Neum 1999

28. 2. 1999. - 5. 3. 1999.

DOCUMENTO DE LA SANTA SEDE SOBRE EL PEREGRINAJE DEL 2000 - Adalbert Rebic
LA ESPECIFICACIÓN DE LAS PEREGRINACIONES A LOS GRANDES SANTUARIOS MARIANOS - P. Stanisław Kania Sch. P
DIMENSIONES ANTROPOLOGICO-BIBLICAS Y RELIGIOSO-ESPIRITUALES DE LAS PEREGRINACIONES CON APLICACION CONCRETA A MEDJUGORJE - Fra Slavko Barbaric


Los conferenciantes en el seminario mencionado serán:

Prof. dr. Adalbert Rebic - nacido en 1937. en Hum, Sutli (Croacia). Cursó sus estudios de filosofía en Zagreb y en la Facultad de Filosofía de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, en la Facultad de Teología de la misma institución, y en el Instituto Bíblico. A partir del año 1968 es profesor de Ciencias Bíblicas y de lenguas orientales (hebreo, árabe, sirio-arameo) en la Facultad Católica de Teología de la Universidad de Zagreb. Periódicamente enseñó en las universidades de Teología de Zadar y Dakovo. En la facultad organizó y dirigió los asuntos financieros, fue redactor en jefe de la revista de Teología, y jefe de sección de la Biblioteca de la Facultad. A partir de 1972, es presidente del Instituto Mariológico Croata, y organizó la sección croata en el congreso mariológico internacional en Roma, Malta, Zaragoza, Kevelaer, Huelva y Cestohova.

En la casa editora "Actualidad Cristiana" trabaja como redactor de las ediciones bíblicas, y a partir de 1994, como director de "Actualidad Cristiana", y redactor en jefe del lexicón religioso en el Instituto lexicográfico "Miroslav Krleza" de Zagreb. Desde 1991 hasta 1996 fue director de la oficina de refugiados ante el Gobierno de la República de Croacia. Durante 1995 fue ministro sin portafolio en el Gobierno de la República de Croacia. Fue condecorado con las más altas condecoraciones de parte del Presidente de la República de Croacia y de la Academia Croata de Ciencia y Arte. Ha publicado 15 obras de gran importancia, y ha compilado 11 colecciones de temática mariológica. Ha colaborado en revistas de Teología en el país y en el extranjero con alrededor de 420 publicaciones. Ha traducido de idiomas diversos 26 libros. A partir de 1970 es miembro del Colegio Prebendario de la Iglesia Metropolitana de Zagreb. A partir de 1966 ha organizado y dirigido viajes por Tierra Santa (alrededor de 50 veces). Es miembro de la Sociedad de traductores literarios de Croacia, miembro de la Sociedad de artistas de Croacia, miembro regular de la Academia mariana pontificia internacional de Roma, miembro de la Sociedad israelita cultural "Salom Freiberger" de Zagreb, miembro de la revista internacional de Teología "Communio".

P. Stanislaw Kania - escolapio. Nació el 24. 02. 1948. en Polonia. Terminó filosofía, teología, e historia de la Iglesia en el Instituto de Teología de Krakowa, y en la Universidad Católica de Lublin. Fue ordenado sacerdote en 1973. Fue Rector del Seminario, y secrentario de la Provincia desde 1982 hasta 1985. Fundó la Hemandad de las escuelas devotas a la Madre de Dios en las que trabajó como capellán. En 1985 fundó S.O.S. para los niños de familias pobres y con dificultades, hoy en día se ocupa de ellas como pastoe espiritual. Es un lugar en que los niños pueden aprender, jugar, y encontrar ayuda de parte de médicos, psicólogos y pastores espirituales. Es Rector del monasterio de Krakowa.

Desde hace 13 años está viniendo a Medjugorje. A partir de 1988 es director y editor de la revista de Medjugorje "La Señal de la Paz", y de otros libros y publicaciones que escriben sobre Medjugorje. A partir de 1986 organiza y dirige regularmente peregrinaciones a Medjugorje.

Dr. Fr. Slavko Barbaric - nacido en 1946, en Dragicina, Bosnia-Herzegovina. Estudió Teología en Visoko, Sarajevo y Schwaz. Fue ordenado sacerdote en 1971. Obtuvo su doctorado en 1982 en el campo de la pedagogía religiosa. A partir de 1982 se encuentra en Medjugorje. Escribe libros y artículos de contenido religioso. Trabaja en en Santuario. Ha sido y es director de numerosos ejercicios espirituales y conferencias.En muchos lugares de la Tierra ha realizado numerosos encuentros sobre el tema de los eventos de Medjugorje.

Participaron en el encuentro alrededor de 150 líderes provenientes de 15 países. En esa ocasión, como en todos los años, los participantes aprobaron la siguiente

D E C L A R A C I O N

Examinamos el documento de la Santa Sede "El peregrinaje en el Gran Jubileo del año 2000.", la particularidad de las peregrinaciones a los grandes santuarios marianos con respecto especialmente a la organización de las peregrinaciones a Medjugorje. Conscientes del hecho de que el peregrinaje ocupa un lugar importante en la vida del creyente, deseamos planear aún mejor nuestra peregrinaciones y hacer que éstas verdaderamente sean una ocasión y un motivo para que el creyente pueda edificarse espiritualmente en ellas, profundice su vida de fe y dirija su camino de vida hacia Dios.

Por tanto, recomendamos a todos los centros de Medjugorje y a los grupos de oración:

  • que en sus iglesias parroquiales se incluyan en los programas de peregrinación del Gran Jubileo del 2000;
  • que a la luz del mencionado documento de la Santa Sede, se preparen, sigan y den forma a las peregrinaciones a Medjugorje a fin de que los peregrinos puedan experimentar "un encuentro silencioso y en recogimiento con Dios y consigo mismo", especialmente en el Sacramento de la Reconciliación y en la Celebración Eucarística.

Los participantes

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Adalbert Rebic

DOCUMENTO DE LA SANTA SEDE SOBRE EL PEREGRINAJE DEL 2000

El consejo papal para la pastoral de los viandantes y de los emigrantes ha publicado el documento sobre "El peregrinaje en el gran jubileo del año 2000" el 25 de abril de 1998. El título mismo de este documento pone en evidencia el motivo por el cual ha sido publicado: el inminente aniversario núm. 2000 del nacimiento de Cristo: "El objetivo es la actual peregrinación histórica de la Iglesia al Jubileo del año 2000 hacia el cual el creyente se dirige bajo la protección de la Santísima Trinidad."1 Para el gran jubileo se están preparando numerosas peregrinaciones, sobre todo a Tierra Santa (Jerusalén y Belén) y a Roma. Las peregrinaciones en el gran jubileo apuntan a una profundización de la espiritualidad y a una pastoral más fecunda.

