada Escritura del Antiguo Testamento encontramos la palabra nabi - profeta 309 veces. En los textos más antiguos de la Sagrada Escritura el profeta es definido como hombre de Dios (=isch ha=aelohim) o vidente (ro=oh; hozśh). Hombre de Dios fue el distintivo que se otorgaba a los grandes guías del pueblo elegido del Antiguo Testamento tales como Moisés (Dt 33,1) y David (Ne 12,24-36). De una manera especial este título lo lleva el profeta Elías (29 veces). Esta denominación representa una unión estrecha del profeta con Dios, con Aquel que lo ha llamado.

El vidente tiene la capacidad de descubrir lo que está escondido o lo que sucederá (1 Sam 9,9-19). En el vidente se resalta lo que él ve, en el profeta lo que habla (Is 30,10). La revelación de Dios es experimentada por el profeta como la revelación de una imagen - él Ave@ y como revelación de la palabra - él Aoye@. El profeta ve Arostros@ (ver Am 9,1; Is 6,1 sig.) pero también relaciones entre cosas que los demás no ven, el ve Amás profundamente@ y Amás lejos@. Las cosas que suceden en la vida cotidiana para él tienen un significado especial, ellas sirven como símbolo de la voluntad de Yavé: el trivial canasto con Afrutas maduras@ llega a ser para el profeta Amos un símbolo del pueblo que está Amaduro@ para el exilio (ver Am 8,1-2), o la problemática matrimonial es para Oseas un símbolo de la relación de Israel para con Dios (ver Os 1,2 sig.). El profeta reconoce las seńales de Dios en los sucesos cotidianos. La principal característica de la actividad profética es su palabra. El profeta es hombre de Apalabras@. La palabra de Yavé Allega@ a él, Yavé le Ahabla@ (ver Os 12,11), esa discurso de Dios para con el profeta lo hace ser un profeta auténtico.

En todos los profetas del Antiguo Testamento descubrimos tres puntos determinantes que coinciden, y que pasan en parte de uno al otro y que son importantes para la profecía verdadera: el profeta tiene en base a su experiencia una relación especial con Dios. Al principio de su vida de profeta, la mayor parte de los profetas tienen una experiencia particular de Dios: el profeta ha sido elegido por Dios, él es Aseparado@, Ala mano de Yavé lo toca@ (Jer 1,9), ésta pesa sobre él (Ez 3,14), Yavé lo ha tomado, vencido, seducido (Jer 20,7); el Espíritu entra dentro del profeta (Ez 2,2), él es hombre del Espíritu (Os 9,7). De tal forma el profeta llega a ser Ahombre de Dios@ - un título específico de profeta que aparece por ejemplo en 1 Sam 2,27 sig. El profeta es un amigo de Dios, el encargado de Dios Asiervo de Dios - ebed Yavé@. La elección de la vida profética incluye en sí todas estas características.

El otro disitintivo que encontramos en el profeta es su misión. Yavé elige al profeta y lo envía. Para su misión de profeta le da Su Espíritu, en la fuerza de ese Espíritu él actúa en nombre de Dios, habla en Su nombre, se convierte en la Aboca de Dios@ (ver Is 6,8; Jer 1,7). En base a su misión al profeta le es permitido decir a sus oyentes: AEscuchen la palabra de Yavé@, a su palabra profética le da el distintivo de Apalabra de Yavé@. Este discurso en nombre de Yavé, en vez de Yavé, es uno de los principales indicadores de la profecía auténtica.

El profeta no es sólo aquel que habla al pueblo en nombre de Yavé, sino que asimismo habla en nombre de Israel a Dios, lo que se manifiesta de manera especial en la oración profética de intercesión, por ejemplo: 1 Sam 12, 17-25; Am 7,2-5; Jer 18,20. El profeta cumple un papel mediador, por una parte media entre Yavé y su pueblo, por otra, entre el pueblo y su Dios.

El servicio de la vida profética incluye en sí el servicio de centinela; el profeta vigila Israel (ver Ez 3,17). El profeta es como el pastor que asume la responsabilidad de su rebańo (ver Ez 3,17-21).

Los diversos grupos de profetas en el antiguo testamento

En los textos del Antiguo Testamento encontramos diversos tipos de profetas:

a) El tipo más antiguo de profeta que encontramos en el Antiguo Testamento tiene como atributo principal el arrobamiento-éxtasis; estos profetas van por Israel y con ayuda de instrumentos musicales caen en estados de arrobamiento-éxtasis, en tal estado ellos dan mensajes determinados (hablar en lenguas - 1 Co 14). El arrobamiento actúa de manera Acontagiosa@, así sucede que Saul de repente se halla Aentre profetas@ (1 Sam 10, 5 sig.; 1 Sam 19,18 sig.). La Biblia dice que los profetas de Baal caían en trance (1 Re 18, 19-40). Estos profetas son atractivos para los israelitas (1 Sam 10,5 y sig.), pero muchos los consideran Amešugge@ - Alocos@ (Os 9,7).

b) En el Primer y Segundo Libro de los Reyes encontramos una comunidad de profetas que tien características monacales: se habla de los A hijos @ de los profetas.

Estas comunidades de profetas surgen alrededor de los grandes profetas, por ejemplo, del profeta Elías (2 Re 2,3 sig.). Elías lucha contra el sincretismo en el pueblo de su tiempo y lucha en favor de Yavé que es el único Dios y de la pureza de la fe en el verdadero Dios. Existe el peligro de que la fe en Yavé, el cual es el único Dios, se mezcle con la fe en los dioses de los pueblos paganos, con la fe que tiene su fundamento en los fenómenos naturales.

El profeta actúa como un Apadre@ para sus A hijos @, ellos se sientan a sus pies, de él aprenden y habitan con él. Además de las comunidades reunidas en torno de algunos profetas, encontramos también tales comunidades de profetas reunidas alrdededor de algunos santuarios (por ej.: 1 Re 13,11 - los profetas reunidos alrededor del santuario de Betel; 2 Re 2 - los profetas reunidos alrededor de los santuarios de Gilgal, Jericó, Betel). En estos profetas el arrobamiento no cumple el papel que tenía en los profetas de antańo. Lo que caracteriza este grupo es que han recibido los dones del Espíritu. Estos dones se manifiestan en su acción milagrosa (2 Re 2,19-22: 2,23-35; 4,1-7; 4,18-37) Estos profetas están ocupados de manera especial en lo que hoy en día llamaríamos la salvación de las almas (ver Eliseo - 2 Re 4,1-7; 4,8-37; 5,1-14).

c) La Sagrada Escritura mencionan también a los profetas Aoficiales@, Ade culto@. Ellos se encuentran en los santuarios. Los profetas de culto se diferencian de los profetas de la Escritura por el hecho de que estos últimos no reparan en criticar al templo ni a los sacerdotes que cumplen su servicio en el templo. Los profetas de culto tienen su lugar junto a los sacerdotes que realizan el culto, su papel consiste en pronunciar profecías al pueblo o al rey cuando se precisan. Ellos gozan de una gran influencia en las cortes reales (ver 1 Re 1,8) estos profetas han desarrollado su lengua profética propia.

d) Con el establecimiento del reinado en Israel un nuevo período comienza para el movimiento de los profetas. Los éxtasis y milagros pasan a segundo plano, y en primer plano se halla la palabra, el anuncio de la palabra. Los profetas se alejan cada vez más del culto, de las instituciones, de la corte real. Desde el profeta Amos hasta el profeta Malaquías la principal característica y medio de la vida profética es la palabra. La única actividad del profeta está basada en los signos, pero estos signos no son ilustraciones, sino reformas de la palabra (ver Os 1,4.6.9; Is 7,3; 8,3; 20,2; Jer 16,2.5.8).

e) Actividad de los profetas:

Existen tres períodos clásicos de la actividad de los profetas:

  1. Durante la decadencia del reino del Norte (alrededor del 721 A.C.).
  2. Durante la decadencia del reino del Sur (alrededor del 597/87 A.C.).
  3. Durante el tiempo del exilio (alrededor del 539 A.C.).

Los profetas dirigen su mensaje a su pueblo (Israel) y a todos los demás pueblos. En su mensaje ellos unen el pasado, el presente y el futuro. La dimensión del futuro se relaciona no al anuncio (el futuro se relaciona con el presente, con aquello que para el individuo representa un motivo de conflicto en el presente), ni con la predicción (en el futuro sucederá lo que ha sido predicho en el presente).

Tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento se habla de profetas y profetisas, de modo que tenemos la profetisa Miriam, Debora, la esposa del profeta Isaías (ver Is 8,3), la profetisa Hulda. El espíritu profético debe tomar al pueblo entero, anuncian los profetas (ver Núm 11,29; Jl 3,1-5), todo el pueblo debe llegar a ser profeta.

Los temas principales de los anuncios proféticos

La tarea del profeta es revelar la palabra de Dios, en esa palabra se ve manifestada la voluntad de Dios. La revelación de la palabra de Dios sucede de diversas formas. Lo más frecuente es un mensaje en el que Yavé llama a la fidelidad para con Su ley, palabra que contiene en sí por una parte una amenaza si se persevera en el camino que lleva a la destrucción, y por otra parte, contiene una promesa de salvación si esa palabra es obedecida.

Los escritos del Antiguo Testamento muestran que la actividad profética en Israel es un fenómeno muy complejo, fenómeno que no se deja enmarcar bajo un denominador común, pero asimismo un fenómeno que está regido por leyes determinadas, por ciertas características comunes.

Independientemente del hecho de que algunos profetas se diferencien en cuanto al estilo y al contenido, existen ciertas similitudes entre los profetas que son fáciles de establecer.

El anuncio del juicio

La caraterística principal de los Aprofetas antiguos@, de los profetas antes del exilio, era la advertencia, la amenaza del castigo. El mensaje profético era dirigido tanto a los representantes del pueblo como a algunos grupos dentro de él que se habían alejado de la fe de A@Abraham, Isaías y Jacob@. estos profetas anuncian el castigo de Dios que se manifiesta en fenómenos como las sequías, los terremotos, las guerras, pero asimismo en su anuncio está incluido el llamado a la conversión. Las desgracias que afectan al pueblo o al individuo, son consideradas como castigos por los pecados del pueblo, del individuo perteneciente al pueblo o también del representante del pueblo. Para los profetas el pecado consiste en el comportamiento del pueblo que va en contra de la acción de Dios en la historia. Por eso Isaías llama a la conversión puesto que el pueblo busca seguridad en otro lugar y no en su Dios. Los profetas Amos y Miqueas anunciarán castigos que recaerán sobre el pueblo por la inobservancia de la ley de Dios. Oseas, Jeremías y Ezequiel advertirán sobre la infidelidad del pueblo que en vez de Yavé sigue a dioses ajenos.

El anuncio de la salvación

El mensaje de salvación de los profetas no se basa en la pregunta de qué va a suceder después del juicio de Dios, sino que tiene su fundamento en la voluntad de Dios, en el Dios que quiere la salvación de su pueblo. Dios es aquel que desea salvar al pueblo. La salvación no está condicionada, al contrario del castigo que llega como consecuencia del pecado. En el mensaje de salvación, Dios promete ayudar a Su pueblo en el futuro (ver Is 41,17 sig.). En el anuncio de la salvación ya ha sido descrito lo que va a suceder (Is 11,1 sig.) El anuncio de la salvación predomina principalmente en el tiempo del exilio y después del exilio. La salvación que los profetas anuncian se manifiesta en varios campos: en el establecimiento de una relación nueva entre Dios y el pueblo elegido, en la nueva instauración de un estado del pueblo, en la liberación política y popular. La salvación que Dios promete a Su pueblo no dependerá del hecho de que el pueblo ha llegado a ser mejor; eso no tiene su fundamento en la fidelidad y en la conversión del pueblo, sino que está basado únicamente en la voluntad de Dios, en la fidelidad de Dios, Su santidad, y Su amor para con su pueblo.

En base a su vocación y a su propia reflexión, los profetas representan el modelo del israelita fiel. Ellos muestran que Dios puede ser experimentado, aunque frecuentemente esta experiencia de Dios es dolorosa (Ver: ALos sufrimientos de Jeremías@). los profetas anuncian que es posible el cambio del hombre con la fuerza de la palabra de Dios.

Es típico para los profetas del Antiguo Testamento una Aembriaguez sobria@ debido a la Palabra de Dios (ver Jer 15,16; 23,9.29), la existencia del profeta desaparece en la fuerza de su anuncio profético.

El Antiguo Testamento muestra al profeta como aquel que ha sido llamado de manera especial por Dios para anunciar Su palabra, para advertir, consolar, enseńar, indicar. El es totalmente dependiente de Dios, quien lo ha llamado y responde solamente a Él.

La problemática fundamental con la cual los profetas se encuentran es el sincretismo del pueblo israelita, la desaparición de una relación correcta para con Yavé, es decir, el incumplimiento del primer mandamiento del decálogo - Yavé solus.

El mensaje profético del Nuevo Testamento

Podemos encontrar la palabra profeta en el Nuevo Testamento 144 veces, lo más en Mt (37) y en Lc (29 veces, He 30). La palabra misma denota un anunciador o intérprete de la palabra de Dios. La palabra profeta se usa para denominar al profeta del Antiguo Testamento, a Juan Bautista, a Jesús, o a algún otra persona que menciona la venida del reino de los Cielos, o al cristiano que tiene el don de profecía.

Los anunciadores y las anunciadoras de la Palabra reciben el nombre de profeta, profetisa.

La profecía en el Nuevo Testamento muestra similitudes con la profecía del Antiguo Testamento: de modo que en el Antiguo Testamento tenemos la profecía de advertencia (ver 1 Co 14,3.31), y la profecía que predice eventos futuros (ver. Mt 26,68; 15,7).

El Nuevo Testamento entiende por concepto de profeta:

El profeta del Antiguo Testamento

El profeta del Antiguo Testamento es aquel que pronuncia palabras de Dios, él es la Aboca de Dios (Is 15,19). Los profetas del Antiguo Testamento anunciaron lo que sucedió con Jesucristo, nos dice el Nuevo Testamento (ver Mt 1,23; 2,5 sig. 15.17 sig. 23). Para Mateo el Antiguo Testamento posee autoridad absoluta, en Jesús se cumple lo que los profetas del Antiguo Testamento habían anunciado. En base a las profecías del Antiguo Testamento, Jesús es reconocido como el Mesías prometido. Lo que llama la atención de manera especial es la similitud entre las muerte por martirio de los profetas y la muerte de Jesús (ver Mt 23,31; Mt 23,37; He 7,52). En la época hebrea, en la de Jesús y en la del cristianismo primitivo encontramos la imagen del profeta en su esencia. (Ver Mt 23,25).

Juan Bautista

Juan es designado en el Nuevo Testamento con el título de profeta, su anuncio es al estilo de los profetas del Antiguo Testamento, él anuncia el juicio y llama a la conversión. En su anuncio llama a una corrección moral y cuestiona la autosuficiencia religiosa de los hebreos. El llama al bautismo, que se diferencia del lavado por medio del cual los proselitas se integran al judaísmo, y también del lavado que práctica la comunidad di Qumran. El bautismo de Juan es un signo del tiempo escatólogico que ha comenzado e indica la conversión interior que es una condición previa para la salvación, por tanto no es extrańo que los contemporáneos de Juan se pregunten si Juan es el profeta escatológico esperado (ver Mt 11,8 y sig.) El Nuevo Testamento ve en Juan aquel que anuncia, predice, da testimonio (Jn 1,36) acerca del profeta escatológico que apareció en la persona de Jesús de Nazaret. El bautismo de Juan sólo apunta al bautismo cristiano.

Jesucristo

En el Nuevo Testamento no se aplica mucho el nombre de profeta a Jesús. Jesús es llamado profeta por el Amundo@ que lo escucha (ver Mc 6,15). El mismo Jesús en ningún lugar del Evangelio se nombra a sí mismo profeta. Para el Nuevo Testamento Jesús es más que un profeta (ver Mt 12,41), Jesús no sólo anuncia la salvación, sino que en Su persona ya está presenta la salvación (ver Lc 10,24).

Los cristianos

La primera comunidad cristiana tiene miembros que han dotados por el Espíritu del don de la profecía. Su presencia en la comunidad es un signo de que la comunidad como tal posee el Espíritu. Probablemente muy temprano en la comunidad este don fue institucionalizado, él adquiere un lugar determinado, está vinculado a un servicio específico en la comunidad. Los dotados por el Espíritu están en la misma fila de los apóstoles y de los maestros (1 Co 12,28 sig., Ef 4,11), o junto Aa los apóstoles y a los santos@ (Ap 18,20).

En las comunidades de Pablo, el deber de estas personas dotadas por el espíritu es advertir a la comunidad (ver 1 Co 14,3.24 sig,31), consolar la comunidad (1 Co 14,23 sig.), edificarla (1 Co 14,3), revelar a ella secretos y conocimientos (1 Co 13,2). La revelación profética debe ser comprensible y sin arrebatos innecesarios (1 Co 12,1; 14,15 sig., 23 sig.). Pablo se preocupa de que en las comunidades, especialmente durante la liturgia, haya paz y orden, él prohibe que varios profetas profetizen al mismo tiempo, los espíritus que hablan por los profetas obedecen muy bien a los profetas, dice Pablo (1 Co 14,32). Esto de Aser obedientes@ se debe entender como obediencia al orden y a la paz que proviene de Dios. El profeta debe también saber callar.

En la Carta a los Efesios (Ef 2,20), los profetas Ahacen parte@ de la base de la comunidad. Esto hace vislumbrar que el tiempo de Ala vida profética@, del servicio profético en la comunidad ha pasado, la actividad profética ha sido incorporada en Ala base de la comunidad@.

Las advertencias que encontramos en contra de los falsos profetas en los sinópticos muestran que existió probablemente un gran número de profetas en la primera comunidad cristiana.