La peregrinación ha siempre ocupado un lugar fundamental en la vida de los cristianos y en la de todos los creyentes. "En el curso de la historia, el cristiano se ha puesto en camino para celebrar la propia fe en lugares en que se hallan conservadas remembranzas del Señor o en aquellos lugares que representan momentos importantes en la historia de la Iglesia. Ha visitado santuarios dedicados a la Madre de Dios o santuarios que son un ejemplo viviente de los santos. Su peregrinación es un proceso de conversión, un anhelo de intimidad con Dios, una oración confidencial para las propias exigencias materiales. En todos sus múltiples aspectos, la peregrinación ha sido siempre un don prodigioso para la Iglesia."2

Sobre todo hoy en día las peregrinaciones son una devoción muy querida por los fieles. La sociedad contemporánea está caracterizada por movimientos intensos. Es decir, las personas desean estar en movimiento: durante el viaje reposan, se conocen entre ellos, conocen nuevas regiones y a nuevas personas y, por consiguiente, se enriquecen bajo muchos aspectos. Hoy los fieles, gracias a los medios modernos de transporte, acuden a lugares lejanos del propio país, van a Tierra Santa, a los santuarios marianos de Lourdes, Fátima, Cestohova y otros, tanto en el propio país, como en el extranjero. Por tanto, desde el punto de vista de la peregrinación, el cuidado de las almas debe tener principios teólogicos claros que lo justifiquen y lo consoliden haciéndo que se convierta en una praxis sólida y durable en el contexto del cuidado de las almas en general. Finalmente la evangelización, la profundización de la fe y de la vida espiritual son uno de los objetivos principales por lo que la Iglesia propone y alienta las peregrinaciones.3

El documento "El peregrinaje ..." es una reflexión teólogica sobre el significado de la peregrinación y suministra directrices pastorales sobre cómo organizar y realizar las peregrinaciones. Desde este punto de vista se trata de un documento providencial para los fieles, sobre todo para aquellos que son responsables de la pastoral de los fieles ya que en él encontrarán una ayuda espiritual válida para una experiencia más profunda e intensa del Gran jubileo. El documento desea ofrecer una ayuda "a todos los peregrinos y a todas las personas responsables de la pastoral de los peregrinos a fin de que, a la luz de la Palabra de Dios y de las tradiciones de siglos de la Iglesia, todos puedan participar lo más posible de las riquezas espirituales de la praxis del peregrinaje". El documento del Consejo papal para la pastoral de los viandantes y de los emigrantes desea dar un sentido espiritual a las peregrinaciones organizadas por los que cuidan a las almas, con ocasión del Gran Jubileo del 2000. Eso significa unir profundamente la peregrinación con la realidad de la penitencia y de la conversión: la peregrinación es para el creyente una ocasión y un motivo para edificarse espiritualmente, para profundizar la propia vida religiosa y para dirigir su propio camino existencial hacia Dios.

El documento "El peregrinaje ..." consta de seis capítulos, una introducción y una conclusión. En la Introducción (págs. 5-6) se subrayan las razones y el objetivo del documento, mientras que la Conclusión resume los contenidos del documento (57-58). En el capítulo primero, el documento ilustra la peregrinación a Israel (págs. 7-12), en el capítulo segundo, la peregrinación de Cristo (págs. 13-16), en el capítulo tercero, el peregrinaje de la Iglesia (págs. 17-25), en el capítulo cuarto, el peregrinaje hacia el tercer milenio (Págs. 26-31), en el capítulo quinto, el peregrinaje de la humanidad (págs. 32-39) y en el sexto y último capítulo, el peregrinaje del cristiano de hoy (págs. 39-56). El documento es una síntesis del peregrinaje teólogico. Está constituido en conjunto de 58 páginas, en formato de bolsillo, y está escrito con un estilo muy simple y de fácil lectura.

El peregrinaje no es un fenómeno solamente típico del cristianismo, sino que está presente en todas las religiones. "El peregrinaje simboliza la experiencia del hombre como viandante (homo viator), el cual, en el momento en que deja el vientre materno, emprende el camino del espacio y del tiempo en la propia vida".5 el peregrinaje es el viaje del creyente hacia un lugar santo, santificado por la presencia de alguna divinidad o por la obra de algún religioso o fundador de una religión, con la intención de que allí se ore y se hagan sacrificios. En cuanto tal, se trata de una exigencia específica de fe y de un fenómeno vinculado a todas las religiones, que existe desde que la religión existe. En un lugar santo habitualmente es erigido un santuario en el que y en torno del que se reúnen los fieles. Este lugar santo puede hallarse en el país del que peregrina o quizás fuera de él, a veces, muy lejano. La meta del peregrinaje habitualmente es la consecución de algún bien material o espiritual que, según la opinión del creyente, es posible obtener propiamente en ese lugar santo. Por su naturaleza, la peregrinación está habitualmente vinculada al sacrificio y a la renuncia. El bien o la gracia que el peregrino obtienen en el lugar santo representan una recompensa por el esfuerzo desplegado. Los bienes que se buscan pueden ser de diversa índole y van de la curación de alguna enfermedad al logro de la vida eterna.6

El pereginaje es una praxis muy querida en el mundo religioso porque 1. requiere todas las habilidades humanas (audio-visuales, motóricas, emotivas), 2. acentúa y consolida los enlaces comunes, que son un factor muy importante para las emociones religiosas, 3. pone en evidencia el valor y refuerza el recuerdo religioso vinculado a ese lugar, 4. fortalece los vínculos internacionales, sociales, culturales y de la civilización que superan los confines entre los pueblos y las razas. A lo largo del camino, los peregrinos se detienen, comercian, adquieren, intercambian bienes materiales o espirituales, conocen los valores culturales de los pueblos a cuyo ambiente llegaron como extranjeros (del latín peregrini) y que por el cual pasaron. Por eso, el peregrinaje como tal se manifiesta bastante tarde en la historia de la religión, cuando se había cumplido un cierto progreso en las relaciones sociales (familia, clan, tribu, pueblo, estado, caminos, santuarios y otros).7

La historia del pueblo elegido en el Antiguo Testamento es verdaderamente un peregrinaje extraordinario a lo largo del camino de la fe: la huida de Egipto, el paso del Mar Rojo, el viaje en el desierto, las pruebas y el pecado, la llegada a la Tierra Prometida, el camino en el exilio babilónico y el retorno a la antigua patria. Los israelitas, tres veces al año, con ocasión de las festividades importantes de Pesah, Sevout y Sukkot, acudían en peregrinación a la ciudad santa de Jerusalén. En la praxis del peregrinaje ebreo y cristiano se inspiró Mahoma y ordenó a los musulmanes: "Vayan en peregrinación y visiten los lugares por amor hacia Dios!" (Corán, II, 196). Millones y millones de musulmanes cada año acuden en peregrinación a la Meca y a Medina. El peregrinaje es en efecto uno de los cinco pilares de la religión islámica.