Los Hechos de los Apóstoles hablan en varios lugares acerca da la profecía y de los profetas, la razón de esto hay que buscarla en la teología del evangelista Lucas quien divide toda la historia humana en tres períodos (el tiempo de Israel, periodo medio, el tiempo de la Iglesia). El tercer tiempo, el tiempo de la Iglesia, comienza con el evento de la Pentecostés (He 2,1 sig.) Y ocupa la mayor parte de los Hechos. Este tercer tiempo es considerado como el tiempo del Espíritu, el tiempo en que todos los cristianos poseen el don del Espíritu, don que en el segundo tiempo sólo lo tenía Jesús. El signo del tiempo del Espíritu es evidente por el gran número de los primeros profetas cristianos que se mencionan por su nombre (ver He 11,27 sig.; 13,1; 15,32 ; 21,9 sig.), y por la comprensión de que todos los cristianos son portadores del Espíritu y que por lo tanto poseen el don de profecía (He 2,17 y sig.; 19,6).

El escritor del libro del Apocalipsis se llama a sí mismo profeta (Ap 22,9). Según el libro del Apocalipsis, el profeta recibe la revelación de los secretos de los planes de Dios (1,1), él tiene visiones (6,1-19,10). El profeta advierte y consuela (cap. 2-3). A su palabra se le otorga particular importancia (22,18 y sig.).

La actividad profética siguió existiendo durante algún tiempo más en la primera Iglesia cristiana como nos lo muestran los escritos (Did 10,7; 11,7-12; 13,1-7; Justin Dial. 82,1), pero por causa de abusos montanistas se cayó en una tal crisis que empezó a desaparecer lentamente y perdió su importancia. La tarea del profeta será tomada por la institución, como el único interprete autorizado de la Palabra y de la acción de Dios en el mundo.

La Sagrada Escritura y la tradición de la Iglesia ven en el profeta, aunque no exclusivamente y con una dosis de desconfianza, aquel que profetiza hechos futuros, cosas que van a suceder. Según si lo que ha predicho se cumpla o no , de esa manera se diferenciará el profeta verdadero del falso. Los profetas del Antiguo Testamento y las profecías del Antiguo Testamento se realizaron en base a la visión que tiene el Nuevo Testamento acerca de Jesús. Para los contemporáneos de Jesús, Jesús tiene las características de los profetas del Antiguo Testamento: Él profetiza su propio destino, pero también el futuro de Su doctrina.

El Nuevo Testamento considera la profecía, en primer lugar, como una interpretación de la voluntad de Dios en el presente, en una situación determinada, en un lugar determinado. El profeta anuncia lo que Dios espera del hombre en una situación determinada, su discurso en primer lugar es un discurso ubicado en el presente.

El discurso profético está determinado principalmente por la parresia - un discurso abierto, valiente, intrépido, un discurso en el que se dice lo que se piensa. La autoridad del profeta tiene su fundamento en la parresia, en un discurso abierto al mundo.

Hablar de manera profética significa liberarse de escrúpulos falsos, pero ese discurso incluye en sí también la disposición a Aexponerse@ a la Palabra de Dios. Hablar proféticamente significa Aser llamado@ al servicio profético, el profeta no habla Adesde sí mismo@, con su fuerza y sabiduría sino habla con la fuerza de Dios. La vocación profética es carismática, no está ligada a algún serviciop determinado sino que se relaciona a una situación detrminada en la cual la Palabra de Dios debe ser dicha con plena abertura y valentía.

A El discernimiento de los espíritus @ (1 Co 12,10)

Al servicio profético está esencialmente vinculado el servicio del discernimiento de los espíritus. Existen profetas verdaderos y falsos, los falsos profetas reemplazan la Palabra de Dios con sus propios puntos de vista. Ya en el Antiguo Testamento se habla de aquellos que dicen ser profetas aunque Dios no los ha llamado ni autorizado. Tales falsos profetas aparecen también en el Nuevo Testamento en el cual se advierte a la comunidad de fieles que no les otorgue su confianza (ver Mt 7,15; 24,11; 1 Jn 4,1). Por eso se pone la pregunta acerca del criterio por medio del cual se pueden diferenciar los verdaderos de los falsos profetas. Los criterios para diferenciar los verdaderos de los falsos profetas son iguales en Nuevo Testamento y en el Antiguo Testamento. Así en el Antiguo Testamento uno de los criterios utilizados es la conciencia del profeta de haber sido llamado, un Atormento@ que no le permite guardar para sí la Palabra de Dios, el profeta debe proclamarla en nombre de Yavé (ver Jer 20,9; 23,16; Am 3,8). También el Nuevo Testamento contiene este criterio carismático, solo aquel que tiene el Espíritu de Dios puede discernir si alguien habla o no en el Espíritu (ver 1 Co 2, 11). A este criterio se agregan otras características que permiten diferenciar la profecía verdadera de la falsa: el mensaje profético debe estar fundamentado en el mensaje bíblico, el mensaje debe acertar la situación con la cual se relaciona, la fuerza persuasiva que proviene del ejemplo de vida del profeta. Si la vida personal no corresponde a las exigencias de Dios entonces él no ha sido enviado por Dios (ver Jer 23,14; 29,23). Según la convicción cristiana el profeta verdadero es aquel que en su vida pone en práctica lo que enseńa y predica, su vida debe producir Afrutos buenos@ (ver Mt 7,16; Ap 2,20). El mensaje profético debe ser para edificar e dar ánimo a la comunidad (ver 1 Co 14,3). El anuncio profético debe concordar con las antiguas profecías (ver Jer 28,7 sig.). La profecía del Nuevo Testamento debe concordar con el anuncio cristiano fundamental (1 Jn 4,1 sig.; 1 Co 12,3). El profeta verdadero no piensa en su propio bienestar, no es un adulador ni está dispuesto a aceptar compromisos cuando se trata del mensaje de Dios.

A la vocación profética inevitabemente está vinculado el destino del profeta. A partir del momento del llamado, el profeta no pertenece más a sí mismo, sino a Dios quien lo ha llamado. Dios no sólo llama al profeta para enviarlo a su pueblo, sino que lo entrega al pueblo. En la esencia de la existencia del profeta bíblico necesariamente se halla la persecución debido a la Palabra de Dios - el martirio (ver 1 Re 19,10.14; Jer 11,18 sig.; 20,2; 26,8 sig.). En el rostro de los profetas se lee toda la tragedia de su vocación, pero esta tragedia lleva al pueblo al cual son enviados la bendición y la salvación (ver Is 50,6; 52,14-53). El tema del profeta perseguido lo retoma el Nuevo Testamento y lo aplica a Jesús y a sus discípulos. El destino de Jesús y de sus apóstoles es el destino del profeta (ver Mt 5,12; Lc 13,33).

El profeta bíblico es aquella persona que es atacada desde adentro y desde afuera, que soporta fuerzas interiores y exteriores, sin embargo, el profeta experimenta su misión no como una carga sino primordialmente como una gracias. El profeta experimenta de cuando en cuando una especial cercanía de Dios, esa cercanía le da fortaleza para seguir trabajando. Cada cierto tiempo él siente de una manera particular su elección de profeta, siente el amor de Dios, el amor de Aquel que lo ha llamado (ver Is 49,1-4) a ser Su testigo en el mundo, un mundo que ha olvidado el primer mandamiento del decálogo: AAhora, pues, Israel, )qué es lo que pide Yavé, tu Dios, sino que le temas a él y sigas todos sus caminos? Ámalo y sírvelo con todo tu corazón y con toda tu alma.@ (Dt 10,12).

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O. Sabino Palumbieri

LA IGLESIA ANTE EL MUNDO DE HOY UNA TIENDA ASENTADA EN LOS UMBRALES DEL MILENIO

ÍNDICE

  1. La Iglesia, una tienda permanente
  2. Un estímulo para retornar hacia adelante
  3. Para un desarrollo integral
  4. Síntesis como salvación
  5. La solidaridad, una respuesta al desafío de la globalización
  6. Los últimos, los primeros: una praxis mesiánica
  7. El Sur del mundo, una nueva frontera
  8. Urgencias y estímulos
  9. Novedad y encarnación
  10. La nueva evangelización, pasaporte para el futuro
  11. Esperanza en la frontera

ANEXO A LA DOCUMENTACIÓN

  1. Malestar de civilización
  2. Entre emergencia e impotencia
  3. Entre apuestas y contrastes

LA IGLESIA ANTE EL MUNDO DE HOY - UNA TIENDA ASENTADA EN LOS UMBRALES DEL MILENIO

1. La Iglesia, una tienda permanente

La historia presenta características que expresan la maduración de ciertos procesos evolutivos de humanización en el interior del devenir temporal. ASignos de los tiempos@, así los empezó a llamar Juan XXIII, con una expresión que el Vaticano hizo suya[1] , como relampagueos de la Providencia de Dios en la historia.

La Iglesia, encarnada en la historia al servicio del mundo, en el tiempo de la generación del umbral, sujeto a cambios radicales, no puede dejar de comportar, propiamente en el proceso de juventud, una modalidad diferente de presentación e indicar signos de transformación.

En este cuadro, el rostro de la Iglesia en el tercer milenio decisivamente está cambiando. De lineamientos occidentales prevalecientes está adquiriendo rasgos inspirados en lo mundial y marcados por lo tercermundista. Las Iglesias jóvenes tienden a hacer joven a la Iglesia entera, es decir, a renovar su fisonomía.

Esto se comprueba sobre todo en el plano cuantitativo. Se registra el dato de la baja de la supremacía numérica de la Iglesia de Occidente. A principios del siglo XX, tales comunidades sumaban alrededor del 85% del total. En el 2000 serán solamente el 40%. Aquellas de los países de la parte sur del mundo están - no obstante las notables hemorragias hacia sectas y movimientos religiosos de otra índole - en aumento exponencial.

En el plano cualitativo, la tendencia que se registra es hacia una inculturación de los contenidos de la fe. Es esta la forma fundamental de la encarnación de la Iglesia en el tejido de los dramas y de las expectativas de los hombres: un hallazgo del polo de la ortopraxis en interacción fecunda con aquel de la ortodoxia. Un compromiso para la verdad del amor, como credibilidad del amor de la verdad.[2]

Johann Baptist Metz declara al respecto: ALa Iglesia católica ya no abarca la iglesia del Tercer mundo, sino es ella misma la iglesia del Tercer mundo con origen occidental y europeo@[3]. De esta forma, se asiste al paso de una Iglesia culturalmente monocéntrica a una Iglesia culturalmente policéntrica, si bien conservando obviamente su estructura católica jerárquico-primacial, y de constitución divina, es decir, junto con Pedro y bajo la guía de Pedro.

En este panorama, el sentido de la universalidad, en vez de enrarecerse, se respira a pleno pulmón. Las antiguas hegemonías culturales, explicables históricamente, ceden el paso a la paridad de dignidad y de expresión.

La Iglesia universal es el cuerpo de Cristo extendido sobre el planeta, en el sentido de la unidad vital y de la variedad de los miembros culturalmente diversificados. La multiplicidad de los carismas, en este cuadro, se hace presente también con tejidos abigarrados, que constituyen el cuerpo en que se prolonga el misterio del Verbo encarnado.

La inculturación es como un principio de ley fisiológica y, Acomo consecuencia concreta de eso, aquel de la legítima pluriformidad@[4]. Inculturarse significa participar desde el interior en las dinámicas de las culturas, que son realidades extremamente movibles, sumamente intercambiables actualmente, en régimen permanente de fragilidad, de ambigüedad, de amenaza, de riesgo. Por tanto, inculturarse no quiere decir solamente insertarse, sino más bien inter-esseI: ser uno con los pueblos, pero en el interior de su fatigosa búsqueda de identidad, de unidad, de estabilidad dinámica. Lo cual, lejos de ser inmovilidad tranquila, es tensión y composición de tensiones hacia la difícil meta del binomio paz-justicia.

La nueva perspectiva impone nuevos imperativos, que provienen del perenne código genético del organismo de la Iglesia, pero que son advertidos según los impulsos vitales de la nueva cultura.[5]

El don de la juventud, otorgado por el Espíritu de la Iglesia, es llamado a medirse con el compromiso de los discípulos del siglo XXI, con la urgencia solamente de presentar al mundo el rostro renovado de la esperanza. Estamos frente al doble icono de la Iglesia, como una caravana en marcha por el desierto y revestida del delantal del Jueves Santo. Ella, efectivamente, está anticipadamente simbolizada en el antiguo Israel peregrinante. Y es también, la prolongación viva del Cristo-esposo, que se arrodilla ante el hombre cansado, para el lavado de los pies. Y que, emblemáticamente, en este punto toca el objetivo de su obra de encarnación.

La Iglesia, icono de la Sollicitudo rei socialis y de la sollicitudo historiae populorum, es el sacramento - signo-instrumento - del cuidado de Dios para con el mundo de hoy, que, a pesar de todo, El continúa amando[6]. Es por tanto la Iglesia de la tienda planetaria.

El mundo presente es un panorama que se ha configurado de un modo nuevo en el último siglo del milenio. El cuadro general no se presenta uniforme. Por el contrario, es muy abigarrado. Sus sendas son accidentadas y a menudo caracterizadas por contradicciones y contrastes.

2. Un estímulo para retornar en adelante

El cuadro general, como hemos visto, no se presenta uniforme. Por el contrario, es muy heterogéneo, a menudo caracterizado por contradicciones y contrastes. El denominador común es el agobio cultural de extracción y nombre diversos. La pregunta obligatoria es la de un futuro más humano del presente. Y, por tanto, en el cual la gente pueda participar más.

La Iglesia de la tienda planetaria, que se esfuerza en colaborar con los hombres de buena voluntad para una cultura de la resurrección, dispone de la esperanza energética de la Pascua, con el fin de reconstruir los fundamentos, aculturadas en las áreas diversas del planeta a la civilización del hombre. Esta tarea debe ser conducida junto con las demás religiones del mundo, en los proyectos de los hombres de buena voluntad.

- Al Occidente globalmente considerado las Iglesias pueden dar la ayuda pascual - sobre todo como testimonio y, después, en forma de una colaboración concreta - para hacer resurgir la conciencia de la dignidad de sus raíces y de sus sendas. Estas no siempre fueron históricamente coherentes, pero serán auténticas en la medida en que permanecerán vinculadas a la inspiración original.

El alma de este proceso podrá ser encontrada de nuevo a lo largo de las sendas del respeto de su código genético. Entonces la leadership de un tiempo, deshilachada en un colonialismo de tipo esencialmente materialista, a fines del milenio podrá ser transformada en un servicio de iniciativa planetaria, en orden a una cultura renovada del hombre.

Al Occidente, en suma, se pide el compromiso de heterocentrarse[7]. Esto implica un cambio radical de mentalidad, para realizar el éxodo de la autosuficiencia. El desplazamiento de eje va del yo privilegiado al yo indeterminado, que prescinda, es decir, de las connotaciones de tiempo, de espacio, de censo. Es esta una forma de importante recuperación del alma europea centralizada, con la mediación del hebraísmo-cristianismo, en lo sagrado de la persona humana.

Aquí se inserta el principio de la universalidad de la dignidad de cada hombre, raza, pueblo, comunidad.

Las Iglesias de Occidente, en la recuperación de la alteridad como lugar de veneración del icono teomorfo viviente, deben proponer de nuevo la libertad como capacidad de hacer espacio a la libertad del otro, elaborando la que Armido Rizzi llama la auténtica Ateología europea de la liberación@[8]. Esta consiste en liberar radicalmente la libertad de las angustias conceptuales, de proyecto y de praxis de tipo puramente negativo. La libertad no es solamente, como en el plano contractual, no dańar al que es diverso y respetarlo en el plano de la formalidad jurídica. Por el contrario, es sobre todo hacerse responsable de su necesidad de ser. La concepción del derecho contractual debe ser verificada en la antropología de la solidaridad.

Las Iglesias son llamadas a crear las premisas para este paso del Occidente de una contractualidad pura a una solidaridad auténtica.

En suma, en el espacio que se recorta, en el interior de Euroamérica, de nostalgia del futuro - es decir, del ejercicio de la memoria de las raíces, por la maduración de los frutos aclimatados a nuestro tiempo - debe ser colocado el compromiso de las comunidades cristianas ecuménicamente reconciliadas, para ser eficazmente animadas a servir el mundo. Sobre todo de aquel ad intra, con un compromiso profético de ofrecimiento creíble del significado de la vida, en parte perdido. Y después, de aquel ad extra, en el paso de la actitud colonial a aquella diaconal, tanto en el plano de la cultura como en el de la solidaridad. Aquel que posee instrumentos de conocimiento, de ciencia, y de técnica, no puede abdicar a la propia tarea de solidaridad en la forma de una actividad subsidiaria, rechazando la lógica declarada o tortuosa de la Aética del justo circunscrito@.

Las Iglesias son llamadas a la tarea educativa, en orden a la apertura de los hombres de las sociedades opulentas hacia lo mundial, para llenar el vacío existencial fuertemente percibido.

- Acerca de la marańa problemática de los países del Este, hay que afirmar que Europa, fiel a sus raíces, no puede tolerar el paso de Scilla a Cariddi. Después del desmantelamiento del Amuro@, no debe permitir el paso del comunismo nivelador al consumismo degradante.

Uno de los problemas más serios que deben enfrentar las Iglesias del Este, es el de los jóvenes. Ellos corren el peligro de tambalear en el vacío de valores, entre el rechazo de los seudo valores del pasado fallido y el efecto de la tentativa sistemática de erradicación de los valores espirituales de generaciones enteras.

Se está perfilando, en ciertas zonas, el peligro que este vacío sea sustituido hoy por uno de otro tipo: aquel inducido por la aceptación del modelo occidental, materialista y consumista. El cual, como se sabe, invade generaciones enteras de jóvenes, tentadas por el nihilismo de los significados.

Para la Iglesias del Este, sobre este aspecto el futuro se presenta más exigente y laborioso del precedente, en el cual no obstante han madurado vocaciones de martirio para los elevados valores de la espiritualidad.

Para las Iglesias del Occidente en particular, el proyecto de cultura pascual será aquel de ayudar a desarrollar las potencialidades ya presentes, aunque han estado enterradas durante mucho tiempo bajo el hielo de los ańos del terror, como lo ha indicado el Sínodo extraordinario para Europa[9].

Existe el peligro de que estos pueblos sufrientes queden solos en su tarea de despertar.

Las Iglesias son expertas de la pascua, cuando ayudan a hacer madurar los gérmenes de las pascuas incipientes. En cualquier parte exista un paso de la alienación a la liberación bajo el signo del hombre, allí está la pascua. Pero cúanto esfuerzo se requiere para celebrarla y llamar al banquete de tal fiesta a los hombres, no sólo en el plano de la liturgia, sino también en aquel de la historia, de la política, de la economía, de la cultura.

Ahora bien, no basta alegrarse por la apertura de los templos atrancados durante decenios. Es necesario colaborar en la creación de aquellas premisas indispensables para dar una nueva calidad a las áreas de aquellos astilleros de la historia, para que Cristo continúe a resucitar en millones de hombres que están a la espera.

Las Iglesias que viven en un Occidente opulento han sido desafiadas a convertirse en sal y luz, para evitar que los pueblos del Este pasen de un materialismo colectivista y quedar atrapados en un materialismo individualista: del gulag a la jungla.

Ante las Iglesias que se encuentran en Occidente, por tanto, se impone la tarea de potenciar los signos de la pascua, ayer, imprevisibles, pero hoy, portadores de responsabilidad.

3. Para un desarrollo integral

- A América Latina las Iglesias pueden ofrecer a las conciencias un auxilio de liberación de las tentaciones, respectivamente, del vejamen con las lógicas de dominio, por una parte, y del desencadenamiento de una cólera explicable de millones de hombres sub-humanizados, por otra parte.

La praxis de liberación evangélica[10] no opone clases contra clases, sino tiende a reconciliar a los hombres deshumanizados por la opresión activa y a aquellos por la esclavitud padecida, comprometiéndolos a todos ellos juntos a construir la casa de la justicia y de la paz[11].

Las Iglesias continuarán estando, según las indicaciones de Medellín, de Puebla[12] y de Santo Domingo[13], como en la praxis mesiánica, junto a los últimos. El Mesías ha preferido la categoría de los Asin poder@ y ha pertenecido a ellos. Y lucharán con ellos con el método de la resistencia no violenta y de la conciencia vigilante.

Pero la lucha no es sólo verbal. Es real. Y consiste en el ayudar a decir nó a la opresión que obstruye el futuro, pagando con el oprimido los altos costos de este método de resistencia[14]. El que en verdad, en la India, con la figura de Gandhi, creyente en Dios y en el hombre, llegó a resultados de libertad y de progreso.

De hecho, se está formando una corriente de opinión gracias a los grupos de base de origen eclesiástica y social, que crean una cultura centrada en los valores fundamentales del protagonismo del pueblo y de la dignidad del oprimido.

Es tiempo de elaborar una síntesis entre las instancias de la teología de la liberación, como reflexión crítico-constructiva de la praxis de la Iglesia en el área de la justicia y de la paz, y la doctrina social, valiente sí, pero necesitada de mediaciones territoriales.

Es la Iglesia de América Latina, que releyendo su martirologio de fin de siglo, firmado por obispos, sacerdotes, laicos, catequistas, campesinos, reencuentra su valentía para defender a los indefensos. Y lo vive como un auténtico lugar teológico de nueva evangelización en contra del pulular de sectas fundamentalistas y plutocráticas.

Es la Iglesia que se coloca en las entrańas de los procesos de liberación de lo inhumano, junto a los indígenas, a los negros excluidos, a los ancianos marginados, a los nińos vejados y abandonados, a todos los oprimidos por la violencia física o mórbida. Y ya se ven los rasgos fisonómicos.[15]

Las Iglesias latino-americanas son estremecidas por trepidaciones del Espíritu, conscientes de la situación de drama y de la responsabilidad del compromiso. Medellín, Puebla y Santo Domingo son piedras angulares de este itinerario de toma de conciencia[16]. El itinerario es largo. El martirologio moderno, caracterizado por el sacrificio de tantos testimonios, infunde valor en los animadores numerosos e inteligentes de estos grupos de esperanza.

- La cultura de la resurrección fermentará también en África, en el sentido de la recuperación de los valores característicos de la comunión, de la solidaridad, de la familia y de la fiesta, típicos de las sociedades del continente. La ayudará a luchar contra las tentaciones recurrentes de fatalismo y derrotismo. Propiciará, entre las tribus hermanas, que se reconocen en la misma cultura o en culturas afines, el hallazgo de puntos de referencia comunes y de sendas de reconciliación. Colaborará a la extensión del área cultural, en orden a la formación de una clase dirigente, que lejos de remedar la arrogancia de los colonizadores, se comprometa a africanizar la vía al progreso en la justicia y en la paz, a ahorrar para la redistribución de las riquezas y para el incremento de lo secundario y terciario. Sin dilapidar patrimonios, por el contrario, instaurando un sistema de participación económica no contaminada por el consumismo occidental. Estas son las premisas adecuadas para crear en el 2000 un módulo de democracia sustancial, con graduación y decisión, potenciando la instrucción que valorice hoy las grandes culturas del continente.

Creará espacios para la inculturación africana de la fe, como se ha producido en las tentativas del Sínodo de la Iglesias del África.

La africanidad tiene un lenguaje muy rico, que incluye como coeficiente esencial la afectividad con sus emociones, con sus sufrimientos, con sus frecuentes exultaciones casi frenéticas y, a veces, con sus lamentos de llanto cósmico. Todo esto busca espacio comunitario y participativo. De aquí, la exigencia de una liturgia creativa y envolvente.

El pensamiento africano tiene un sistema propio simbólico-religioso y un lenguaje propio analógico. Es por tanto necesario, para que el Evangelio llegue al corazón de la gente, que su comunicación pase a través de estas mediaciones culturales. Este es el principio fundamental de la operación Aafricanizar el cristianismo@, después de haber Acristianizado África@.

Es un método de importancia fundamental, hoy, para no perder una ocasión histórica. La desaparición del cristianismo de los primeros siglos del Norte de África se explica también como ausencia de radicación de la fe en la cultura de aquel tiempo.

Es improrrogable estudiar formas de diálogo con las grandes tradiciones religiosas del continente, marcadas por tonos de inspiración cósmica, casi en estrecha parentela con el universo de la naturaleza.

La cultura de la resurrección, además, mediará - con la fuerza de sus principios y con la presencia de sus laicos en las estructuras de los países industrialmente avanzados - proyectos y ayudas no solamente colocados en el plano económico, pero sobre todo en el de las maestranzas y de las inversiones: un real salto hacia adelante de la tecnología en favor de la producción y de la agricultura de las zonas más pobres.

Teológicamente, la síntesis que hay que promover debe ser obtenida entre las culturas africanas y el Evangelio. Su nivel no concierne solamente a la promoción de las liturgias y del folclore local, sino más bien la valorización de las instancias y de los estímulos de las culturas mismas.

El Sínodo africano[17] tuvo este objetivo.

Se trata, asimismo, de organizar la valentía para hacer frente a los fraccionamientos tribales que bloquean los procesos de unidad nacional y, a veces, eclesiástica. Es necesario dar una respuesta africana a problemáticas típicas de este continente, que se halla en una situación de depresión política y económica, y necesitado de esperanza.

4. Síntesis como salvación

- El Asia de la gran alma religiosa exige un Aretornar hacia adelante@ a su código genético de tipo sacro y contemplativo. Pero es necesario que aquél sea releído también con la mediación de aquella contribución que Gandhi reconocía al hebraísmo-cristianismo y que ha predominado en la legislación y en las culturas del Occidente, concerniente a la igualdad de los hombres y el respeto de la dignidad de cada uno sin diferencia de clases.

En las culturas del Oriente, cunas de sabiduría y de religiosidad, el servicio pascual de la Iglesias será en orden al respeto y a la preservación - en contra de las tantas amenazas que se oponen a la identidad popular - del ingente capital de contemplación, que debe ser invertido de manera articulada con aquel de la acción[18]. Tal como sucedió con el magisterio ejemplar de Benedicto de Norcia con su espiritualidad de síntesis después de la acción, que se convierte en contemplación operante, y contemplación hecha acción meditativa. Este patrimonio de valores encarnado puede constituir una contribución al Oriente a fin de que mantenga la fidelidad dinámica al propio ser específico.

Y la acción será entendida, en este caso, dentro del marco de la línea sostenida por la acción blondeliana[19]. Ella parte de dinamismos profundos, para extenderse a toda la vida, incluso aquella de las relaciones sociales y políticas. Por tanto, tendrá que comprender también el compromiso del aniquilamiento de las castas, para reconocer en el colega, humano también - quizás paria - un candidato a un futuro marcado por la presencia de lo divino.

Las Iglesias, en un diálogo muy fecundo con las antiguas tradiciones religiosas y culturales, podrán ofrecer a ambas partes un espacio propicio para el servicio del hombre.

A grandes rasgos, las áreas culturales y religiosas de Asia son tres. Ante todo está aquella del Medio Oriente, en la que prevalecen los musulmanes. Después viene la del Sur-Este, con mayoría hindú-budista. Y finalmente está el espacio inmenso del Extremo Oriente, con mayoría confuciana-taoista-budista. Esta inmensa faja humana ha permanecido bajo la influencia de la ideología del materialismo, sea de tipo colectivista, sea de tipo neocapitalista. La represión y las persecusiones antirreligiosas han hecho revivir crueldades por una parte y resistencia por la otra, desde la primera época de los mártires. Y han hecho el contexto asiático siempre más dificultoso para aceptar el mensaje.

La tolerancia, la colaboración, el compartir la riqueza y los proyectos comunes formarían el tejido de la metodología alternativa a las contraposiciones seculares, que la historia ha revelado como estériles y destructivas.

El ecumenismo interreligioso, después, promoverá itinerarios de búsqueda y de oración hacia el único Dios de los pueblos diversos. Las Iglesias son llamadas a profundizar la base de la teología de la alianza primigenia inherente a la creación, con Adán, primeramente, y después con Noé[20].

Ella precede a la estipulada con Abraham y Moisés. Durante miles de siglos, Dios ha hecho su historia con los pueblos de la tierra. Su amor los toca a todos y camina con ellos. Esta alianza de creación nunca ha sido revocada. Más bien, queda el fondo de aquellas sucesivas de elección.

Con respecto a ésta, y en la medida en que los pueblos no cristianos se acerquen a la única vía de amor, encarnada y proclamada por Cristo, el único verdadero Dios es el Dios de todos los pueblos, aunque es proclamado con tantos nombres y si bien no es todavía conocido como el APadre del Seńor nuestro Jesucristo@[21].

Esta visión no invalida la urgencia de la misión, más bien le confiere la condición para la serenidad y el respeto del acercamiento a la vivencia religiosa diversa.

Es necesario subrayar el hecho significativo de que en Asia, en el espacio de la experiencia cristiana del continente, la mayor parte de los canonizados o de los candidatos a los altares resultan ser fieles laicos, hombres y mujeres de santidad ejercitada en el mundo, que han testimoniado la valentía de la profesión de fe hasta el martirio. Situación opuesta a la encontrada en Euroamérica con el archipiélago de canonizados o candidatos cuya inmensa mayoría pertenecen a la jerarquía y a la vida religiosas.

Este dato puede ser interpretado, para aquella zona de la Iglesia, como un signo de florecimiento de carismas laicos y en particular del germen de la fe, llevado por parte de la base eclesiástica hasta la maduración máxima del testimonio de fidelidad.

Sería un capítulo interesante el estudio del connubio entre el germen de la fe cristiana y la actitud contemplativa, con la dedicación total al Absoluto, típicas de esos pueblos.

Una gran promesa para el futuro del reino.

- En Oceanía la Iglesia está en busca de nuevas formas de anuncio, a pesar de las condiciones de dificultades estructurales y naturales.

La presencia de laicos motivados y sostenidos, a menudo también económicamente, por las comunidades - algunos a tiempo completo en actividades pastorales, como catequistas o Church-leader - constituyen una fundada esperanza para el futuro. Son cuatro, actualmente, las Conferencias episcopales del continente: la del Pacífico, la de la Papua-Nueva Guinea y las Islas Salomón, la de Australia y la de Nueva Zelanda.

- En particular, a la Zona australiana, constituida en gran parte por familias de inmigrados posbélicos, es urgente ofrecer una ayuda a fin de que recobren las raíces, que son de culturas, tanto europeas como asiáticas, marcadas por una religiosidad relevante. Se trata de rescatar el desarrollo de aquella región del riesgo del economicismo y de la eficiencia por la eficiencia, que quita el respiro al crecimiento de la espiritualidad.

Las nuevas generaciones, en particular, deben ser ayudadas para que descubran, a la luz de las tradiciones originarias, a menudo en estado de disolución, y de la historia contemporánea, los riesgos del materialismo, que rinde la vida carente de significado y la convierte en la ley de la selva y la hace intolerante frente a lo diverso.

El futuro de Australia debe ser preparado. Los discípulos del Resucitado tienen la posibilidad de colaborar en la construcción vital de la síntesis entre los valores del tener y del ser, no considerados al mismo nivel, pero en razón de la funcionalidad de los primeros a los segundos. Cooperarán también en la construcción de una convivencia, sobre la base de la justicia, entre hombres de orígenes diversas pero empeńados en elevar una civilización que es necesariamente indivisible, en un horizonte de solidaridad y de subsidiariedad.

Australia tiene el derecho de esperar una fermentación cristiana creíble, para la recuperación de una autentica calidad de vida. En este nuevo clima, madurará la orientación de la promoción y de la distribución compartida del poder, también en favor de los nuevos llegados y de los aborígenes, a menudo privados de una voz incisiva, en una real democracia de participación.

5. La solidaridad, una respuesta al desafío de la globalización

En definitiva, las comunidades de los seguidores de Emanuel, que llevan en su código su signo y su semilla de maduración y desarrollo, han sido llamadas, en esta articulación de civilización, a convertirse en iglesias-con, iglesias-para, iglesias-en, con respecto a las culturas del planeta. Es siempre y únicamente en espíritu de servicio al hombre, icono teomorfo y candidato al Reino perfecto.

Se trata de construir con tesón comunidades de compańía (con), comunidades de diaconía (para), comunidades de sintonía (con), en orden a la disponibilidad de la salvación del hombre. Se trata de crear las premisas para el crecimiento de los valores de libertad, de solidaridad, de dinamismo en la apertura hacia arriba y hacia adelante. Cuanto más urgente se perfila esta meta, tanto más se va haciendo insidiosa la situación mundial por la gestión neoliberal de la globalización.

Dos obras de lúcida análisis de la economía planetaria estudian la metamorfosis del neocapitalismo en el límite entre los dos siglos. Ralf Dahrendorf hace un examen profundo de tipo socio-económico que tiene el título sintomático Cuadrar el círculo[22]. El director emérito de la London School of Economics toma el pulso al planeta con una documentación académica y sin descuentos de optimismos interesados. Presenta la radiografía del mundo más aventajado y la del resto del planeta, que - él observa - no está hundiéndose porque ya lo está. Con respecto al primer mundo, indica la tendencia a la hipervaloración de la economía junto al colapso de las reglas sociales entrelazadas con el oscuramiento del sentido sagrado de la vida y con el aumento de la desocupación, de la desconfianza institucional y de la multiplicación de los delitos y de los suicidios.

Se va extendiendo, después, el fenómeno de la globalización en el cual Atodas las economías están entrelazadas entre ellas en mercado competitivo único@[23]. El sistema subproduce las así llamadas Apersonas-cero@. Así se expresa el autor: ACiertas personas, aunque sea terrible ponerlo por escrito, simplemente no sirven: la economía puede crecer también sin su contribución; por cualquier lado se lo considere, para el resto de la sociedad ellas no son un beneficio sino un costo@[24]. El tejido social así se despliega: ALa gente verdaderamente en desventaja no tiene algún sentido de pertenencia. Los ricos pueden llegar a ser más ricos sin ellos. [...] El producto nacional bruto continúa creciendo junto a la miseria de ellos@[25]. El binomio que emerge así es indicado por Dahrendorf: ALa sensación que se va extendiendo es que toda regla fenece y se difunde una inseguridad profunda@[26].

Acerca de la disgregación social, por causa de la erosión de las reglas sociales, habla otra análisis documentada. Es de Edward N. Luttwak, y tiene un título indicativo: La dictadura del capitalismo[27]. Él lo llama con un neologismo, turbocapitalismo y se apresura a explicarlo en estos términos: ALo llaman libre mercado, pero yo, por el contrario, lo defino como capitalismo sobrealimentado, o más simplemente turbocapitalismo, porque en esencia es diferente del capitalismo rigurosamente controlado que prosperó a partir del 1945 hasta los ańos 80 y que ha regalado las innovaciones sensacionales de la riqueza de masa a las poblaciones de E.E.U.U., Europa Occidental, Japón y de cualquier otro país que haya seguido sus huellas. Pero los extremos tienden a converger, y no tiene por qué producir sorpresa el hecho de que el nuevo turbocapitalismo presente numerosas características en común con la versión soviética del comunismo. También el turbocapitalismo ofrece un modelo único y un corpus único de reglas para todos los países del mundo ignorando toda diferencia en términos de sociedad, cultura y temperamento@[28]. Continuando el análisis, el autor hace coincidir el progreso sin frenos del sistema con la deshiladura social. APermitir al capitalismo avanzar imperturbablemente significa desintegrar la sociedad en una minúscula élite de vencedores, en una gran masa de perdedores de diverso grado de bienestar o de pobreza o en una categoría de rebeldes que cometen delitos. No solamente se erosiona el sentido de pertenencia social sino también los vínculos familiares, que requieren de ese tiempo que contrariamente es utilizado para correr de un modo cada vez más frenético@[29]. En este cuadro, se registra un trend de nivelación de los valores incorporados en las estructuras sociales según sus finalidades humanitarias. APermitir al turbocapitalismo de transformar cada institución, de los hospitales a las casas editoras y las maratones inclusive, en empresas destinadas a obtener la máxima ganancia distorsiona y arruina el contenido esencial@[30].