Los seguidores del hinduísmo van en peregrinación al río Ganges, el río santo, su "madre" que los purifica del pecado. Los budistas van en peregrinación a lugares que Buda santificó con su propia vida. Los sintoístas van a bosques espesos y meditan en silencio. Los cristianos en cambio acuden a lugares santos en que Dios se ha aparecido o a aquellos que están vinculados a la vida, pasión, muerte o a la resurrección de Jesucristo y de sus santos.

La peregrinación es diferente del turismo: el turismo es una huida de la vida de todos los días hacia algo insólito, no cotidiano, mientras la peregrinación es un viaje con un objetivo bien preciso, un viaje altamente simbólico. El peregrino va al santuario como a la "casa del Señor" o bien, hacia la casa simbólica del Señor, dicho en lenguaje místico, se encuentra en el Cielo. El simbolismo es por consiguiente un elemento específico que distingue la peregrinación del turismo. El símbolo es una cosa que contiene dos verdades: una a nivel real y otra a nivel de sentido figurado. Tres pedazos de tela, roja, blanca y azul, son un objeto con un significado y con un fin bien preciso, pero cuando se unen en una totalidad, entonces se convierten en una bandera rojo, blanca y azul, símbolo de un estado, de un pueblo. El peregrinaje es un acto simbólico: un viaje simbólico hacia Dios. "Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti, en pos de ti mi carne desfallece cual tierra seca, sedienta, sin agua. Yo quiero contemplarte en el santuario para admirar tu gloria y tu poder." (Sal 63, 2-3). Para aquellos que creen, la vida es un viaje, un peregrinaje. Ellos conducen una vida que está solidamente enraizada en la realidad, en la historia, pero al mismo tiempo es también un viaje, un peregrinaje hacia la salvación.

En la primera parte (núm. 4-8) el Documento comenta el peregrinaje de Israel a contar del peregrinaje de Abraham y de aquél del pueblo elegido en el Antiguo Testamento con la salida de Egipto, el viaje a través del desierto y finalmente la llegada a la Tierra Prometida. La salida de Egipto asume un valor duradero. Se ha convertido en un recuerdo (en ebreo: zikkaron, en latín, memoriale). Está siempre viva en el pueblo, se repite en el retorno de la esclavitud babilónica que Isaías canta como un nuevo éxodo (cfr. Is 43, 16-21) y que los israelitas celebraron con su Pasha y que en el libro de los sabios se transforma en una realidad escatológica (cfr. Sab 11-19). El objetivo último de este viaje religioso es la "tierra prometida", una comunión plena con Dios en una nueva creación (cfr. Sab 19).8 El creyente se presenta ante Dios "como forastero y como peregrino" (Sal 39,13; 119,19). Los israelitas acudían en peregrinación a Jerusalén, a la Santa Sión, cantando himnos gozosos, "los salmos de los peregrinos" (Salmos 120-130). Tuvieron la experiencia de Dios como peregrino que camina siempre con su pueblo. El Dios de Israel no está ligado a un lugar determinado, como en cambio lo estaban los dioses de los paganos, sino que viaja junto con su pueblo y está presente en todo lugar. Los profetas en sus anuncios ponen de relieve también el "peregrinaje mesiánico, abierto a los horizontes escatológicos a los que todos los pueblos de la tierra llegarán a Sión, lugar de la palabra de Dios, de la paz y de la esperanza (cfr. Is 2,2-4; 56,6-68; 66,18-23; Mi 4,1-4; Za 8,20-23)."9 El objetivo de este movimiento masivo de personas es el "banquete para todos los pueblos" comunitario, en el fin de la historia (Is 25,6).En la segunda parte se comenta el peregrinaje de Cristo. Jesús se presenta como "... el Camino, la Verdad y la Vida" (cfr. Jn 14,6), encarnación, nacido de la Virgen, que sigue el camino de su pueblo y de toda la humanidad "uniéndose de todos los modos con cada hombre".10 Jesús no solamente indica el camino a seguir hacia Dios, sino que también lo sigue El. En su particularidad, El es camino hacia Dios. Ya desde muchacho, El peregrina a Jerusalén con sus padres, al Templo. Su obra pública empieza a cobrar forma gradualmente como un peregrinaje duradero de Galilea, a través de la Samaria, hasta Judea, y Jerusalén donde será crucificado. El evangelista Lucas describe la obra de Jesús como un "gran viaje cuyo objetivo no es solamente la cruz, sino también la gloria de la Resurrección y de la Ascensión (cfr. Lc 9,51; 24,51)."11 Lucas presenta la muerte de Jesús en la transfiguración en el monte como un éxodo (en griego, exodos). Jesús invita a sus discípulos a seguirlo: "El que quiere seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga." (Mt 16,24).

Los discípulos de Jesús, llenos de espíritu y alentados por el Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés, se encaminan a lo largo de las vías del mundo, llegan a países habitados por pueblos diversos, de Jesrusalén a Roma, anunciando por doquier el Evangelio de Cristo. 12

"El objetivo final de este peregrinaje a lo largo de los caminos del mundo sin embargo no está escrito sobre el mapa de la tierra. El se encuentra más allá de nuestro punto de vista humano, como lo fue para Cristo, que viajaba con la gente para conducirlos a la plenitud de la comunión con Dios."13 Hay que recordar que los Hechos de los Apóstoles definen la vida cristiana como un "camino" por su excepcionalidad (cfr. He 2,28; 9,2; 16,17; 18,25-26 y otros). La vida cristiana es presentada como un peregrinaje hacia la Jerusalén celeste (Apocalipsis), un peregrinaje que tiene un objetivo trascendental. El cristiano es consciente que aquí en la tierra es un "viandante", "un forastero y un extranjero", su "patria está en los cielos".14

En la tercera parte del Documento se habla del peregrinaje de la Iglesia (núm. 12-17). También la Iglesia, pueblo mesiánico de Dios, está en camino hacia la ciudad eterna.15 Los mensajeros de Cristo recorrieron las más importantes calles de Roma, anduvieron por tierra y por mar, encontraron varias lenguas y culturas anunciando el Evangelio de Cristo: de Asia a Italia, de Africa a España y Galilea, de Germania a Gran Bretaña, de los países eslavos hasta India y China. En tiempos posteriores más recientes continuaron viajando a países nuevos y pueblos nuevos en América, Africa, Oceanía, entrelazando así "el camino de Cristo en los siglos". 16