El turbocapitalismo ha llegado a la ribera de la geoeconomía, en la cual las grandes potencias cultivan un nuevo tipo de interconexión ya no nacionalista-militar, sino económico-financiera. Son tres las características fundamentales de este sistema. Existe, primeramente, la de la deregulation económica y empresarial. Fue instaurada en Inglaterra en los ańos 70 y en los ańos 80 fue importada a los E.E.U.U. Es el paso de la economía reglamentada a la desregulada, con la propiciación de la aparición de la cibernética, substitutiva del trabajo humano.

En este cuadro, el fenómeno de redimensionamiento y de reestructuración como norma suprema, es la aplicación del principio de la economía superior al trabajo y del trabajo superior al hombre. Juan Pablo II en la Laborem exercens había enunciado el principio contrario: AAntes de todo, el trabajo para el hombre, y no el hombre para el trabajo@[31]. Y simultáneamente: AHay que repetir el principio fundamental: la jerarquía de los valores, el sentido profundo del trabajo mismo exigen que sea el capital en función del trabajo y no el trabajo en función del capital@[32]. En el mérito del materialismo economicista se auguraba la Asuperación radical@ con Acambios que proceden en una línea de decidida convicción del primado de las personas sobre las cosas, del trabajo del hombre sobre el capital, como un conjunto de medios de producción@[33].

La segunda iniciativa concierne a la liberalización de las transacciones financieras, gracias al paso en tiempo real de ríos de dólares de un punto a otro del globo terráqueo, permitido por la telemática. Los resultados se manifiestan en la rapidez de las inversiones y movimientos de capitales, en la facilidad de las especulaciones en la bolsa de valores y de los juegos financieros, una roulette perversa actual, que puede derribar las empresas pequeńas y aumentar los intereses de la deuda pública. Y esto, en el ámbito internacional. El hecho que más preocupa en el plano ético y de los valores es que en estas dinámicas no existe posibilidad de control. Aún más, no existe ni siquiera por el momento la posibilidad de monitoring. El proceso no es localizable. El espacio es sólo el cyberspace. Además, las centrales financieras de distribución de capitales están en manos de entes privados y así, gracias al instrumento telemático, no pueden ser controladas por algún gobierno nacional o mundial.[34]

Sigue el fenómeno de la globalización o reducción del planeta a un mercado único caracterizado por el hecho de la desregulación socioeconómica y liberalización financiera. Así, la globalización se está manifestando como una aparente apertura a los países subdesarrollados. Pero con el intento de lucrar, especulando sobre la miseria y el plustrabajo con el pleno aprovechamiento de la plusvalía. Este liberalismo salvaje tiene, entre tantas recaídas sociales, la exclusión de los perdedores, en poder de la desesperación por su futuro y por la disgregación de su familia. Para ejemplificar, el costo del trabajo - y consecuentemente los salarios - en los países subdesarrollados es impuesto por el juego de las sociedades económico-financieras y empresariales. Y, acerca de la deuda pública de estos países, se puede decir que las tasas de interés son impuestas por algunas centrales de poder de los países opulentos.

El desnivel entre ricos y pobres, por tanto, se ha acentuado de modo impresionante. Emerge eso que se llama el efecto superstar, en cuya área el vencedor vence sobradamente y el perdedor corre el riesgo de no tener más nada. Y todo esto sucede porque el vencedor tiene el poder de cambiar las reglas del juego, incluso imponer la regla de la desregulación. Y de esta forma se abre la senda de la llamada globo-colonización.

Estas seńales que amenazan al hombre concreto, hecho de carne, sangre y llanto, pueden ser inscritos en un trend de pensamiento que se presenta como el jaque mate al humanismo y a la esperanza. Y esto, por motivos muy graves. Ante todo, por el objetivo supremo de la globalización que es la maximización de las ganancias sin el correspondiente aumento de salarios.[35] Y luego, porque el sistema, con sus métodos rígidos que tienden a ese objetivo, no puede directamente ocuparse del desarrollo humano de la comunidad, ni hace diferencia en lo que se produce con el capital invertido: armas o cultura, droga o medicinas. Y tampoco - se podría decir - de la calidad y cantidad de la producción, dado que el objetivo puede ser alcanzado también con la reducción de la producción misma. El mundo de la finanza tiende a despegarse y autonomizarse respecto al de la producción.

La globalización, de hecho, se presenta como una forma de neocolonialismo, que utiliza conexiones vía fax e Internet de manera imperturbada y silenciosa. Es el estilo exactamente contrario a los antiguos colonizadores, que se distinguían por el rumor de la retórica de la conquista y de la música ensordecedores de las fanfarrias. El neocolonialismo moderno es más radical y tentacular que el de sus orígenes.

En este clima, pueden prosperar los emperadores del Tercer Milenio, los gestores del imperio planetario del dinero.[36]

Al comienzo del proceso, la globalización económica fue evaluada con optimismo en orden de la esperada distribución de la riqueza general. Honestamente, este optimismo no tiene ya más consistencia. Las crisis del último trienio que concluye el siglo - particularmente en Rusia, América Latina y Asia y en las recaídas terríficas de las economías africanas - indican la fragilidad de los mecanismos del mercado global. Y estas tempestades son casi fisiológicamente recurrentes.

La globalización económica debe ser colocada en un contexto de mundialización cultural y espiritual que tiene en el centro al hombre, a cada hombre del planeta, que debe ser ayudado (subsidiariedad) en nombre de la justicia distributiva a la luz del humanismo a fin de que pueda gozar de los beneficios de la civilización (trabajo, instrucción, salud, riqueza compartida, acceso a los medios), según su mérito y su necesidad.

Por tanto, se necesita de parte de las Iglesias, tejer tramas de compromiso solidario, para crear entre los continente y entre los pueblos y en el interior de las naciones las posibilidades objetivas de un gobierno mundial.

Es este el objetivo del siglo XXI. Sería la garantía de un proceso de planetización sin polarizaciones, que marcaría la incesante evolución del mundo. Sería ésta, la auténtica operación Populorum progressio, la única que recibe la calificación de historia para los hechos humanos, como desarrollo de todos los pueblos y de cada pueblo.

Es esta la contribución indispensable que, en unidad con las religiones históricas, las Iglesias cristianas, marcadas por la nota de la universalidad, deben dar al mundo, pasando del régimen del trono al de la tienda.

Como el Verbo se hizo carne y se acampó con el hombre[37], así las Iglesias deben liarse en las tramas de la historia de los continentes e instalar sus tiendas a lo largo de los recodos del ascenso de los pueblos hacia las metas de la unidad.

6. Los últimos, los primeros: una praxis mesiánica

Son llamados últimos, porque han sido privados del poder, del espacio y del futuro. Últimos, porque sin derecho a voz para expresar su desacuerdo contra su expulsión hacia los subterráneos de la historia, nunca admitidos - sólo en el plano formal tan exaltado por el neoliberalismo - a ver la luz de sus derechos.

Los cultores del Evangelio de ponen ante el drama de los subhombres en términos de desafío y de estímulo. Si la Iglesia es sierva del Dios de la humanidad y de la humanidad de Dios, debe colaborar en la realización de su profecía acerca de los últimos que deberán llegar a ser los primeros.[38]

Se trata de realizar el programa profético del Magnificat[39], cantado por una Hija de Israel, entre los últimos en la estimación de la gran sociedad imperial contemporánea a Ella, pero llamada por el Altísimo a un papel de primera en el nuevo orden del Reino, aún más, colaboradora para el adviento mismo de aquél. María es el modelo, la guía, la porción más condensada del pueblo de los anawin de Yavé, en camino hacia la liberación.

Los últimos son personas con igual dignidad. Aún más, son el icono viviente de la nueva humanidad. Ellos son el Cristo, en los cuales Él se ha identificado expresamente.[40] Por tanto, el desafío debe ser acogido por los discípulos en términos de un serio compromiso, es decir, no de justicia formal, sino más bien de amor político que se compromete.

El amor, como diaconía histórica, es ley pascual. La Primera Carta de Juan motiva y fundamenta el paso de la muerte a la vida con el amor concreto A... pues al amar nosotros a nuestros hermanos comprobamos que hemos pasado de la muerte a la vida.@[41] La mediación histórica para realizar de forma cuidadosa esta norma de vida es la elección de los últimos, en régimen de éxodo. En verdad, el amor no se expresa de forma genérica o nebulosa. En cambio, es dirigido hacia los más indigentes de la comunidad, porque los últimos serán los primeros. Es esta la ley del Reino. El Reino está ya aquí. El futuro está ya presente. Es verdad, el Reino abraza a todos. No excluye a nadie. Opresores y oprimidos están comprometidos en el proceso de liberación. Dios los quiere liberar a todos. Y, por tanto, indica a los opresores de liberarse de las esclavitudes interiores, como dijo al antiguo faraón de dejar salir al pueblo oprimido.[42] La libertad es indivisible. No se puede ser libre en una comunidad, si a una parte de ella se le es negado el espacio para ejercitar esta dimensión. Ella hace parte del hombre, en la forma interior. Que, por su naturaleza, tiende a exteriorizarse en los ámbitos históricos de tipo económico, social, jurídico, político.[43]

La Iglesia asume como suya la praxis mesiánica. Esta tiene como su centro constante, la elección de los últimos. Su raíz es la actitud de la compasión, que es el sufrir con el que sufre[44], hacerse cargo del inmenso peso del mundo. Albert Nolan remarca la necesidad, para los creyentes, de integrarse en los propios tiempos, con el mismo espíritu con el que Cristo lo hizo en sus tiempos. ADeberíamos comenzar exactamente como Él, con la compasión: compasión por los millones de seres humanos que mueren de hambre, por aquellos que son humillados y rechazados, y por los millares de individuos del futuro, que sufrirán por causa del mundo en el cual hoy nosotros vivimos. Y solamente cuando, como el buen samaritano, descubrimos nuestra común humanidad, comenzaremos a experimentar lo que experimentó Jesús@[45]. Para evitar cualquier equívoco, hay que aclarar bien que Ael término italiano >compasión= está muy lejano de expresar la emoción que Jesús efectivamente sentía. El verbo griego splanchnízomai usado en todos los textos, deriva del término splánchnon, que indica las vísceras, las partes interiores del corazón, es decir, las fuentes profundas de las cuales parecen provenir las emociones fuertes. El verbo griego significa por tanto un movimiento o un impulso que sale de las vísceras, una reacción profunda y sentida de bondad@[46]. La Iglesia es el sacramento del encuentro con Dios, que es paz[47]. Ella debe poder mostrarse, por tanto, como un signo creíble de paz, es decir, espacio de experiencia de la paz, a través de la textura de la justicia. A esta tarea ha sido entregada su alegría radiante como signo: AFelices los tejedores de la paz@[48].

7. El Sur del mundo, una nueva frontera

La elección de los últimos se identifica también, con el compromiso concreto por el Sur del mundo, hoy marginalizado y eufemísticamente llamado ATercer Mundo@, mientras sería más oportuno denominarlo AMundo de los últimos@. Y es en este espacio geo-histórico que, como se decía anteriormente, la Iglesia se desarrollará en el Tercer Milenio.

La Pascua es lucha contra la muerte en todas sus formas. La Iglesia lleva la consigna de esta lucha continua. Una de las manifestaciones de muerte más grave en el interior de la historia es actualmente la así llamada guerra tibia. Cuanto más insidiosa, tanto más mistificada en un horizonte que se declara tiempo de paz.

A las puertas del milenio, la problemática gigantesca del mundo es una cuestión de desigualdad económica y social, política y estructural.

En una visión global, la división del mundo pasa transversalmente entre Norte y Sur. Es un problema de penuria de valores y significados para el primero. De pan y de equipos para el segundo, la interdependencia entre áreas geográficas y problemáticas, evidencia que el hambre de los primeros provoca estragos en el Sur, porque la penuria de valores es fuerte en el Norte.

Existe hoy en día una guerra no declarada entre el mundo del hiperdesarrollo y aquel del subdesarrollo. Podemos denominarla una Aguerra tibia@.

Después de la guerra caliente de treinta ańos, así llamada por algunos, que va del >15 al >45 y que tiene como climax las dos conflagraciones mundiales y el recrudecimiento de los totalitarismos en Occidente, vino la guerra fría entre el Este y el Oeste, del >45 al >89 aproximadamente. Se le superpuso la A guerra tibia @ entre el Norte y el Sur. La guerra caliente es un conflicto combatido. La fría está marcada por la fuerza del equilibrio atómico y de la aversión descubierta entre las grandes potencias y sus respectivos satélites. La Atibia@ está marcada por el enmascaramiento de las dinámicas profundas de la iniquidad y de la indiferencia. Es la violencia del no-hacer-ser, que es causada por la actitud del no-ser. El nihilismo de los valores que lleva al nihilismo en las relaciones.

La Iglesia, que tiene la misión histórica de servir al hombre, encarnando, indicando y volviendo a lanzar los valores, se pone en esta inmensa tarea como animadora de ellos para el Norte del mundo. Y todo esto, a fin de que el Sur tenga pan y medios suficientes, para poder elaborar dignamente una cultura propia, en el respeto de las propias identidades originarias. Para la cesación de esta guerra más mortífera aún por ser más silenciosa.

Eso significa que la Iglesia del 2000 será la comunidad que anuncia la Pascua[49], despertando la conciencia del valor de la solidaridad y de la subsidiariedad en el Norte, y de la dinamicidad y de la corresponsabilidad en el Sur. El Sur del mundo no podrá jamás despegar por causa de la deuda pública cada vez más desastrosa, como lo ha revelado la Comisión pontificia Iustitia et Pax en un valiente documento.[50]

Es sobre todo en esta dirección que la obra pascual de la Iglesia debe animar y continuar a estimular. Con gran provecho para el Norte mismo, el cual necesita tener espacios de mercado. Pero más allá de este criterio de interés, es necesario reactivar en el Norte del mundo el principio genético del Occidente - (ay de mí!, a menudo traicionado - de la centralidad del hombre y no de la economía, una actividad instrumental.

Paralelamente a este servicio de hétero- estimulación, las Iglesias del Norte deberán promover el compromiso de la auto-activación. Que es siempre signo de vitalidad a medida del hombre. No, por tanto, de tipo frenético y posesivo, más bien de naturaleza dinámica y oblativa, porque es en esto que se juega la madurez de una entera civilización.

8. Urgencias y estímulos

Para la Iglesia del Resucitado, peregrina en el tiempo, en los umbrales del Tercer Milenio, las tres tareas urgentes se resuelven en el potenciamiento de su código genético de koinonía, profezia y diakonía. La koinonía es la forma de ser de la Iglesia. Ekklesía, de hecho - término con el cual fue designada la comunidad de seguidores - significa propiamente convocación unida por vínculos profundos. La fidelidad a esta dimensión comporta el crecimiento en el diálogo intraecclesiale entre el centro y las iglesias locales, y entre las mismas iglesias locales, además de la confrontación y el camino ecuménico, aunque sea arduo.

Por tanto, la actitud de base es el respeto a la valorización de todos los carismas, que en la mirada de la fe asumen su propia connotación de proveniencia del Espíritu, el cual obra abundantemente también en la base. Esto trae por consecuencia la corresponsabilidad entre los miembros del pueblo de Dios adultos y maduros.

La segunda dimensión es la profezia. Esta incluye la capacidad de mediación y de reconciliación. Se expresa en el diálogo de la Iglesia con las culturas, que están en régimen de pluralismo.

En cada cultura están en estado de latencia tanto las semillas del Verbo como las toxinas del anticristo. El mundo, como toda expresión geohistórica, tiene su emblema en el campo indicado por la parábola evangélica, que contiene una mezcla de grano y maleza[51]. Es el entrelazamiento permanente entre el misterio del Reino[52] y del misterio de la iniquidad[53].

La evangelización potencia estas semillas con el anuncio de la realidad que las hacen ser significativos en plenitud. Y, además, colabora en purificar de los venenos que bloquean el crecimiento de lo humano en la historia.

El ser profético eclesiástico comporta capacidad de denuncia y de anuncio. Estas operaciones no pueden ser cumplidas a distancia, más bien en la convivencia y en el sufrimiento compartido, sobre todo en orden a la valorización de los signos en los cuales sobresale lo divino. Esta tarea profética incluye, por tanto, la capacidad de parte de la Iglesia, de inculturación y de aculturación, gracias a su tarea de fermentación, de luz y sal del mundo, indicado por el Fundador divino[54].

Hoy se trata de retomar las preguntas que siguen en pie, después del ocaso de las ideologías. Es un patrimonio inmenso, que corre el riesgo de quedar disperso si no viene sometido a discernimiento. La profezia eclesiástica, hoy en día, se extiende también a la tarea de ayudar a leer las preguntas subyacentes a las grandes ideologías abatidas.

El ser diaconal de la Iglesia, después es la prosecución del servicio de Cristo. El destinatario es el mundo que Dios ama[55]. Este no se presenta indistinto, sino diferenciado. Eso debe significar, de parte de la intervención de servicio de la Iglesia, el respeto de las urgencias. Esto exige la elección preferencial por las antiguas pobrezas, cuyos portadores son los hombres todavía sofocados en las necesidades primarias en todo el mundo, y las nuevas pobrezas que conciernen a los hombres oprimidos en sus necesidades fundamentales, sobre todo aquellas vinculadas al significado de la vida y de la victoria sobre el sin sentido y sobre el sentimiento de soledad.

9. Novedad y encarnación

Ahora bien, la Iglesia del umbral ya ha declarado su papel, con una fórmula que condensa estas urgencias suyas. Ha hablado de la nueva evangelización. Y lo hecho significativamente en la magna charta del laicado[56].

La evangelización es el anuncio de la novedad siempre antigua y siempre fresca como agua de manantial del amor salvador de Dios - que da sentido, porque ofrece un muelle de arribo a la vida del hombre - y de la resurrección del Hijo, como prolepsis que todo en la historia terminará bien.