En los siglos IV y V en la Iglesia se manifiesta el movimiento monástico: migraciones ascéticas, éxodos espirituales. Las personas devotas van al desierto y contemplan la experiencia de Abraham, de extranjeros y forasteros, la imagen de Moisés que conduce su pueblo fuera de Egipto y lo lleva fuera del Egipto y lo lleva hacia la Tierra Prometida y la imagen de Elías que en el Carmelo encuentra a Dios.17 En este período parten Jerónimo y sus discípulos Pablo y Eustaquio a Tierra Santa. Alojan en Belén, cerca de la gruta en que nació Jesús. Erigen monasterios, eremitorios y cenobios en el desierto de Judea y fuera de Tierra Santa, en Siria, Capadocia, Tebas, Egipto. Jerónimo y los otros Santos Padres invitan a los cristianos a acudir en peregrinaje a los lugares santos18 pero los invitan también a no exagerar, a evitar incompresiones y desacuerdos. Gregorio de Nis advierte a los peregrinos que "el verdadero peregrinaje es aquel que conduce al creyente de la realidad física a la espiritual, de la vida del cuerpo a aquella del Señor y no a salir de Capadocia para ir a Palestina."19 San Agustín aconseja: "Entra en tí mismo: la verdad habita en el corazón del hombre!... y supérate a ti mismo!"20 También San Jerónimo nos pone en guardia acerca del hecho de interpretar de modo formal el peregrinaje.21

Cuando los árabes en el año 638 conquistaron Tierra Santa y los viajes de los peregrinos cristianos se hicieron más difíciles, se abrieron nuevas vías hacia el occidente: Roma ("los caminos ad Petri sedem"), Santiago de Compostela, los santuarios marianos de Loreto, Czestochowa, los grandes monasterios medievales, baluartes de espíritu y cultura, los lugares que encarnan el recuerdo de los grandes santos (Tours, Canterbury, Padua y otros lugares).22 En la edad Media nos encontramos ante un gran flujo de peregrinos, en todo el mundo y en toda Europa, también con algunos excesos. Estas peregrinaciones nutrían la espiritualidad, consolidaban la fe, estimulaban el amor y reavivaban la misión de la Iglesia. Los "palmeros", los "romeros", los "peregrinos" con su particular modo de vestir crean casi una orden independiente que hace recordar al mundo la naturaleza peregrinante de la comunidad cristiana, que anhela el encuentro con Dios y la comunión con El."23 También el movimiento de los cruzados que se manifiesta entre el siglo XI y el siglo XIII es una forma particular de peregrinaje. En este movimiento se entrelazan "el antiguo ideal religioso del peregrinaje a los lugares santos y las nuevas ideas, la creación de una orden de caballería, con aspiraciones políticas y sociales, con el despertar de movimientos comerciales y culturales dirigidos hacia el oriente, donde en Tierra Santa estaba presente el Islam."24

En el siglo XIII llega San Francisco, que con sus hermanos franciscanos va a Tierra Santa, a Jerusalén. Aún hoy ellos continúan siendo los custodios de los lugares santos en Palestina y también fuera de allí, en el vecino oriente (Siria, Libán, Jordania, Egispto). Hacia el 1300 fue fundada la asociación de los peregrinos de Cristo. En el mismo año en Roma por primera vez fue proclamado el Jubileo, que atrajo a este lugar millares de peregrinos. Los peregrinajes a Roma continuaron durante una larga serie de años santos sucesivos. Así Roma se convirtió en el centro cultural y religioso de Europa occidental.

En los siglos XV y XVI con el descubrimiento del Nuevo Mundo domina una visión eurocentrista del mundo, pero el mundo cristiano dividido pierde la propia unidad, con su centro en Roma. Surgen metas alternativas de peregrinaje, como lo son numerosos santuarios marianos.25 En los siglos XVIII y XIX continúan las peregrinaciones en la vida de las comunidades cristianas, que sostenían la fe del pueblo de generación en generación, abrían nuevas espiritualidades, nuevos centros de fe (Guadalupe, Lourdes, Aparecida ...). El conocimiento renovado que el pueblo de Dios se había puesto en camino, entretanto, había llegado a ser una imagen muy marcada de la Iglesia que se preparaba al Concilio Vaticano II.26

En la cuarta parte se habla de los preparativos para el Gran Jubileo del 200 (núm. 18-23). El peregrinaje en este evento cumple un papel excepcionalmente importante. El evento mismo del Concilio Vaticano II simbólicamente había sido un peregrinaje grande y coral de toda la comunidad eclesiástica. El Concilio se había manifestado como una Ascensión espiritual. Los Padres del Concilio habían acogido a las personas en meditación como "peregrinos en camino hacia la luz".27 Este aspecto simbólico de la Iglesia peregrinante fue ilustrado a los peregrinos por dos papas peregrinos, Juan XXIII en Loreto al principio del Concilio (1962) y Pablo VI en Tierra Santa al final del Concilio (1964). Siguieron numerosas peregrinaciones, las del Papa Pablo VI y del Papa Juan Pablo II. Las peregrinaciones del Papa Pablo VI a Tierra Santa, con la que el Papa tenía la intención de celebrar el misterio central de la fe, la encarnación y la redención, estimularon un nuevo flujo de peregrinaciones a Tierra Santa provenientes de todos los países del mundo. El excepcional impulso hacia el peregrinaje como praxis de oración, conversión y convicción que somos el pueblo de Dios en viaje, se atribuye al Papa Juan Pablo II y a sus viajes.

En sus constituciones el Concilio Vaticano II ha presentado la Iglesia como "viajera",28 subrayando en varias ocasiones la naturaleza peregrinante de la Iglesia: ella tiene su propio punto de apoyo en la misión de Cristo, que fue mandado por el Padre, nosotros venimos de El, vivimos por El y estamos dirigidos a El y el Espíritu guía nuestro camino, que sigue los senderos del camino de Cristo.29 El Concilio define la vida cristiana misma como un peregrinaje en la fe.30

La Iglesia es, por naturaleza, misionera.31 El mandamiento de Cristo resucitado: "Por eso, vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos." (Mt 28,19) pone propiamente el acento sobre el ver "ir", un método insustituible de evangelización del mundo.32

El objetivo principal del actual peregrinaje histórico de la Iglesia es el Jubileo del 2000, al cual el peregrino se dirige baja la protección de la Santísima Trinidad. Este viaje debe ser más interior y existencial que proyectado al espacio.33