Este anuncio está en línea evolutiva con la Abuena nueva@[57] condensada en el evento-Cristo - junto kérux y kérigma, es decir anunciador y anunciado - y de Él ramificada. No es otra cosa que la prosecución de la encarnación de la Palabra.

Es esta la más grande novedad de todos los tiempos. Hoy, sin embargo, este carácter de novedad no se refiere solamente a tales contenidos, pero se refiere también a la historia, que espera de una forma más adecuada y respondiente. Ya Juan XXIII había indicado que el Aespíritu cristiano, católico y apostólico del mundo entero, aguarda un salto hacia adelante. [...] Una cosa - proseguía el pontífice de la gran innovación - es el depósito mismo de la fe, [...] y otra la forma con la cual son enunciadas las verdades contenidas en nuestra doctrina. Será necesario atribuir mucha importancia a esta forma y, si será necesario, habrá que insistir con paciencia en su elaboración@[58].

Se requiere, por tanto, una novedad de forma pastoral de parte de la Iglesia, entendida como obra promocional del hombre entero. Es la innovación antropológica que ha caracterizado los decenios precedentes al inicio del tercer milenio y que continúa desafiando la comunidad de los creyentes.

Esta forma nueva de pastoral es la respuesta a las novedades de la historia de hoy.

Ante todo, la novedad de las fronteras históricas, como por ejemplo las áreas de la dignidad de la persona, de la libertad religiosa, de la familia como espacio prioritario para el compromiso social, las esferas del servicio político, económico y cultural,[59] y finalmente los órdenes geopolíticos renovados con correcciones impuestas de ruta y de óptica.

Luego, existe la novedad de la visión histórica. Además de memoria, la historia es considerada hoy como un proyecto. El Evangelio debe ser explorado consecuentemente en su significado proyectante, que es encarnacional y escatológico.

De aquí deriva el otro tipo de novedad, que concierne al método y al lenguaje. Es necesario no sólo esencializar el mensaje, liberándolo de interpretaciones culturales datadas - problema hermenéutico -, sino también saberlo comunicar en diversos ámbitos con el método de la inculturación, que - como hemos visto . Puede ser considerado un aspecto de la encarnación. Es un problema capital para el cristianismo de la edad secular, aquel concerniente al lenguaje religioso. Ya Dietrich Bonhoeffer se ponía el problema del Acómo@ hablar de Dios en un tejido y en un estilo Asecular@, para hacerse entender de parte de los hombres de la secularización[60].

10. La nueva evangelización, pasaporte para el futuro

Hay que tener presente que hoy el mundo está marcado por lo que es llamado por Hans-Magnus Enzesberger, ocupado en el debate sobre la sociedad capitalista avanzada, Aanalfabetismo secundario@[61]. Este es una consecuencia del pensamiento héterodirecto por la macroestructura de los mass media, así plasmado por las imágenes y plagiado por los mensajes de lo efímero. Il De catechizandis rudibus de Agustín[62] debe ser hoy retomado y aculturado.

Habiendo recordado eso, es necesario agregar inmediatamente que existe un estrato más profundo respecto al analfabetismo secundario, que no es solamente el rechazo sistemático del mínimo de educación permanente y de la pasividad ante las incursiones cotidianas de los mass media, sino consiste en la ignorancia o en la pérdida de los significados fundamentales de la existencia. Podríamos llamarlo analfabetismo radical.

El analfabeto secundario del primer nivel pretende excusarse, repitiendo el antiguo refrán primum vivere, deinde philosophari. Fuera de que el deinde no llega casi nunca, se da la necesidad hoy de reconsiderar el mote según la indicación del maestro de la logoterapia. Víctor Frankl, hablando precisamente de las experiencias hechas por él y por sus compańeros de penurias en los campos de concentración, advierte que cuanto más la vida se vuelve árida, tanto más debe ser despertado el deseo de anteponer el philosophari. Para él esto significa: Adar cuenta a nosotros mismos de la cuestión del significado definitivo@[63].

La vida sin significado es vegetación. Si se vive sin significado, se muero por dentro, sin remisión.

La nueva evangelización, no puede no tener en cuenta esta situación de analfabetismo semántico-radical, los cuales frecuentemente afectan también a hombres de religiosidad ańeja y resignada. El enfrentamiento de esta situación se realiza por medio de la operación llamada preevangelización, necesaria para disponer al anuncio. Esa no es una fase más acá de la evangelización, ya que, tratándose de la nueva evangelización y dirigida a un mundo tan extensamente fisonomizado, llegar a ser parte integrante de ella.

Más radical del ateísmo, la ausencia de significado le quita el desafío, en el horizonte de los desafíos del mundo, a la Iglesia del futuro. Y las velas no pueden ser amainadas.

Finalmente, se pone como coeficiente de la categoría de la nueva evangelización, la novedad de los operadores.

La tarea de la evangelización es de todo el pueblo de Dios, Aa cada uno según su estado y su condición@[64].

Los contenidos de esta nueva evangelización - que es la verdadera nueva frontera - son describibles sobre todo en el área del mundo, en el tejido de lo secular. Este es el campo de acción del carisma de los fieles laicos.

La nueva evangelización es la nueva conciencia de la Iglesia, despertada sobre todo en su franja más extensa, que es aquella del laicado. El futuro de la Iglesia pasa a través de este crecimiento de responsabilidad y de creatividad pastoral, de autonomía y de sentido de pertenencia del laicado, considerado como la presencia de la Iglesia en el mundo y para el mundo de hoy. La nueva frontera de la evangelización pasa por un nuevo humanismo entregado a las manos de los nuevos laicos[65].

Una consigna particular es confiada a los jóvenes para esta tarea de construcción del futuro. Son ellos los llamados a ser Asujetos activos, protagonistas de la evangelización y artífices de la renovación social@[66].

11. Esperanza en la frontera

Hay un diálogo entre los jóvenes de ańos y la Iglesia, empeńada en hacer que su Espíritu la rejuvenezca. ALa Iglesia tiene tantas cosas para decir a los jóvenes y los jóvenes tienen tantas cosas para decir a la Iglesia. Este diálogo recíproco, que se debe realizar con gran cordialidad, claridad y valentía, favorecerá el encuentro y el intercambio entre las generaciones, y será fuente de riqueza y de juventud para la Iglesia y la sociedad civil@[67].

La nueva evangelización no es, por tanto, una cuestión de palabras, sino de servicios. No de propaganda, sino de testimonio. No de tener o de poder, sino de ser y de colaborar.

La nueva evangelización es, ante todo, un compromiso para encarnar el trinomio ya mencionado, que caracterizaba la Iglesia todavía caldeada de Pentecostés. Y, ad intra en la Iglesia, es el de crecer en una koinonía sin barreras, en orden a una general diakonía del mundo sin fronteras. Así se potenciará la capacidad de una profecía creíble de una martyría incisiva. Que es como decir; una comunione potenciada en el interior de la Iglesia redundará en un servicio más util para los hombres. La manifestación de esta comunión para el servicio toma el nombre de testimonio. Esa será la evangelización más creíble para el futuro, propiamente como lenguaje profético, que invoca el Cielo y se abre hacia adelante.

Son estos los rasgos fisonómicos de la Iglesia primigenia. Para la tarea de la nueva evangelización se requiere por tanto el retorno hacia adelante de una comunidad que, propiamente en la fidelidad a su código genético, redescubre el tono justo para la fidelidad al futuro.

En cuanto a la forma de la nueva evangelización, hay que tener presente una mirada de confrontación.

En el primer milenio, las Iglesias muchas veces evangelizaban de manera ambulante. Pablo, apóstol itinerante, es un símbolo que representa tal modo de actuar. En el segundo milenio se dio preferencia a la evangelización institucional: fundaciones de escuelas, hospitales, orfanatos. En el tercer milenio empieza a hacerse camino la tendencia a la evangelización de tipo ambiental. Se trata de crear tejidos de comunión entre la gente. Las Iglesias del tercer milenio, tal como la sal de una tierra triturada, pero necesitada de ser reconciliada, tiene ante ellas el campo de la mediación entre personas, grupos y culturas.

Saber mediar es ser expertos en relaciones en sus dinámicas psicológicas, culturales y sobre todo espirituales, promoviendo y potenciando lo que une.

Saber mediar es ayudar a decodificar los mensajes manipuladores y engańosos, para formar conciencias críticas y libres, que sepan relacionarse recíprocamente, apuntando sobre los aspectos positivos de sus riquezas, las cuales pueden ser aprovechadas por los unos y los otros para crecer.

Saber mediar es defender a los indefensos valientemente, sin compromisos, pero con la estrategia de la no violencia, la cual, lejos de ser consentimiento, es en cambio verdadera resistencia activa sin agresión. El maestro de siempre es Ghandi, quien, inspirado propiamente en el Evangelio, nos ha enseńado que la no violencia no es renuncia a la lucha contra el mal. Es otra forma de lucha, más activa e incisiva que la misma ley del talión, pero colocado en el plano moral.

Saber mediar es educar para la contemplación y la racionabilidad, para lo mundial y la información crítica, además de la contrainformación, sobre todo de gestos concretos y perseverantes en un horizonte de Acivilización del amor@[68].

Saber mediar es educar para la cultura de la reconciliación, que tiene como base la pasión de Dios por el substantivo (sub-stantia): el hombre. El adjetivo es modulación y no-modificación de la substancia. Que sea rojo o negro, blanco o trigueńo, el hombre sigue siendo una entidad sagrada. Incluso si el substantivo connota maldad, la pasión por el substantivo significa la esperanza constructiva que pueda cambiar la calificación negativa, gracias a un esfuerzo suplementario de cuidado para el crecimiento de su ser.

En definitiva, la comunidad de los creyentes en Cristo resucitado, viviendo en el tiempo del intermedio, es decir, en lo provisorio de la historia, pero en espera de la metahistoria estable y eterna, tiene necesidad de ofrecer al mundo en espera el signo de Jonás encarnado, una praxis de resurrección, como respuesta a los estímulos y a los desafíos.

María cantó en la colina de Ain Karim el Magnificat - el verdadero exsultet ante litteram[69] - el himno del paso permanente en el asunto de la temporalidad de la prehistoria, marcada por la fórmula el hombre sobre el hombre, a la historia auténtica, caracterizada por la fórmula el hombre para el hombre. Ella es la experta de la Pascua como apertura de pasos de futuro en la cultura de la vida.

La Iglesia, que en Ella ve el modelo condensado de la novedad traída por el Hijo, hoy más que nunca - mientras se multiplican signos de muerte - ha sido llamada a reproducir el estilo de la Mujer pascual.

En la Iglesia, así, los creyentes colaborarán, unidos con las otras formas históricas de religión y con todos los hombres de buena voluntad de las culturas del planeta, a dar el empuje decisivo al futuro del hombre, formando el hombre del futuro.

ANEXO A LA DOCUMENTACIÓN

Es útil aquí levantar algunos de los nudos problemáticos de la situación en los escenarios diferenciados del planeta.

1. Malestar de civilización

El Occidente es como un cuerpo robusto, pero en manos de convulsiones de consumismo, frenesíes de capitalismo y obsesiones de etnocentrismo. Hedonismo y nihilismo, después, agreden las raíces humanísticas. El relativismo se está convirtiendo en un cuadro de referencia ética. El materialismo manipulatorio difunde secularización en las formas crecientes de indeferencia religiosa. Se continúa corriendo en el tren a velocidad desquiciada. Se comienza a sufrir de vértigos, por amenazas inimaginables hace poco tiempo atrás.

Se registra una tendencia acentuada al pragmatismo, con el enfriamiento de los ideales y la capacidad disminuida de las representaciones políticas, de síntesis y organización de los llamados provenientes de la base en el horizonte de una sociedad compleja. De aquí, la separación entre país real y país legal, el escepticismo y la desconfianza en las instituciones y, a menudo, en la realidad de la democracia, a pesar de haber nacido en la civilización occidental.

1.1. En Europa, en particular, se nota una tendencia a la baja de la unidad, de la idealidad, a la fragmentación.[70]

El proyecto de Estado-nación, que aseguraba un tiempo fuerza socio-político-económica a las minorías, hoy parece que esté bajo amenaza, por causa de la disminución de su poder aglutinante.

Se reseńa, luego, un fuerte baja demográfica. Más allá de cualquier otra consideración, esta situación impondrá muy pronto en Occidente la necesidad de nuevas agregaciones interculturales, con la aceptación de sólidas entradas de inmigrantes, a pesar de la obsesión fóbica del Aextranjero@, que se expresa en formas de rasismos recurrentes y, a veces, neonazismos.

El continente europeo, cuyo código genético registra una relevante actitud de síntesis, asiste - ante todo en el ámbito de antropología radical - al divorcio entre homo faber y homo sapiens, por causa del materialismo neocapitalista y de la mentalidad que privilegia lo presencial y lo inmediato.

El segundo desequilibrio se pone entre el polo de la unidad y el de la pluralidad. Aun proclamando y extendiendo la democracia - siendo ésta de tipo formal y no social y económica - la unidad resulta apariencia de convergencia y la pluralidad corre el riesgo de ser un conjunto de corporaciones desniveladas.

El otro desequilibrio se pone entre entidades nacionales y supranacionales. Los nacionalismos explotan entre los países miembros y el organismo colectivo, en que el más fuerte tiende a hacer ley. A pesar de los principios acordados en Helsinki en 1975. Allí se promovía la reconciliación y el reconocimiento de los derechos de todos los titulares, para construir creativamente mecanismos de solución pacífica del contencioso y de las reivindicaciones de la peculiaridad. La tendencia aquí sostenida se movía en la línea de la relativización de la soberanidad de los estados y del potenciamiento de las estructuras de la comunidad europea, idóneas para defender los grupos más débiles.

Urge construir la casa común como una Europa social, antes que política y económica. También en el interior del Occidente, de hecho, se nota un Norte y un Sur que están constituidos sea por el mundo indígena sea por los sectores guetizados de la población emigrada.

La casa común no puede ser un antiguo fortín protegido, sino un edificio nuevo pronto para ser reconstruido sobre el mismo suelo, que abrace, con los miembros actuales de la Comunidad, los países del Este y aquellos de la cuenca del Mediterráneo que han pedido ingresar.

Es importante que, en sintonía con el espíritu de una democracia social y económica, además de política, no existan planos superiores, habitados por potencias más fuertes, y planos inferiores, destinados a los herederos pobres y los últimos llegados. Es necesario que no se trate, es decir, de un castillo feudal con la planta baja poblado por siervos de la gleba. El peligro de un Sur en régimen de inferioridad en el corazón del Occidente, es real. A la Europa de la filosofía de la individualidad urge substituir aquella de la Europa de la solidaridad.

1.2 Los E.E.U.U. - realidad geopolítica originariamente derivada del Occidente y actualmente potencia planetaria - evocan en el mundo, además del signo de la hegemonía, también el sueńo de las masas de prófugos y emigrantes.[71]

Constituyen el objeto de esperanzas últimas del pueblo transversal de la desesperación. Es el país del self-made man, de las fronteras siempre nuevas, de la tecnología que progresa exponencialmente. Se presentan también como uno de los factores determinantes del equilibrio o desequilibrio económico-financiero en el ámbito planetario - el dólar es la ley - y de la política de control y de condicionamiento en vastas áreas del planeta.

Sin embargo, queda, paradójicamente, la tierra en la que los street people, los homeless han ido aumentando en los últimos ańos. Si Río de Janeiro tiene sus favelas y Ankara sus gecekondus, los E.E.U.U. han conocido también los condominios de cartón, con el aumento de los fenómenos de la desocupación y de la desigualdad de las mujeres en las calificaciones y en las promociones.

En el área más delicada de una civilización, que es la educación de los hombres del futuro, se registra el aumento del consumo de droga entre los más jóvenes. Es todo el sistema educativo que aquí es llamado en causa. La violencia metropolitana ha alcanzado, a fines de los ańos 80 y a principios de los 90, niveles alarmantes. Es sintomático que en Washington el alcalde haya sido constreńido a recurrir en varias ocasiones a la proclamación del toque de queda para los menores de edad. Se presenta emblemática, asimismo, The Big Apple, la AGran Manzana@ de Nueva York, en la cual se registraban un promedio diario de seis asaltos mortales. Las causas están relacionadas en un alto porcentaje al tráfico de drogas. La ciudad símbolo del American Dream se ha transformado en un espacio de crueles agresiones y de desnivel económico. )Podrá la AGran Manzana@ evitar podrirse? Es el desafío emblemático para toda América, país de contradicciones, espejo planetario de las convulsiones. Una tierra en búsqueda de la gran promesa de una nueva frontera. Sobre todo moral.

En el interior de esta nueva situación de angustia, brotan preguntas éticas, para conjurar el descarrilamiento. La ética tiene también un valor económico. Sobre todo un valor salvador. La leadership del mundo corre el riesgo de llegar a ser mediación exportadora de modelos de vida económicamente vivos, pero a menudo culturalmente apagados. Urge proponer de nuevo formas de redescubrimiento y de relance de un patrimonio riquísimo, que echa sus raíces en el humus de un mensaje con sus cuatro valores fundamentales de civilización: interioridad, solidaridad, dinamismo histórico, significado del dominio cósmico. Sólo así emergerá la conciencia de la transformación de la leadership económica en una nueva cultura de servicio al hombre.

1.3. En cuanto a los países que pertenecieron al socialismo real, el fin de siglo los sorprende en una situación de revisión y de reestructuración profunda. Monolitismo de visión y de poder se revelaron sin salida y consistencia histórica. Gobiernos que se declaraban emanaciones del pueblo, luego se autorevelaron como opresiones sobre el pueblo. Economías en crisis, tecnologías atrasadas, militarismo absorbente, desafecto de los trabajadores por causa de la falta de motivación. Y sobre todo resistencia a aquella ideología que desde decenios se hacía cabestro de la libertad de pensamiento y de conciencia. La disidencia cultural ha resistido. La religión no ha cedido en las conciencias. Por el contrario, en algunos estados se ha revelado como susbstancia del espíritu del pueblo (Volksgeist) y, por tanto, base no superficial del rechazo al régimen.