En la quinta parte (núm. 24-31), el Documento ilustra el peregrinaje del género humano, subrayando también el valor espiritual del peregrinaje y la necesidad de una obra pastoral del peregrinaje. También en nuestra época la humanidad está en viaje,el hombre se siente homo viator y busca la verdad, la justicia, la paz y el amor. El viaja hacia el absoluto y lo inconmesurable, hacia Dios. El movimiento de la humanidad contiene en sí "el germen de la aspiración fundamental al horizonte trascendental de la verdad, de la justicia y de la paz. Esto testimonia la inquietud que se placa en el Dios inconmensurable, el puerto donde el hombre se puede recuperar de sus angustias.34 Algunos mejoramientos son evidentes en este viaje: el respeto de los derechos humanos, el progreso de la ciencia y de la técnica, el diálogo recíproco... 35 Estamos en presencia de desplazamientos de masa de pueblos enteros que desean evitar los peligros de la guerra o de las catástrofes naturales en los propios países o bien que buscan una mayor seguridad o un mayor bienestar para los seres queridos. La cristiandad en este peregrinaje se presenta a la humanidad como el buen Samaritano, pronta a acudir en ayuda.36 Los valores de la investigación, del progreso y de la promoción de la comprensión recíproca entre los pueblos contienen en sí también el turismo,37 la investigación científica, los viajes culturales y deportivos y los viajes por motivos culturales. El Documento destaca el hecho de cómo no se deba ser solamente guiado por intereses económicos, sino que también hay estar concientes también de las propias obras humanas y sociales.38

Aquí hay también experiencias específicamente cristianas de peregrinaje: los misiones van en peregrinación a países lejanos, las reuniones ecuménicas en oración comunitaria en favor de la unidad de todos los cristianos, los encuentros inter-confesionales (como aquel realizado en Asís en el año 1986).

El Documento pone de relieve cómo las metas de los peregrinajes sean en particular dos ciudades; Roma, símbolo de la misión universal de la Iglesia, y Jerusalén, lugar santo honrado por todos aquellos que siguen la fe de Abraham: "Porque la Enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé" (Is 2,3).39 Como metas de peregrinaje hay que tener en mente también las ciudades en que se ha cometido el mal (Auschwitz, Hirosima, Nagasaki).

En la sexta y última parte del Documento se habla del peregrinaje del cristiano de hoy (núm. 32-42). Este es el capítulo más extenso en el que son puestos en evidencia los elementos más importantes del peregrinaje y son suministradas las líneas para la obra pastoral en las peregrinaciones. Para el cristiano, el peregrinaje es la "celebración de la propia fe... que necesita ser realizada en armonía con la tradición, con el sentimiento religioso y como realización de la propia existencia pascual."40 Esta experiencia es vivida de manera particular en la celebración eucarística del misterio pascual, al recibir la Santa Eucaristía y al leer y meditar el Evangelio.41 Con tal fin es necesario desarrollar una actividad pastoral en los santuarios en los cuales el peregrino vivirá "un encuentro silencioso y recogido con Dios y con sí mismo", sobre todo en la Santa Confesión por medio de la cual le son perdonados sus pecados y él se convierte en una creatura nueva. La reconciliación con Dios y con el hermano tiene como objetivo la celebración eucarística.42 En los santuarios, en el momento del viaje hacia él, tiene que estar presente una persona que anime espiritualmente y que posea una preparación catequista profunda, de manera de poder preparar a los peregrinos para el encuentro con Dios. En todo esto los presbíteros tienen una gran responsabilidad ya que ellos animan a los peregrinos durante su camino común.43

El encuentro con Dios en la "Tienda del encuentro", en el santuario, es también un encuentro con el amor de Dios, un encuentro con la humanidad, un encuentro cósmico con Dios en la belleza de la naturaleza y un encuentro con sí mismo.44 Numerosos santuarios cristianos son meta de peregrinos y fieles de otras religiones. Este factor impulsa la actividad pastoral de la Iglesia a fin de que responda a este hecho con iniciativas de aceptación, diálogo, colaboración y sincera fraternidad.45

El peregrinaje es también un encuentro con María, estrella de la evengelización. Los santuarios marianos, grandes y pequeños, pueden ser lugares privilegiados para el encuentro con Su Hio, que Ella nos da. El cristiano se pone en camino con María a lo largo de los senderos de la fe, los senderos del amor, para llegar al Calvario y estar junto a Ella como un discípulo amoroso, al que Cristo ha confiado Su Madre, hasta la sala de la Ultima Cena a fin de que de Su Hijo resucitado reciba el don del Espíritu Sant

1 EL CONSEJO PAPAL PARA LA PASTORAL DE LOS VIANDANTES Y DE LOS EMIGRANTES, El peregrinaje en el gran jubileo del año 2000, núm. 23, Documentos 113, KS, Zagreb, 1998.

2 Idem. núm. 2.

3 Idem. núm. 2

4 Idem. núm. 3.

5 EL CONSEJO PAPAL PARA LA PASTORAL DE LOS VIANDANTES Y DE LOS EMIGRANTES, Peregrinaje, 57.

6 Cfr. A. REBIC, El fenómeno del peregrinaje en la Biblia y en el Islam, en Bogoslova Smotra 54 (1984) pág. 516; T.G. PINCHES, Pilgrimage, in James Hastings, Encyclopaedia of Religions and Ethics, s. X, 12a Edinbourg, 1918; Pellegrinaggio, in Enciclopedia Cattolica. Cfr. vocablo también en otras enciclopedias o léxicos religiosos.

7 A. REBIC. op. cit. art., pág. 517; F. HEILER, La priere, París, 1931, pág. 150; J.P. STEFFES, Wallfahrt und Volkstum in Geschichte und Leben, publicado por G. Schreiber, Düsseldorf, 1934, págs. 184-216.

8 Cfr. Peregrinaje, núm. 6

9 Peregrinaje, núm. 8

10 JUAN PABLO II, encíclica Redemptor Hominis, núm. 18. La traducción croata a cargo de Krscanska sadasnjost, Zagreb, en la colección Documentos.

11 Peregrinaje, núm. 9.

12 Peregrinaje, núm. 10.

13 Peregrinaje, núm. 11.

14 Cfr. Ef 2,19; 1 P 2,11; Heb 13,13-14; Ap 21,4. Peregrinaje, núm. 11.

15 CONCILIO VATICANO II, constitución dogmática Lumen gentium, núm. 9, cfr. nota núm. 2.

16 Peregrinaje, núm. 12. JUAN PABLO II, carta apostólica Tertio Millenio Adveniente, núm. 25.

17 Peregrinaje, núm. 13.

18 En los siglos IV y V surgen grandes peregrinaciones organizadas a los lugares santos de Palestina y a las tumbas de los mártires. De esa época nos han quedado descripciones como El peregrinaje a los lugares santos (del siglo IV) o bien Viaje de un peregrino anónimo de Bordeaux (del siglo IV) y muchas otras memorias sobre Tierra Santa.

19 GREGORIO DE NIS, Epístola 2,18; Sources Chretiennes 362,122; MIGNE, Patrologia Graeca 46,1013.

20 AUGUSTIN, De vera religione, 39,72 en CCL 32,324; MIGNE, Patrologia Latina, 34,154.

21 JERONIMO, Epístola 58,2-3; CSEL 54,529-532; PL 22,580-581. Peregrinaje, núm. 13.

22 Cfr. Peregrinaje, núm. 14. JUAN PABLO II, discurso con ocasión de la visita a Viena, el 10 de septiembre de 1983, en AAS 76 (1984) pág. 140.

23 Peregrinaje, núm. 14. A.REBIC, El peregrinaje hoy, en Caná 29 (1998) núm. 11/316, octubre 1998, pág. 30.

24 Peregrinaje, núm. 14.

25 Peregrinaje, núm. 16.

26 Peregrinaje, núm. 17.

27 Mensaje al Concilio Vaticano II, 8 de diciembre 1965, en AAS 58 (1966) pág. 11; Peregrinaje, núm. 19.

28 CONCILIO VATICANO II, constitución dogmática Sacrosanctum Concilium, núm. 2.

29 Cfr. constitución dogmática Lumen gentium, núm. 7-9; Ad Gentes, núm. 5. Peregrinaje, núm. 20.

30 Cfr. constitución Lumen gentium, núm. 8.

31 CONCILIO VATICANO II, Ad Gentes, núm.2; Lumen gentium, núm. 17.

32 Peregrinaje, núm. 21.

33 Peregrinaje, núm. 23.

34 Peregrinaje, núm. 30.; San Agustin, Confesiones 1,1: en Ccl 27,1; PL 32,661; XIII, 38,53: CCL 27,772.

35 Peregrinaje, núm. 24.

36 Peregrinaje, núm. 25.

37 Peregrinaje, núm. 30.

38 Peregrinaje, núm. 26-28.

39 Peregrinaje, núm. 31.

40 Peregrinaje, núm. 32. CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO, Líneas y propuestas para la celebración del año mariano (1987), en Notitiae 23 (1987) 342-396.

41 Peregrinaje, núm. 34-35.

42 JUAN PABLO II, Carta para el séptimo aniversario del santuario de la casa de Nazaret de Loreto, en Enseñanzas de Juan Pablo II., XVI, 2 (1993) 533; Peregrinaje, núm. 33.36; JUAN PABLO II, Homilía en la basílica de Aparecida, Brasil, en Enseñanzas de Juan Pablo II., III, 2 (1980)99.

43 Peregrinaje, núm. 35.

44 Peregrinaje, núm. 38-41.

45 Peregrinaje, núm. 39; JUAN PABLO II, Redemptor hominis, núm. 37.

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P. Stanisław Kania Sch. P

LA ESPECIFICACIÓN DE LAS PEREGRINACIONES A LOS GRANDES SANTUARIOS MARIANOS

La etimología de la palabra "peregrinación" se remonta a la antigüedad muy lejana. El vocablo griego per-epi-demos (literalmente "extranjero", "no residente") definía al peregrino o al viajero casual. En latín la palabra primitiva peregrinus se refería a la persona que viajaba por países extranjeros o a aquélla que no tenía derecho de ciudadanía. Surgió como una composición de dos vocablos per-agros que describía a la persona que camina (pasa) a través del campo, fuera del lugar de su residencia, lejos de casa (peregre -"en el extranjero", "no en casa"). El término peregrinatio significa una estancia fuera del país, una andadura, un viaje, una visita a los países extranjeros. En realidad fue tan sólo en el siglo XII cuando el vocablo peregrinatio empezó a designar ya unívocamente la práctica religiosa de visitar lugares sagrados. En la literatura polaca (sobre todo a partir de los principios del siglo XX) pueden encontrarse palabras como "peregrinía", "peregrinacia", "romería" o "romero" que se emplean alternativamente con "peregrinaje", "peregrinación" o "peregrino". Los historiadores utilizan también una palabra del polaco antiguo que en este caso significa "peregrinación a lugares sagrados".

Se define como peregrinación un viaje emprendido por motivos religiosos a un lugar que se considera sagrado (locus sacre) por actuar allí de una manera especial Dios u otras deidades, para realizar allí unos determinados actos religiosos, de devoción y penitencia. Dicho sea de otra manera, lo esencial de la peregrinación estaba siempre vinculado con el deseo de relacionarse con el sacrum..

La mayoría de las peregrinaciones se realizan en torno de templos entre los cuales los más sagrados tienen el nombre de "santuario". La nueva ley canónica del año 1983 define el santuario como "una iglesia u otro lugar sacro adonde con el consentimiento del Ordinario de este sitio, a título de la devoción religiosa, peregrinan numerosos creyentes por un motivo especial de devoción".. El santuario es entonces un lugar sagrado de culto divino, un lugar donde Dios está presente de una manera especial.

Se estima que cada año a los centros de culto religioso que tienen alcance suprarregional, se dirigen en todo el mundo unas 240 millones de personas, entre las que un grupo de 150 millones lo constituyen cristianos. En Polonia en las migraciones de peregrinación participan cada año unas 5 - 7 millones de personas (más del 15% de la población). Aparte de católicos del rito romano y oriental, peregrinan fieles de la iglesia ortodoxa, del judaísmo e islam. Ante eso Polonia puede contarse entre los países de una actividad de peregrinaciones excepcionalmente desarrollada.

En los tiempos paganos los centros de culto en las tierras polacas lo eran sobre todo montañas, bosques, ríos, fuentes, árboles y rocas. Disfrutaban del homenaje y respeto de las tribus paganas que las consideraban sagradas. Las ceremonias del culto pagano se celebraban, entre otros lugares, en las montañas de Ślęża y Montaña Calva (Łysa Góra). Los templos en los tiempos paganos eran muy raros. Aparecían únicamente en la Pomerania Occidental.

En la primera época de la historia del cristianismo en Polonia se desarrolló ante todo el culto de los santos, el culto de los eremitas y el culto de la Pasión. Fue tan sólo entre los siglos XII y XIII cuando se hicieron populares las peregrinaciones relacionadas con el culto de la Virgen. El comienzo de los peregrinajes fue vinculado con San Adalberto (956-997) y su martirio.

Gniezno - la ciudad vinculada con la vida de San Adalberto, donde se encuentra su tumba, llegó a ser el centro principal de peregrinaciones en la alta Edad Media (siglos XI - XIII). Gniezno fue visitado también por miembros de la dinastía Piast - soberanos del estado polaco.