El viento del Este ha soplado impetuoso. No ha sido improvisado, sino preparado por la conciencia colectiva, alimentada de cultura alternativa. Los muros de cal han caído con las murallas de antiguas difidencias. Ha surgido de esto una revolución abigarrada, como hemos analizado en el segundo volumen, tendencialmente democrática y no violenta.

Ha vencido la racionabilidad en la reconquista de los valores y en su jerarquización a partir del hombre.

Existe pues un fermento de un repunte cultural, social, político. Se abren espirales de un futuro diverso. Cuántas tentaciones de retorno al materialismo en otras ediciones se registran. El momento es extremadamente delicado. El socialismo democrático, como principio de socialización de la riqueza en orden a la justicia distributiva, es una instancia que no hay que sacrificar al Moloch del economicismo capitalista siempre al acecho. Que sigue siendo una forma de materialismo.

2. Entre emergencia e impotencia

2.1. América Latina presenta en el límite del milenio una diferencia cada vez más dramático entre los ricos, beneficiarios de las protecciones neocolonialistas externas, y la masa de los pobres, a los cuales ha sido cortado el camino hacia las riquezas inmensas del propio subsuelo.[72]

Es esta absurda desigualdad que hace explotar el conflicto entre la ideología del liberalismo económico y pragmático hasta el cinismo - sostenido abiertamente o subrepticiamente, o todavía substituido por los poderes militares o paramilitares - y los sectores de un colectivismo revolucionario de reacción.[73]

En medio, un pueblo que va asumiendo la conciencia de su dignidad y de su capacidad de caminar autónomamente, mientras teje una trama de paciencia constructiva. Y todo esto, no obstante los pesos aplastantes del sistema financiero, militar y delicuencial, concerniente sobre todo a los mercaderes de la muerte.

Se registra el fenómeno masivo del éxodo del campo y de la urbanización, sea en una forma forzosa por causa de la expropiación de la tierra, sea espontáneamente por una desenfrenada esperanza desesperada. Hay que pensar que en América Latina, en los ańos 90, el 65% de la población vive en las periferias deshilachadas de las metrópolis. La gente intenta escapar de las áreas de la miseria, pero cae en una forma de escualidez más grave, causado por el proceso de urbanización tumultuosa. El sector primario de la agricultura, de tal forma, va en depresión y, en el asalto incesante a las ciudades, prospera la cultura del expediente, de la explotación, de la delincuencia. Los anillos más débiles de la cadena humana - los menores, que viven habitualmente en la calle, los meninos da rua - constituyen un problema ético, antes que policial.

A las puertas del tercer milenio, se calcula en aproximadamente unos 20 millones la masa de ciudadanos sudamericanos que habitualmente duermen al raso. Los sin techo se revelan dramáticamente como los sin todo.[74]

La tierra latinoamericana está marcada en gran parte por paradojas: riquezas del suelo y miseria del rédito, fecundidad de vida y obstrucción a las nuevas generaciones. La mayoría de los pobres son jóvenes, y la mayoría de los jóvenes son pobres.

2.2. La situación de África, a las puertas del 2000, oscila entre culturas originarias, todavía fuertemente radicadas en la base, y poderes en busca de equilibrios políticos ásperos, después del largo letargo colonialista.[75]

Los valores tradicionales - justicia, solidaridad, familia - de hecho sufren manipulaciones, por luchas de poder y de grupos de integralismo religioso. En muchas zonas se experimenta aún la esclavitud de las necesidades primarias, como el hambre, la sed, la alfabetización. La condición social de África se encuentra hoy, en particular, en un grado alarmante de depresión económica, política y sanitaria, que hace de este continente la región más a riesgo del planeta.

Conflictos étnicos, desniveles de clases, demagogias y despotismos, dictaduras de partidos únicos, dilapidaciones de los fondos públicos, gastos faraónicos para los representantes del régimen, ineficiencia de la burocracia e incompetencia del aparato económico y financiero, sistemas de corrupción endémica, profesionalidad deficiente de los cuadros, fragilidad del sistema escolástico, sanitario y vial, constituyen el tejido deteriorado de la sociedad del continente. Estos fenómenos se conjugan con frecuentes casos de calamidades naturales, sequías, carestías, mala alimentación, antiguas epidemias y nuevísimos flagelos como el AIDS.[76] Las ayudas internacionales escasean y demuestran ser gravemente inadecuadas.[77]

Las tentaciones de totalitarismo y de corrupciones tribales evidencian el efecto del contagio de los sistemas de colonización, agravados por el signo recurrente del racismo.

El continente entero es el más vulnerado por el colonialismo: AÁfrica es ciertamente el continente que ha pagado más que los demás el precio histórico del encuentro con el mundo externo. Recordemos solamente algunos hechos muy simples. La esclavitud: del 1500 al 1800 fueron transferidos a las Américas al menos 50 millones de esclavos. El colonialismo: han sido creadas poquísimas estructuras, en función más que otra cosa de nosotros y de nuestros saqueos. África ha sido saqueada de una gran cantidad de bienes. El Aembrague@ impuesto al África por la Conferencia de Berlín que la ha dividida en 50 estados: una elección alucinante. Finalmente, debemos tener presente que cuando las independencias llegaron, las burguesías negras no hicieron otra cosa que enriquecerse a espaldas de su propia gente, haciendo de trámite para la gran finanza internacional, a expensas de las comunidades locales. Todo esto ha llevado a África a ser hoy el continente más pobre@.[78]

En esta situación límite, tentativas de diversa extracción - desde los movimientos de independencia y de promoción social a aquellos eclesiásticos - están cargadas de futuro. Se realizan esfuerzos dirigidos a encontrar salidas de participación y de mercado. Sobre todo, se intentan ejecutar síntesis vitales entre los antiguos valores de la africanidad y los de la modernidad. Que, en el momento de la aculturación, golpea con insistencia en las puertas del continente.

Son éstos, los desafíos recogidos por las Iglesias africanas y lanzados a la comunidad internacional, responsabilizada por la presión de la deuda externa, de la iniquidad de las contrataciones comerciales de parte de la potencia del Norte respecto al Sur cada vez más empobrecido.

La caída de los regímenes del Este ha producido una grave crisis de los regímenes filosoviéticos de África.

Queda ahora el espacio para la formación de la conciencia democrática. En muchos países ha sido invocada, para esta construcción improrrogable, la presencia de las Iglesias.[79]

3. Entre apuestas y contrastes

3.1. Asia continúa su itinerario de sabiduría secular, centrada en sus religiones ricas de sentido de trascendencia, mientras busca dramáticamente una adaptación en todos los ámbitos de la modernidad.[80]

La aculturación de tipo occidental no ha trastornado su alma, pero ha marcado sus costumbres y sus módulos políticos y económicos. En algunos países - como China - de tendencia colectivista, el salto social se ha registrado a partir del atraso de los mandarines, pero los costos han sido muy altos para las tradiciones de la conciencia étnica, para la libertad religiosa y civil.

En otros países - como Japón - el liberalismo económico, aunque se ha diluido en cierto modo respecto a la versión occidental, ha intentado desnaturalizar la identidad cultural y el sentido religioso de la vida y de la ética allí radicadas, formando un pueblo laborioso, satisfecho, pero carente de grandes valores. Y con la denuncia de un vacío existencial de vértigo.

En otros - como en la India - la presencia compartida de pobrezas extremas en estratos extensos y de burguesías de tipo occidental en las áreas de privilegio no favorece la síntesis popular en la justicia y en la democracia, según el mensaje de Mahatma Gandhi, que dio su propia vida por este ideal.

En todo el Oriente se está realizando un esfuerzo para conjugar el aspecto contemplativo, pertinente a su patrimonio más auténtico, con el dinamismo de la modernidad constructiva.

En suma, Asia es un laboratorio de contrastes muy especial. Es un melting pot de tradiciones religiosas entre las más antiguas y de desarrollo tecnológico más moderno. Las ciudades emblemáticas - Dhaka en Bangladesh, Djakarta en Indonesia, Calcuta en la India, Shang-hai en China - registran una coexistencia de operaciones económicas arriesgadas, por una parte, y de masas en estado de miseria, por otra. El contraste histórico, luego, es dado por las culturas de la no-violencia, descendientes de las religiones de prevalencia contemplativa, y las guerras entre las más cruentas de este siglo, como - por ejemplo - entre la India y Pakistán, entre Pakistán y Bangladesh, entre Indonesia y Timor-Este, además de las fratricidas: coreana, china y vietnamita.

A estos problemas se unen los atávicos, que hoy día hacen que el contraste sea aún más dramático, al tomar en cuenta la declaración oficial de la dignidad del hombre y de su libertad. Se considere, por ejemplo, en la India el problema de los dalit o parias, hombres y mujeres, varios millones, y casi sin derechos reconocidos de hecho.

En una perspectiva positiva, hay que hacer notar que se va entreviendo una sistematización nueva del continente más populoso del planeta. Asia es un gigante no sólo en razón de la cantidad de gente, pero también - como se perfila - en el plano de la calidad unitaria. No obstante las diferencias culturales, políticas, económicas, legislativas, se advierte la necesidad de conjugar la calidad con la cantidad. Y esta es dada por la unidad.

Desde hace tiempo, el surgimiento de los Estados Unidos de Asia era deseado como una necesidad histórico-cultural. Tanto más ahora, después de la caída de los muros policromos, después de la caída del bipolarismo, después del alargamiento en perspectiva de los Estados Unidos de Europa y de la creación proyectada del mercado común entre E.E.U.U., México y Canadá (North American Free Trade Agreement - NAFTA).

3.2. Oceanía está en una condición de fragosidad geofísica y de renovación geopolítica, por causa de antiguos establecimientos y continuas inmigraciones.

Estallan, por tanto, problemas nuevos de estructura, junto con los antiguos, debido a las condiciones de la naturaleza. Ayer podían ser de interés no primario, pero, en el horizonte de un mundo estrechamente interdependiente, son hoy urgencias a enfrentar.

Significativa es la condición de la región australiana, caracterizada por el más alto nivel de cosmopolitismo del planeta y de concentración metropolitana, unida a una bajísima densidad de población.

Australia ha sido transformada por una enorme inmigración posbélica, proveniente de Europa y de Asia. Los emigrantes, que se establecieron, han adquirido, gracias a su trabajo esforzado, un fuerte sentido de pertenencia y de colaboración consciente al boom de la economía.

Todo esto, sin embargo, vivido en un horizonte de eficiencia, paso a paso afirmándose sin referencias sólidas, ha hecho surgir una sociedad de bienestar y de autosuficiencia, con rasgos de intolerancia hacia lo diverso, que hizo su aparición posteriormente en la escena.

Se advierte una gran necesidad hoy, de dar poder efectivo a los sin poder, sean ellos aborígenes, sean titulares de pobrezas antiguas y nuevas, en número creciente.

Los desafíos al cristianismo, por consiguiente, aquí son dados por la presencia invasora de la secularización, que corre el riego de degenerar en secularismo, en el interior de un proceso de postiluminisno, hedonismo y relativismo ético, en unión con un notable desnivel económico respecto a los aborígenes.

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Alfons Sarrach

MEÐUGORJE B EL A TERCER OJO @ REGALADO

Quien se haya encontrado alguna vez con una hindú, probablemente vestida con un pintoresco sari, seguramente habrá advertido que la mayoría de ellas lleva en la frente el bindi. Su verdadero significado, inclusive para los propios hindúes, no está del todo claro. Si preguntamos a alguno de ellos, responderá que la llevan las mujeres casadas. Pero hoy en día hasta las peque½as ni½as se adornan con el llamado bindi. El verdadero significado es más profundo. Eso se advierte observando las imágenes hindúes, así como las divinidades masculinas. Todas ellas llevan bindi.También contiene un significado religioso.

La respuesta la encontramos en Bhagavad B gita, que es el libro sagrado de los hindúes, el cual frecuentemente se compara con el Nuevo Testamento. En él se hace una óptima descripción de una gran batalla ocurrida en Kuruksetre (muy cerca de lo que actualmente es Nueva Delhi), entre miembros de una familia, eran las tribus de Pandava y Kaurava que se encontraban enemistadas. Cuando el rey Arjun, jefe supremo de la tribu Pandava, echa una mirada al otro lado, y reconoce a muchos de sus parientes contra quienes debe luchar. Horrorizado lanza sus armas del vehículo. Es en ese momento que el cochero se da la vuelta y descubre que él es Krishna, el dios Vishnu convertido en hombre; en ese instante le ensena a Arjun, lo que es el sentido del deber. El rey, visiblemente impresionado, le implora compasión al cochero, que puede mirar su naturaleza divina y así descartar hasta la última sospecha. Entonces Krishna pronuncia estas palabras importantes:

APero tú no podrás mirarme con tus propios ojos. Yo te concederé un ojo divino. Aquí está mi maravilloso poder divino@. (XI,8)

En otras palabras, el ojo humano no puede ver la naturaleza divina. Ésta antes se debe destruir. Es necesario una compasión especial, un ojo especial para que Dios, y lo que es más importante Bla relación de Dios con el universo, con todo el mundo que ha creado- observado y hasta un cierto punto, comprendido. Desde que estuve la primera vez en Mepugorje, no puedo liberarme de esa imagen.

Columna de luz

Al principio de los acontecimientos en Mepugorje, mucha gente del valle vio que la cruz en Kriñevac, se convirtió en una Columna de luz. Una columna que insinuaba la luz que a los israelitas, hace más de 3000 anos, les mostró el camino para salir de Egipto.

De una cultura deformada en el desierto, Dios preparó para ellos una lista completamente nueva de valores, en la cual, la cultura humana y la vida espiritual debían desarrollarse dentro de un espíritu divino.

Cuando miramos los acontecimientos en Mepugorje, casi diez a½os retrospectivamente, podemos confirmar que en mucha gente se ha arraigado una nueva manera de mirar el mundo y la relación con Dios. Como si la Virgen hubiera regalado a Mepugorje el Atercer ojo@, para con él poder mirarse desde ahora, asímismos y al mundo que les rodea, con otros ojos.

Se crea o no, eso define la manera de mirar el mundo. Sobre el particular está por demás cualquier otra discusión. La decisión para la mentalidad de consumo o la decisión para el renunciamiento, cambia fundamentalmente el comportamiento de un hombre. Decidirse por el lujo o por una vida sencilla, puede darle a toda una cultura, una nueva calidad. Es la elección entre el poder y el servicio. Eso bien podría revolucionar la historia de la humanidad y, en un futuro, darle una dimensión ya sea de discordia o de paz.

Cambio de visión

La conversión significa: cambio de visión! La conversión originó que Saúl se convirtiera en Pablo, a imagen de Jesús, su obra en la Tierra; derrepente vio con otros ojos a los cristianos, y entendio el mensaje de Jesús; miró de tal manera que le permitió identificarse con aquellos que hasta entonces odiaba y perseguía. Un sin número de veces nuestra Virgen de Mepugorje ha repetido las siguientes palabras: A!Decídanse por Dios!@.

La conversión, Ael optar por Dios@ hizo de muchos peregrinos, hasta a veces de simples peregrinos curiosos, profetas. Las profecías no son pronósticos del futuro, no es la equivocación en la que aún nos encontramos, sino el recuerdo de aquello que Dios ya anunció al hombre, la advertencia e indicación de una confusa situación sin salida. Es el reconocimiento del camino que Dios hace mucho tiempo senaló. El profeta penetra con su ojo espiritual, iluminado de misericordia, con una Ailusión enganosa@ de su tiempo, a las ilusiones que la gente ya perdió.

En muchos encuentros religiosos, encuentros eclesiásticos, en aquellos que algunas veces no son religiosos, o en aquellos a nivel nacional o internacional, siempre se encuentra la gente que hoy día se denominan a sí mismos Aamigos de Mepugorje@. Eso se puede corroborar especialmente en los encuentros de los jóvenes, o en los encuentros con el Papa. Parece ser que ellos representan un núcleo expontáneo no organizado, con muchas actividades en el mundo. Ellos dictan las reglas del juego de la civilización moderna, llegan hasta el corazón de las cosas y siempre están allí, donde el espíritu santo, quien en forma silenciosa e imperceptible, ensena los nuevos caminos. Ellos actúan activamente en las zonas donde hay crisis, y mediante discusiones espirituales.

El profeta antes que nada, sufre por su labor. Eso también se aplica al movimiento profético. A través de él se mide si el mensaje en el cual hace referencia a Dios, descansa en el engano humano. Desde sus inicios, se investiga constantemente sobre Mepugorje y las calumnias, sospechas y desconfianza, se expanden como una una bola de fuego. Empezando por las dificultades en el Obispado de Mostar, hasta los lugares más alejados del mundo. En todas partes, cada una de estas indagaciones ha sido aprobada. Habría que tomar en consideración las posibilidades, y quien sabe, prepararse más en el nuevo milenio.

El profeta, algunas veces puede tener la lengua aguda. Puesto que su tarea es culpar al tiempo y al pueblo por haberse Aapartado del camino@, y a veces, llamar a la conciencia de los Adébiles@ y líderes lentos. Sin embargo, él nunca tratará de colocarse en el lugar de una institución, no derribará a los responsables, como frecuentemente hacen los revolucionarios, para que luego de una exitosa destitución de las autoridades, se coloquen asímismos en el poder. Sería traicionar su propia labor. Él permanece como servidor del Todopoderoso. Esto vale para Mepugorje.

El profeta está capacitado para escuchar. Él alcanza a oir la voz de Dios. Aquello que es importante para los fervientes peregrinos de Mepugorje, no es la discusión, sinó su capacidad para escuchar. Ellos no se cansan de escuchar. Esto les posibilita la madurez interior. Este comportamiento es el símbolo para toda la Iglesia.

Mejor observación de la realidad

El Obispo de Fulda, Dr. Johannes Dyba, en su catedral de Alemania, durante un encuentro con los peregrinos de Mepugorje, los calificó de Aduros por naturaleza@. De la boca de un pastor, el hombre no podría esperar mayor halago. Él con esto estaba destacando la existencia y la fuerza de resistencia, tan típicas en estos grupos.