Simultáneamente al culto de San Adalberto, fue desarrollándose en las tierras polacas el culto de los eremitas. A los cenobitas más conocidos de los que actuaron en Polonia, pertenece San Andrés Świerad (murió alrededor de 1034), cuyo culto ha perdurado hasta hoy en día. Un discípulo de San Andrés Świerad lo era San Benedicto que murió mártir hacia el año 1037. Entre otros cenobitas de ese período se deben enumerar el bendito Bogumił - Pedro II, la bendita Juta de Chełmża o Dorotea de Mątowy. La historia del culto de los eremitas, particularmente después de su muerte, nos introduce en un culto muy popular en la Edad Media, que era el de las personas que habían muerto en olor de la santidad, sobre todo las elevadas por la Iglesia a los altares. Sus tumbas o reliquias atraían a los fieles, cosa que en consecuencia llevaba a la formación de nuevos centros de peregrinaje. Entre numerosas personalidades excepcionales de la primera época del cristianismo en Polonia, algunas gozaban de un homenaje singular. Al lado de la figura de San Adalberto, hay que mencionar también a San Estanislao -obispo y mártir - a Santa Jadwiga de Silesia y a la bendita Kinga.

El culto mariano apareció en las tierras polacas justo en el momento del bautismo del país (966). El movimiento de peregrinaje hacia los lugares de este culto se desarrolló entre los siglos XII y XIII.

La primera pista de peregrinaciones a un santuario mariano lleva a Silesia donde cerca de la población de Środa Śląska debía de existir en el siglo XII una iglesia de peregrinación bajo la advocación de la Santísima Virgen, que pertenecía a los benedictinos. El desarrollo intenso del culto mariano data sin embargo no antes de los siglos XII - XIV. En esa época empezó a "reemplazar" de cierta manera el culto de los eremitas y santos, tan popular en el primer período del cristianismo. No era nada extraño que a medida que iba desarrollándose el culto de la Virgen creciera la cantidad de los centros que tenían una imagen milagrosa de la Madre de Dios. Sin duda alguna el momento crucial para el desarrollo de este culto lo tuvo la instalación de los padres paulistas en Claromontana (Jasna Góra) y el acto de entregarles la milagrosa imagen de la Virgen de Częstochowa (hacia el año 1383).

Claromontana es uno de los centros religiosos más grandes y más importantes de todo el mundo, y no sólo del cristianismo. Es también el segundo centro de culto mariano después de Lourdes. En el mundo cristiano Claromontana es además el centro mariano más grande entre los que aparecieron y luego se desarrollaron sin que la Virgen se revelara allí en alguna ocasión. Actualmente en Claromontana se registran 4 - 5 millones de peregrinos cada año, entre ellos hay unos 400 mil extranjeros de más de 80 países.

Desde los mismos principios de su existencia, Claromontana tenía un papel importante en la Iglesia católica romana, tanto en la local, polaca, como en la Iglesia universal. Eso se veía comprobado por múltiples visitas que han hecho al Santuario de Claromontana numerosos representantes de la Iglesia de todo el mundo, y al final del presente Milenio, con una devoción especial, el Santo Padre Juan Pablo II. Sus antecesores también subrayaron, en varias ocasiones, el papel de Claromontana en la Iglesia (entre otros Martín V, Alejandro VI, Clemente XI, Pío X, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I). El decreto de Clemente XI, que coronaba el milagroso cuadro de la Virgen de Częstochowa (en el año 1717, la primera coronación fuera de Roma, precedida por los votos del rey polaco Juan Casimiro hechos el 1 de abril de 1656 en Lvov con los cuales oficialmente reconoció y declaró a la Virgen la Reina de Polonia), hizo que la Reina de Polonia gozara de aún más fama en el mundo cristiano.

La tradición de peregrinaciones a Claromontana data de los mismos principios del convento (1382). Muy pronto el Santuario llegó a tener alcance internacional (a principios del siglo XV). Vinieron allí de peregrinos casi todos los reyes polacos. En el siglo XVI empezó a concretarse una tradición de peregrinaciones constantes a Claromontana. A partir del año 1711 hasta hoy, en día cada año se lleva a cabo la Peregrinación a Pie de Varsovia. En la época de entreguerras se consolidó en definitiva el alcance mundial del Santuario de Claromontana. El rasgo que distingue Claromontana de otros grandes santuarios cristianos (y no sólo cristianos), lo constituye la numerosidad de peregrinaciones a pie que se realizan cada año. Anualmente en las peregrinaciones de este tipo vienen allí más de 200 mil personas, es decir hacia 5% del total de los peregrinos.

A partir del año 1977 se observa un desarrollo decisivo de los peregrinajes a pie a Częstochowa, relacionado entre otras razones con la celebración del sexto centenario del convento (1982 - 1983). Para rendir homenaje a este aniversario, se iniciaron algunas de las peregrinaciones a pie, por ejemplo la peregrinación de Pomerania que parte de Swarzew ("600 kilómetros para el sexto centenario"). En los años ochenta los elementos patrióticos desempeñaron un papel casi igual de importante que el contenido religioso. La participación en una peregrinación llegó a ser una forma de protesta contra el régimen gobernante, luego también contra la proclamación del estado de guerra en 1981 y las represiones políticas que ése trajo consigo.

En la actualidad, los grupos más grandes de peregrinos vienen los días de indulgencia plenarias, es decir el día de la Virgen Reina de Polonia (3 de mayo), el día de la Asunción de la Virgen (15 de agosto), el día de la Virgen de Częstochowa (26 de agosto) y el día del Nacimiento de la Virgen (8 de septiembre). El número de los fieles asciende entonces a 300 - 500 mil personas. A Częstochowa llevan más de 50 rutas de peregrinaje a pie cuya longitud oscila entre uno y varios cientos de kilómetros. En el itinerario a Claromontana las peregrinaciones suelen visitar otros santuarios que se encuentran en el camino. Por ejemplo la Peregrinación de los Montañeses se detiene, entre otros lugares, en Ludźmierz, Kalwaria Zebrzydowska, Maków Podhalański o Leśniów; la Peregrinación a Pie de los Universitarios de Varsovia pasa por Niepokalanów, Miedniewice, Smardzewice, Gidle y Mstów, la Peregrinación de Przemyska visita el santuario en Borek Stary y la Peregrinación Diocesana de Zielona Góra y Gorzów hace un alto en la Montaña Santa (Święta Góra) en Gostyń. Anualmente en las peregrinaciones a pie vienen aproximadamente 150 grupos que cuentan con un número entre 175 y más de 200 mil personas. Las peregrinaciones a pie a Claromontana constituyen indudablemente un fenómeno específico de carácter religioso y social a escala universal, particularmente en el mundo cristiano. No existe otro santuario cristiano al que vengan a pie tantos fieles. Las influencias de los peregrinajes polacos a Claromontana pueden encontrarse en varios países, sobre todo europeos. Estas influencias se reflejan, aunque sólo sea un ejemplo, por un lado en el número constantemente creciente de peregrinos extranjeros y por otro - en el interés que hay en el extranjero por aprovechar las experiencias de Claromontana en lo que se refiere a la organización de peregrinajes, sobre todo a pie.