Uno de los más conocidos sicólogos del siglo XX, Abraham Maslow, observó que su trabajo mayormente se orientaba a la gente enferma. De ahí le vino la idea de observar a la gente sana, para determinar cuáles son las razones de su favorable estado de salud. Maslow no fue precisamente un hombre religioso y su curiosidad ha sido en su totalidad, de índole científica. Durante muchos anos escogía a la gente, que mediante la salud espiritual y corporal llamaba su atención; llegó a un descubrimiento sorprendente. De las particularidades que pudo observar en esa gente, mencionaremos tan solo algunas:

  • Ellos poseen una mejor observación del mundo real
  • Ellos pueden aceptarse asímismos, a los demás y a la naturaleza
  • Ellos se encaminan hacia los problemas
  • Ellos poseen un sentimiento indesgastable de valores. Poseen un fuerte carácter ético y lo que es más importante, están imbuídos de experiencias místicas (la pérdida del yo y la experiencia trascendental).
  • Su experiencia en el ano 1962, ya la pudo resumir de la siguiente manera:

ALo poco que he leído sobre las experiencias místicas, me ha llevado a una relación con la religión, con visiones sobrenaturales. Como la mayoría de los científicos, manifesté mi desprecio, rechazandola como una estupidez, como una alucinación o tal vez histeria, como probablemente algo patológico....

Pero la gente que me comentaba o escribía sobre tales experiencias, no eran casos patológicos. Ha sido la gente más saludable que he podido encontrar. Sin exageración, esto se aplica para muchos grupos de Mepugorje, evidencia que también podrá ser confirmada por algún Obispo.

A Todo lo hago de nuevo @ (Otkr 21,5)

En la teología, hace tiempo se sabe que la compasión representa una naturaleza, AGratia supponit naturam@. Basados en antiguas normas, parece que no es únicamente importante escuchar a Dios como profeta, sino observar los acontecimientos en la naturaleza e historia. Dios no actúa fuera de la historia, Él actúa en la historia. Si deseamos reconocer el carácter profético de Mepugorje, no lo podremos hacer sin antes realizar un análisis exacto de los acontecimientos en la historia moderna, primordialmente de los grandes cambios, e intentando fortificar la existencia de la relación entre los mensajes del cielo y los acontecimientos en la vida terrenal.

Una nueva época

Ante estas circunstancias, dos hechos actuales merecen especial atención.

A.- El análisis del sistema nos ayuda a comprender las relaciones entre los hombres, las máquinas y el medio ambiente; y los efectos en la vida económica y social. De esa manera se ha descubierto que tanto el incremento y el descenso económico sufren fluctuaciones, y que este ciclo responde a circunstancias sociales, morales y religiosas.

Algunos creer haber advertido que la obsesión sexual de este tiempo, nos llevará a una prolongada pobreza económica.

Desde el Renacimiento y desde la educación del hombre por sí mismo, su intelecto cada vez más se iba colocando en el centro. El colapso de esta posición espiritual, en toda su dimensión, hemos experimentado a finales del siglo XX.

Al final de una etapa de desarrollo, aparece una gran cantidad de nuevas necesidades, algunas veces completamente contrarias a la naturaleza. Estas necesidades surgen en el momento cuando muchos piensan que se encuentran en la cúspide de una etapa que está ya en descenso. El hombre que descubrió este principio, el ruso Nikolaia Dmitrijewitsch Kondratieff, fue muerto en 1938 por orden del dictador soviético, Josef Stalin. Apenas tenía 46 anos de edad. A qué descubrimiento le temía Stalin?

Muchos son los problemas con los que hoy en día nos enfrentamos. Al final del tiempo, formado bajo la influencia del hedonismo y el materialismo, inconscientemente se acumularon las necesidades espirituales, a las que algún día se les dará escape. La pregunta es, cuáles valores espirituales o falsos serán ofrecidos al hombre. La Virgen de Mepugorje ha previsto este tipo de acontecimientos y sin cansancio desde el ano 80 nos llama: A!Decídanse por Dios@! a tiempo, antes de caer bajo la influencia de nuevos enganos. Ella ha previsto que le llega a la gente un vacío espiritual y lo desea encaminar en una dirección correcta.

Al final del libro de los descubrimientos podemos leer: ATodo lo hago de nuevo@ (Otkr 21,5).

Se advierte que la Virgen de Mepugorje en sus mensajes, frecuentemente utiliza la palabra Anuevo@. En mayo de 1992, se dijo:@ Mi presencia aquí es para conducirlos por un nuevo camino, el camino de la salvación@. En noviembre del mismo ano, dijo: A... estoy aquí para ensenarles y conducirlos por un camino nuevo de conversión y sacrificio. Recién así descubrirán a Dios y todo aquello que se encuentra lejos@. Un mes después dijo: A... en todo el mundo hay mucha intranquilidad. Por eso los llamo para que todos ustedes, conmigo y mediante la oración, construyan un nuevo mundo de paz@. En enero de 1993, la Virgen continuó este mensaje: A Yo estoy con ustedes y los conduciré a una nueva época@.

Fin del yo B cultura

B. Uno de los conocimientos más importantes de la física, es el cambio y la mutua participación en la creación total. El aspecto universal y básico de la realidad. Un autor describió esto de una manera comprensible: Una mariposa en Australia puede provocar un huracán en el Caribe. Hasta las cosas más insignificantes están participando, sin interrupción y en forma conjunta, con las más grandes.

Por esta razón debemos recordar el mensaje de la Virgen en diciembre de 1992: APor eso los llamo, para que todos conmigo, a través de la oración construyan un nuevo mundo de paz. Yo sin ustedes, no lo puedo hacer. No olviden que vuestra vida no les pertenece; es mas bien un regalo con el cual tendrían que alegrar a los demás y conducirlos a la vida eterna@. A... a través de cada uno de ustedes deseo la conversión y la salvación del mundo@.

Ahora, después de casi 20 anos, en Mepugorje y a través de Mepugorje a lo ancho y largo del mundo, se reza y ayuna intensivamente.

En lugar del yo B cultura, la Virgen introduce una nueva cultura dirigida hacia otra gente. Su influencia en el destino de la humanidad y el curso de la historia es posible B si pudiéramos observar desde la eternidad, quedaríamos estupefactos. En el a½o 1991 fracasó el comunismo. Desde 1981, la Virgen de Mepugorje crea las bases para un nuevo pensamiento. Ella inicia una avalancha de oraciones, que no se debería detener. A manera de broma, simplemente se podría decir que la Virgen nos ha ense½ado, de una manera extraordinaria, el análisis del sistema y la física moderna.

Los tres dedos

El 10 de octubre, el filósofo espa½ol Raimond Panikkar, hizo una importante declaración en la radio alemana HR2. Él dio a conocer fehacientemente que la era del monoteismo está finalizando. Solamente el cristianismo tiene otra visión. Esta declaración fácilmente se puede interpretar erróneamente. Él intentaba decir que Dios es vida y relación!!!

Una vez terminada la majestuosa peregrinación en Kriñevac, en Podbrdo, se agregaron 15 estaciones para rezar el rosario. En el primer cuadro se observa una escena en la cual se destaca la Anunciación en Nazaret. Generalmente los artistas de todas las épocas, dibujan a María arrodillada, imbuída en la oración, delante de ella, y en un plano superior, el arcangel Gabriel. En Podbrdo, esta imagen aparece exactamente a la inversa. María está parada y delante de ella, un poco más hacia abajo, aparece un ángel corpulento. Tan grande que su ala derecha se sale del marco del cuadro. El ángel le extiende a María tres dedos y se presenta como el enviado del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes de anunciar el mensaje, mediante su actitud, da a conocer quién es María, que no está solo llena de misericordia, sino Blo que es más importante para él B es la AReina de los ángeles@.

Los tres dedos extendidos tienen también otro significado. Ellos anuncian un nuevo tiempo. Tiempo de la Santísima Trinidad. Dios se presenta de distintas maneras en el mundo y según las leyes de la naturaleza. El artista ha demostrado una intuición genial. Se anuncia tal vez, a través de Mepugorije, una nueva época en la cual las relaciones entre la gente desempenarán un papel decisivo. Su declaración: ANo olviden que vuestra vida no les pertenece... es un regalo con el cual deben guiar a los demás, a la vida eterna .... es decir, a la vida plena@. Cuan grande es nuestra responsabilidad, anunció la Virgen, en noviembre de 1987, muy cuidadosa y amablemente, cuando dijo: ADios nos dio a todos libertad, que yo con amor respeto y me inclino humildemente ante vuestra libertad@.

Un vidente en Kureska, cuya labor comenzó en Mepugorje, recibió el encargo de construir en Eslovenia una iglesia en honor a la Santísima Trinidad.

Esto nos conduce al mismo propósito. Dios nuevamente levanta un poco más la cortina que nos separa de Él. Él desea que acabe la civilización donde la gente se adora así misma y donde se magnifica el intelecto humano; que la humanidad y los lazos que mantienen esa humanidad unida, reciban Su sello. Él los desea acercar a la devoción.

En eso Mepugorje ha sido y es el camino y el medio. Éste es el conocimiento ante el cual solo podemos caer de rodillas y clamar: Senor, cuán extra½os son tus caminos!

 

[1] Cf. Conc. Ecum. Vaticano II, Decreto sobre el ecumenismo Unitatis re­dintegratio (21.11.1964), n. 4, en AAS 57 (1965) 90-107; Id., Decreto sobre el apostolado de los laicos Apostolicam actuositatem (18.11.1965) n. 14, en AAS 58 (1966) 837-864; Id., Decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros Presbyterorum ordinis (7.12.1965), n. 9, en AAS 58 (1966) 991-1024.

2 ASin darnos cuenta, - hace notar Bühlmann - nos hemos convertido en testimonios de un proceso histórico de la Iglesia. [...] La Iglesia meridional ocupa un papel leader, no sólo del punto de vista cuantitativo sino también cualitativo [...] Se podría escribir por consiguiente una historia de la Iglesia y decir aproximativamente que el primer milenio cristiano se desarrolló bajo la orientación de la primera Iglesia, la Iglesia oriental con sus primeros ocho concilios, todos realizados en Oriente. El segundo milenio ha presenciado el predominio incontrovertible de la segunda Iglesia, la Iglesia occidental, nuestra Iglesia por excelencia. En el tercer milenio, probablemente será la tercera Iglesia, la Iglesia del Tercer mundo, la que tomará el mando, pero siempre en el ámbito de una Iglesia católica única.@ (W. Bühlmann, La Iglesia a las puertas del tercer milenio, Dehonia­ne, Bologna 1990, pp. 25-26).

3 J.-B. Metz, Im Aufbruch zu einer kulturell polyzentrischen Wel­tkirche, en *Zeitschrift für Missionswissenschaft+, Münster i. W., (1986) 140.

4 W. Bühlmann, La Iglesia en los umbrales del tercer milenio, o.c., p. 28.

5 Bühlmann, con la mirada vuelta hacia el dictado conciliar esencializado, propone una suerte de decálogo de la Iglesia en los umbrales del tercer milenio, verdaderamente una y culturalmente policéntrica. Las indicaciones son distribuidas en tres ámbitos: en el ámbito de los problemas eclesiásticos, las primeras tres; en el ámbito de los problemas relativos a cada uno de los continentes, las cuatro siguientes; en el ámbito de los problemas mundiales, las últimas tres. A1. Respetarán el justo ámbito de la la razón: la autonomía de las ciencias. 2. Se considerarán pueblo de Dios: los laicos en la Iglesia. 3. Se reconciliarán con los otros cristianos: ecumenismo. 4. Se pondrán de parte de los pobres. Justicia: América Latina. 5. Admirarán la grandeza del Creador. Inculturación: África. 6. Reconocerán el AYo soy@ de todos los pueblos. Diálogo con las religiones: Asia. 7. Acompañarán a los creyentes nómades. Secularización: Euroamérica. 8. Reforzarán las filas de los operadores de paz: Iustitia et pax. 9. Desarrollarán la tierra en las huellas del Paraíso: ecología y escatología. 10. Encontrarán al Dios de la historia: mística y política@ (Ibidem, pp. 41-42).

6 Cf. Jn 3,16.

7 Cf. Chr. Duquoc, Liberación y progresismo. Un diálogo teológico entre América Latina y Europa, Cittadella, Assisi 1989.

8 Cf. A. Rizzi, Europa y lo otro. Esbozo de una teología europea de la liberación, Paoline, Cinisello Balsamo 1991.

9 Cf. Sínodo de los obispos. Asamblea especial para Europa, Somos testimonios de Cristo que nos ha liberado, Paoline, Milano 1991; S. Palumbieri, El hombre y el futuro, II/Gérmenes de futuro para el hombre, Dehoniane, Roma 1993, pp. 146-148.

10 Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre libertad cristiana y liberación. Tip. Poliglotta Vaticana, 1986.

11 P. de Charentenay, El desarrollo del hombre de los pueblos, Sal Terrae, Santander 1992; J. Comblin-J. I. Gonzáles Faus-J. Sobri­no, Cambio social y pensamiento cristiano en América Latina, Trotta, Madrid 1993; J. Comblin, Spirito Santo e liberazione, Cittadella, Assisi 1991; Conferencia Episcopal Paraguaya, Sobre la teología de la liberación, in *Páginas+ (1990) 92-113; O. Mar­son, Vangelo chiesa e liberazione. Dibattito sulla teologia lati­noamericana, Concordia Sette, Pordenone 1992; B. Mondin, Los teó­logos de la liberación, Edicep, Madrid 1992; J. B. Libânio, Teo­logia da libertaçno. Roteiro didático para um estudo, S. Paulo 1987.

12 Celam, Puebla. La evangelización en el presente y en el futuro de América Latina, Bogotá 1979.

13 Episcopado Latinoamericano, Santo Domingo. IV Conferencia genera­l, Dehoniane Bologna 1992.

14 J. Sobrino, El martirio de los jesuítas salvadoreños, La Piccola Edi­trice, Celleno 1990; Id., Resurrección de la verdadera Iglesia. Los pobres como lugar teológico de la eclesiología, Santander 1989.

15 Hace notar Piersandro Vanzan: ALa importancia de la Iglesia latinoamericana no es sólo cuantitativa, por el hecho de que constituye ya el 52% de la Iglesia universal, pero sobre todo cualitativa: ésta, de hecho, en los últimos años, ha adquirido notoriedad por una serie de iniciativas teológicas, tan interesantes que han hecho acuñar el lema: ALas carabelas retornan@. Se piense a las Comunidades Eclesiáticas de Base (CEB) o a la Teología de la Liberación, a la opción preferencial de los pobres o a la inculturación de la fe - entendidas como fuerza evangelizadora de los últimos, en la medida en que se apropian de nuevo del Evangelio@ (P. Vanzan, De Puebla a Santo Domingo. El * instrumentum laboris + de la IV Conferencia General dell'Episcopado Latinoamericano, en *La Civiltá Cattolica+ 3415 [1992] 14-15).

16 En la última parte del documento de Santo Domingo, se lee acerca de la promoción integral de los pueblos latinoamericanos y del Caribe: AHagamos nuestro el grito de los pobres. Asumamos con renovado ardor la opción evangélica preferencial por los pobres, en continuidad con Medellín y Puebla. Esta opción, no exclusiva ni excluyente, iluminará, a imitación de Cristo, toda nuestra acción evangelizadora. A la luz de esto, invitamos a promover un nuevo orden económico, social y político, conforme a la dignidad de las personas consideradas singularmente y en su conjunto, dando impulso a la justicia y la solidaridad y abriendo a ellas horizontes de eternidad@ (Episcopado Latinoamericano, Mensaje a los pueblos de América Latina e del Caribe, en Santo Domingo. IV Conferencia Generae, Conclusiones, pp. 132-133)

17 Cf. Lineamientos. La Iglesia en África y su misión evangeliz­adora hacia el año 2000: Serán mis testimonios. Es la Aprimera etapa del camino hacia la celebración del Sínodo para África. El texto fue entregado a la Conferencias Episcopales de África y de Magadascar el 24 de julio de 1990. Cinco los ámbitos previstos: anuncio, inculturación, diálogo, justicia y paz, comunicaciones sociales@ (citado por W. Bühlmann, La Iglesia en los umbrales del tercer milenio, o.c., pp. 139-140).

18 B. Chenu, Teologías cristianas del Tercer Mundo: teología latinoame­ricana, teología negra americana, teología negra sudafricana, teo­logía asiática, Queriniana, Brescia 1988; A. Pieris, Una teología asiática de la liberación, Cittadella, Assisi 1990.

19 Cf. M. Blondel, La acción, La Nuova Italia, Firenze 1973. La acción es intencionalidad, es decir, tensión a ir continuamente más allá de sí. Es dimensión de la mente, que obra sea como actividad teorética, sea como actividad práctica. Abraza juntos el pensamiento y la voluntad y toma el compromiso consciente de ordenar el mundo para el hombre. Desemboca en la vida social, pero no se agota allí. En realidad, como expresión de la autotrascendencia incesante del hombre, se entiende como Anecesidad invencible de apropiarse de Dios@. Este objetivo supremo de la acción regresa a los niveles humanos de su ejercicio, para recargarlos y darles un nuevo significado. Que es como decir, la acción es el impulso del hombre que intenta, de forma operativa, hacer del mundo un orden de convergencias de voluntades por el bien de la comunidad. Y seguidamente se redescubre la tendencia hacia Dios, que es el fundamento de la comunidad misma y la espuela decisiva a su servicio.

20 Hace notar Bühlmann al respecto: AEl Cosmogral del arquitecto austríaco Clemens Holzmeister debería ser construido también en otros lugares: una construcción de ocho capillas circulares en disposición circular, para representar las ocho religiones mundiales, y en el centro, accediendo a la capillas, un santuario destinado, para determinadas ocasiones, a la oración en comunidad. (Una música utópica, paradisíaca para el tercer milenio! (W. Bühlmann, La Iglesia en los umbrales­ del tercer milenio, o.c., p. 159).

21 Col 1,3.

22 R. Dahrendorf, Cuadrar el círculo, Laterza, Bari 1996.

23 Ibídem, p. 19.

24 Ibídem, p. 36.

25 Ibídem, p. 42.

26 Ibídem, p. 44.

27 E. N. Luttwak, La dictadura del capitalismo. Adonde nos llevarán el liberalismo salvaje y los excesos de la globalización, Mondadori, Milano 1999.

28 Ibidem, pp. 42-43.

29 Ibidem, p. 274.

30 Ibidem, p. 275.

31 JUAN PABLO II, Carta Encíclica Laborem exercens, n. 6 en AAS 73 (1981) 577-647.

32 Ibidem, n. 23.

33 Ibidem, n. 13.

34 En el Tercer Mundo, después, la deregulation económica y la liberalización financiera derriban esa apariencia de ventaja de la apertura del mercado del trabajo, que podía existir, aun con la explotación de los más pobres.

35 AEn los últimos cinco años en los E.E.U.U, los corporate profits - las ganancias de las grandes corporaciones - han crecido en un 19%, mientras que los salarios no se han movido: se da por descontado que los costos de la globalización deben ser pagados por los trabajadores, y las enormes ganancias deben ir a los inversionistas y a los manager que administran el capital invertido@ (W. Pfaff en *International Herald Tribune B Los Angeles Time+ (21 de agosto de 1999), reportado por E. Chiavacci, La tierra es de todos, en *In Dialogo+, 3 [giugno 1999] 15).

36 El informe de la ONU de fines de siglo de la agencia UNDP para el desarrollo saca las cuentas en los bolsillos de los tres hombres más potentes del planeta. Y precisa que las rentas de Bill Gates, fundador, presidente y accionista mayor de la Microsoft, de Robson Walton, detentador del control de la cadena de supermercados Wal-Mart, y de Haji Hassani Bolkiah, sultán del Bruneo, ascienden a la suma del PIL de los 43 países más pobres, situados en su mayor parte en África. Y los doscientos hombres más ricos poseen una riqueza total equivalente a la renta global del 41% de la población mundial. Potencialmente se puede decir que los tres emperadores económicos del planeta tienen la posibilidad de comprar el trabajo de 43 naciones.

37 Jn 1,14.

38 Cf. Mt 19,30; 20,16; Mc 9,35; 10,31; Lc 13,30.

39 Lc 1,46-55.

40 Cf. Mt 25,31-46.

41 1 Jn 3,14.

42 1 Jn 3,14.

43 La Iglesia que construye el Reino (Cf. Conc. Ecum. Vaticano II, Lumen gentium, n. 5) ­­­­­­debe poder conjugar al presente, progresivamente, el verbo de la ley del Reino. Así: los últimos están llegando a ser los primeros. La sorpresa más viva es la de encontrar a Cristo en su frescor, en donde no se lo esperaría. Y a menudo, aquellos que podían ser considerados destinatarios de la evangelización, los últimos también de la degradación moral, se convierten en los evangelizadores, es decir, instrumentos de comunicación, de la bondad y de la potencia de amor de un Dios impredecible. Es significativo el testimonio de Frei Betto, acerca de su experiencia entre los últimos: AEl Señor me ha arrojado en los subterráneos de la vida y de la historia. Y si en otros tiempos pensaba que allí sólo existía la malicia, la indiferencia y el pecado, he encontrado la gracia, la fidelidad, el amor y la esperanza [...]. Cristo no tiene miedo de ser tentado y difamado y llamado Belzebú, amigo de las prostitutas y de los pecadores. No le importa que lo llamen borracho y Abuen comedor@, irrespetuoso de la ley e indeferente a las tradiciones. Cristo va adonde nosotros no tenemos la valentía de ir. Cuando lo buscamos en el templo, Él se halla en el establo: cuando lo buscamos entre los sacerdotes, se encuentra entre los pecadores; cuando lo buscamos libre, está prisionero; cuando lo buscamos revestido de gloria, está en la cruz cubierto de sangre. Nosotros hemos creado las fronteras. Pensamos que Dios se somete a nuestras ideas, a nuestros prejuicios, a nuestra racionalidad. Cuántas veces, por el contrario, Él estaba sentada en las escalas de nuestras porterías, esperando un trozo de pan@ (Frei Betto, Dai sotterranei della storia, Mondadori, Milano 1971).

44 Cf. Rom 12,15.

45 A. Nolan, Jesús antes del cristianismo. Un evangelio di liberación, Dehoniane, Bologna 1986, p. 199.

46 Ibidem, p. 42.

47 Cf. Conc. Ecum. Vaticano II, Lumen gentium, n. 1.

48 Mt 5,9.

49 En una carta escrita por Fr. Roger Schutz, durante el Concilio de jóvenes en Taizé, se lee: AUna pregunta de Cristo te apreta la garganta: cuando el pobre tenía hambre, )me reconociste en Él? )Dónde estabas cuando compartía la vida con el más misero? Has sido un opresor, )aunque haya sido de un solo hombre? Cuando decía: AAy de los ricos@, ricos en dinero, en doctrinas, )has quizás preferido los espejismos de la riqueza? Tu lucha no puede ser vivida en una girándula de ideas que no se concretan jamás. Rompe las opresiones de los pobres y de los explotados: como testimonio estupefacto verás a partir de ahora surgir señales de resurrección en la tierra. Divide tus bienes en favor de una justicia más grande. Que nadie sea una víctima por tu causa. Hermano de todos, hermano universal, vé decididamente en pos del hombre que no cuenta, de los rechazados. Taizé - El concilio de los jóvenes. ) Por qué?, Morcelliana, Brescia 1975.

50 Comisión Pontificia *Iustitia et Pax+, Un acercamiento ético a la deuda internacional, Elle Di Ci, Leumann (Torino) 1987.

51 Cf. Mt 13,24-30.

52 Mc 4,11-12; cf. Mt 11,25-26.

53 2 Tes 2,7.

54 Cf. Mt 5,13-14.

55 Cf. Jn 3,16.

56 Cf. JUAN PABLO II, Christifideles laici, n. 34.

57 Mc 1,1.

58 JUAN XXIII, Discurso en la solemne apertura del Concilio (11.10.1962), en AAS 54 (1962) 792 (trad. it. En Enchiridion Va­ticanum, I, Dehoniane, Bologna 197610, p. [45]).

59 Cf. JUAN PABLO II, Christifideles laici, nn. 37-44.

60 Cf. D. Bonhoeffer, Cartas a un amigo, Bompiani, Milano 1969, p. 82.

Uno de los textos más notables que puede expresar esta preocupación bonhoefferiana por el hombre es el siguiente: ASer cristiano no significa ser religioso de una forma determinada, hacer algo de nosotros mismo en base a un cierto método, sino significa ser hombres; Cristo crea en nosotros no un tipo de hombre, sino un hombre (ID., Resistencia y rendición, o.c., p.441). Lúcidamente comenta C.Cantone: AQuizás es realmente este el punto moderno de acercamiento a la experiencia cristiana, que ha llegado de tal forma, creo, a un estadio de Amaduridad@ ulterior, como experiencia precisamente de la identificación kenótica de Dios con el hombre: una experiencia por tanto ya no Asacra@ (con todas las Abarreras@ y los Asecuestros@ que lo sacro comporta), sino propiamente Asecular@ de Dios y por consiguiente abierta [...] al pluralismo humano [...] de las Avías@, a través de las cuales, propiamente en la revelación [...] de la Averdad del Hombre@, que no puede ser sino Averdad-amor-comunión liberadora@, se revela en última instancia la AVerdad-Amor-Comunión liberadora@ y eso es salvación que proviene de Dios (C. Cantone, Relieves introductorios: para una conciencia religiosa planetaria, en *Cronache e commenti di studi religiosi, 5/Religione e religio­ni+, [=Quaderni di Salesianum 16], LAS, Roma 1989, pp. 17-18).

61 AEl analfabeto secundario es el producto de la fase más actual de la industrialización. En las sociedades industriales avanzadas, el analfabeto que firma haciendo una cruz crea una molestia y debe ser eliminado. Sirve en cambio el analfabeto secundario, que puede ser cualquiera: un dirigente, un político, un simple obrero, un hombre en grado de firmar cheques y de descifrar un diagrama estadístico: es un hombre que fundamentalmente no comprende lo que le está sucediendo. La Tv es para él el medium ideal [...] La antigua concepción burguesa de la cultura decía más o menos: si no has leído los clásicos, no formarás parte del club. Esto es erróneo. Hoy una buena parte de la burguesía ha elegido el analfabetismo secundario. Conozco varios dirgentes que no leen nunca nada, y ciertamente no les faltaron oportunidades y estímulos. Su elección de convertirse en analfabetos secundarios ha sido por tanto claramente deliberada@ (H. M. En­zensberger, en una entrevista a *La Repubblica-Mercurio+ [30.6.1990] 13). Cf. S. Palumbieri, L'uomo e il futuro, II, p. 227.

62 Agustín, De catechizandis rudibus; PL 40,309-348.

63 V.-E. Frankl, Psychotherapy and existentialism. Selected papers on Logotherapy, Washington Square Press-Pocket Books, New York (NY) 1985, p. 107.

64 Francisco de Sales cit. por juan pablo II, in Christifideles laici, n. 56.

65 Cf. S. Palumbieri, Laici nuovi per un umanesimo nuovo, in Aa.Vv., Laici per una nuova evangelizzazione. Studi sull'esortazione apo­stolica * Christifideles laici + di Giovanni Paolo II, a cura di M. Toso, Elle Di Ci, Leumann (Torino) 1990, pp. 157-184.

66 Giovanni Paolo II, Christifideles laici, n. 46.

67 Ibidem.

68 Paolo VI, Discorso per la chiusura dell'Anno Santo (15.12.1975), in AAS 68 (1976) 143-145, cit. p. 145.

69 Cf. S. Palumbieri, Um * Magnificat + per il Terzo Millennio. Dimensione antropologica del Cantico, Paoline, Milano 1998, pp. 108-114.

70 Cf. A. O. Hirschman, Tre continenti. Economia, politica e svilup­po della democrazia in Europa, Stati Uniti e America Latina, Ei­naudi, Torino 1990; P. W. B. Phillips, Wheat, Europe and the GATT. A political economy analysis, Pinter, London 1990; J. M. van Brabant, Remaking Eastern Europe. On the political economy of transition, Kluwer Academic Publishers, Dordrecht 1990; L. Spa­venta, The political economy of European monetary integration, *Quarterly Review - Bancoper+, 172 (3/1990) 3-19; P. Ciocca, L'unione monetaria d'Europa fra politica ed economia, in *Impresa Banca+, 3 (9/1990) 13-17; S. M. Cherian, End-Independent legal rules and the political economy of expanding market societies of Europe, in *Univ. Essex Department of Economics. Discussion pa­per+, 372 (1990); Aa.Vv., Prepararsi all'Europa, III/Unione poli­tica e sviluppo economico, a cura della Confindustria, SIPI, Roma 1992; G. Gomel-S. Rebecchini, Migrazioni in Europa. Andamenti, prospettive, indicazioni di politica economica, Banca d'Italia, Roma 1992; A. Koeves, Central and East European economies in transition. The international dimension, Westview, Boulder 1992; D. Lorenz, Economic geography and the political economy of regio­nalization. The example of Western Europe, in *American Economic Review - Paper & Proceedings+, 2 (5/1992) 84-87; *European Jour­nal of Political Economy+, 1 (2/1992) (contiene, tra altri, ar­ticoli di S. M. R. Kambur, Policy choice and political con­straints, pp. 1-29; U. Broll-J. E. Wahl, International inve­stments and exchange rate risk, pp. 31-40; C. Weinhardt, How to measure price progression. A first axiomatic approach, pp. 115-127).

71 A. O. Hirschman, Tre continenti. Economia politica e sviluppo della democrazia in Europa, Stati Uniti e America Latina, o.c.; P. R. Krugman, Il silenzio dell'economia. Una politica economica per un'epoca di aspettative deboli, Garzanti, Milano 1991; F. Th. Cargill-Sh. Royama, Il processo di trasformazione dei sistemi fi­nanziari. Le esperienze giapponese e statunitense a confronto, Cariplo, Milano 1991.

72 Aa.Vv., Dalle armi alle urne. Economia, societá e politica nell'America Latina degli anni Novanta, a cura di G. Urbani-F. Ricciu, Il Mulino, Bologna 1991; Aa.Vv., The political economy of agricultural pricing policy, I/Latin America, a cura di A. Valdes-A. O. Krueger, M. W. Schiff, John Hopkins Univers. Press for the World Bank, Baltimore 1991; M. Plane-A. Trento, L'America Latina nel XX secolo. Economia e societá. Istituzioni e politica, Ponte alle Grazie, Firenze 1992.

73 H. Assmann-F. Hinkelammert, A idolatria do mercato. Ensaio sobre economia e teologia, Vozes, S. Paulo 1989.

74 Cf. Pontificia Commissione *Iustitia Et Pax+, La Iglesia y el pro­blema del alojamiento, Carta de Juan Pablo II del 27.12.1987, en Enchiridion Vaticanum, 10/1986-1987, Dehoniane, Bologna 1989, ' 2425-2502, pp. 1636-1697.

75 Cf. B. M. Magubane, The political economy of race and class in South Africa, Monthly Review Press, New York-London 1979; Aa.Vv., Apartheid - Capitalism or socialism? The political economy of the causes, consequences and cure of the colour bar in South Africa, a cura dell'Institute of Economic Affairs, IEA, London 1986; Aa.Vv., Adjustment or ... The African experience, a cura di A. Mahjoub, (=The UN University Studies in African Political Econo­my), ZED, London 1990; S. Amin, Maldevelopment. Anatomy of a glo­bal failure, (=The UN University: 3rd World Forum Studies in African Political Economy), ZED, London 1990; Aa.Vv., Economic policies for a new South Africa, a cura di D. Lachman-K. Bercu­son, International Monetary Fund, Washington 1992; Aa.Vv., The political economy of agricultural pricing policy, III/Africa and the Mediterranean, a cura di A. Valdes-A. O. Krüger-M. W. Schiff, J. Hopkins Univ. Press for The World Bank, Baltimore

76 ALa OMS estima que en el continente haya ya al menos cinco millones de adultos seropositivos y 700.000 enfermos. [...] Según las proyecciones de la OMS, el continente podría tener, a partir de ahora hasta el fin de siglo, entre 20 y 25 millones de seropositivos. En estos momentos, sobre todo en África Oriental [...], aldeas enteras han sido diezmadas, sin tomar en cuenta las ciudades, algunas de las cuales cuentan con un 30% de seropositivos@ (Il mondo dopo il crollo del comuni­smo e la guerra del Golfo. Verso un nuovo ordine mondiale?, edi­torial, en *La Civiltá Cattolica+, 3401 [1992] 417-430, cit. p. 426).

77 Es sintomático hacer notar que Ael programa de la ONU para el desarrollo de África 1986-1990. adoptado en mayo de 1986, ha demostrado ser un fracaso. La deuda del continente ha aumentado en 20 mil millones de dólares por año durante el decenio@ (Cl. Brisset, Famines et guerres en Afrique subsaharienne, en *Le Mon­de diplomatique+ [juin 1991] 8-9).

78 A. Zanotelli, Il coraggio dell'utopia, o.c., p. 27. Este testimonio creíble del marasmo africano producido por el colonialismo da a conocer en síntesis los datos estadísticos del Banco Mundial, que Anos ayuda a entender hacia donde está yendo África y lo trágico del momento que está viviendo. Según los cálculos del Banco, en 1980, cerca del 60% de la población africana vivía bajo el umbral de la pobreza absoluta. La pobreza absoluta es definida por el ex ministro de la defensa americana McNamara, como una condición de vida tan limitada por la mala alimentación, el analfabetismo, las enfermedades, la alta mortalidad infantil, la baja esperanza de vida, que se halla por debajo de cualquier definición racional de decencia humana. El Banco Mundial prevé que si sigue la economía como en el presente, en África en 1995, el 80% de la población vivirá bajo el umbral de la pobreza absoluta. Es la tragedia de un continente, en particular es la tragedia de los niños que nacen y ven su futuro bloqueado@ (Ibidem, pp. 27-28).

79 AEn países como Benín, Congo, Gabón, Togo, Zaire y Mali, ha sido elegido un obispo católico para presidir las Conferencias nacionales de todas la fuerzas vivas (en algunos casos, verdaderas y propias Asambleas constituyentes) encargadas de elaborar nuevas constituciones y de convocar a elecciones políticas@ (E. Tresoldi, Africa perla preziosa, in *Jesus+, 15/3 [1993] 98-102, cit. p. 102).

80 J. P. Lehmann, Politics and the Pacific economic miracle. Dicta­torship and development in Pacific Asia - Wider implications, in *International Affairs+, 4 (1985) 591-606; Aa.Vv., Il Sud-Est asiatico nell'anno della tigre. Rapporto 1987 sulla situazione politica ed economica dell'area, a cura dell'Institute of Sout­heast Asian Studies, Fondaz. Agnelli, Torino 1988; Aa.Vv., Il Sud-Est asiatico nell'anno del serpente. Rapporto 1989..., Torino 1990; G. Fodella, Dove va l'economia giapponese. L'Estasia verso l'egemonia economica mondiale, La Nuova Italia Scientifica, Roma 1989; S. Manzocchi, The political economy of EEC-Asian NIC's re­lations. A structuralist perspective on 1992, in *Rivista di di­ritto valutario e di economia internazionale+, l (3/1991) 45-61; Aa.Vv., Modernization in East Asia. Political, economic and so­cial perspectives, a cura di R. H. Brown-W. T. Liu, Praeger, We­stport 1992; Aa.Vv., The political economy of agricultural pri­cing policy, II/Asia, a cura di A. Valdes-A. O. Krüger-M. W. Schiff, J. Hopkins Univ. Press for The World Bank, Baltimore 1992.

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