Deberíamos acordarnos sin embargo de que las peregrinaciones a pie en Polonia no son típicas únicamente para Claromontana, sino que esta tradición - y que a veces es de unos cientos de años - se puede observar en la mayoría de los lugares de peregrinaje polacos. Incluso a los centros pequeños de un alcance local, con ocasión de los días de celebraciones importantes, sean de indulgencia o de algún aniversario, suelen venir a pie peregrinos de las parroquias o diócesis vecinas. Algunas tradiciones de peregrinación especialmente vivas se han conservado hasta hoy en día en Kalwaria Zebrzydowska, Ludźmierz, Piekary Śląskie, Wambierzyce, Bardo Śląskie, Kodeń, Gietrzwałd o Wejherowo.Valdría la pena mencionar en este momento un santuario más, adonde los peregrinos vienen únicamente a pie. Se trata de Wiktorówki -un centro dedicado a la Virgen Reina de los Tatras, situado a una altura de 1150 metros sobre el nivel del mar. A parte de la celebración principal de indulgencia, que cae el 15 de agosto, varios miles de montañeses vienen allí también en la Nochebuena, para oír la misa del gallo, y en la Nochevieja.

A partir del siglo XIX, la Virgen de la Puerta Aguda de Vilna en Lituania empezó a gozar de una fama comparable a la de la Madonna Negra de Częstochowa. A Vilna se dirigían grupos de peregrinación de todo el territorio de Polonia. Fue en aquella época que Vilna comenzó a desempeñar el papel de uno de los santuarios nacionales polacos más importantes. La incorporación de Lituania a la USSR después de la 2a guerra mundial, hizo imposible a los polacos el seguir con la tradición de venir a Vilna. Sin embargo en los últimos años se ha advertido que en Polonia va renaciendo la costumbre de peregrinar a la Puerta Aguda.

Contrariamente a las tendencias a la secularización de la vida individual y social, tan comunes y dominantes en la actualidad, en los últimos veinte años se ha observado un fuerte desarrollo de las migraciones de peregrinación. En la Iglesia católica romana, pero no sólo en ella, este fenómeno tendrá una relación indudable con los numerosos viajes apostólicos de Juan Pablo II. Se estima que en las peregrinaciones que se dirigen a los centros de culto religioso de alcance suprarregional, participa cada año un total de unos 220 - 250 millones de personas, de las cuales aproximadamente 150 millones, es decir un 60 - 70%, son cristianos. Asimismo se estima que tan sólo en Europa, alrededor de 30 millones de cristianos, sobre todo católicos, dedican sus vacaciones (o una parte de ellas) a realizar un peregrinaje.

A los centros de culto religioso más grandes en el mundo cristiano, que atraen en total a casi 25 millones de peregrinos (el 15% de los fieles migratorios de esta religión), pertenecen: Roma con el Vaticano (aproximadamente 8 millones), Lourdes (6 millones), Claromontana (4 - 5 millones), Fatima (4 millones) y Guadalupe (2 milones). Entre los santuarios cristianos, un papel importante lo desempeñan los santuarios marianos. Los santuarios marianos pertenecen - en la opinión del Santo Padre - a "la herencia espiritual y cultural de un pueblo dado y poseen una gran fuerza de atracción y radiación". La mayoría de los lugares de peregrinación del cristianismo está relacionada con el culto de la Virgen (alrededor del 80%).

Un papel importante para el desarrollo del culto mariano, y también de las migraciones de peregrinación con éste vinculadas, lo desempeñaron los sitios en que la Virgen se reveló. Enel catolicismo contemporáneo, entre muchos lugares en los que en el curso de los siglos se han registado revelaciones de este tipo, los que más relevancia tienen en Europa son La Salette (1846), Lourdes (1858) y Fatima (1917). Una importancia especial la tiene también Medjugorje (1981). Fuera de Europa, el centro más grande se sitúa en Guadalupe, en México (revelaciones de la Virgen en el año 1531).

En el panorama de las peregrinaciones marianas merece una atención especial la localidad de Gierzwałd, situada en Polonia, en la región de Warmia. Las revelaciones de la Virgen que tuvieron lugar en esta población entre los días 27 de junio y 16 de septiembre del año 1877, son las únicas en Polonia que gozan de un oficial reconocimiento y aprobación de parte de la Iglesia. Es interesante la estadística de esas revelaciones en comparación con las revelaciones de Lourdes, donde la Virgen apareció 18 veces y de Fatima, donde se dejó ver 6 veces, mientras que en Gierzwałd más de 160 veces. Gracias a esas revelaciones Gierzwałd ha conseguido el nombre de "el Lourdes polaco".

Lourdes es un centro específico. A partir de la época de las revelaciones de la Virgen en el año 1858, se transformó - debido al desarrollo de las peregrinaciones - de una pequeña población agrícola en un centro religioso especializado. El desarrrollo de la función religiosa iba acompañado por el desarrollo de la infraestructura necesaria para acoger a cada vez más numerosos peregrinos. La base hotelera cuenta con más de 18 mil habitaciones (una habitación por un habitante!). Entre casi 400 establecimientos comerciales más del 85% se especializan en la venta de artículos religiosos. Anualmente se registran 5 - 6 millones de peregrinos que vienen de más de 120 países. Los extranjeros predominan sobre todo en los grupos organizados (más del 60%). Una categoría aparte la constituyen los enfermos (aproximadamente 70 mil cada año), de los que alrededor de un 60% son extranjeros. Los enfermos vienen a Lourdes sobre todo en trenes especiales ("trainis blanc"), cuyo número alcanza varios cientos, y que gracias al extendido sistema de ramales de ferrocarril, pueden permanecer allí durante varios días. A pesar de su situación periférica en Europa, la accesibilidad comunicativa de Lourdes es muy buena - tanto gracias a la comunicación de ferrocarril bien desarrollada y la red de carreteras, como gracias al aeropuerto propio de Tarbes - Ossun - Lourdes que atiende cada año a 500 - 800 mil pasajeros y que califica a Lourdes de uno de los más grandes aeropuertos chárter en Francia (al lado de París y Niza). Todo esto hace que Lourdes pueda clasificarse en el grupo de las poblaciones que se caracterizan por una monocultura funcional, relacionada con las llegadas de peregrinos y turistas. En la literatura del tema, se atribuye a menudo a Lourdes también el nombre de "ciudad - hotel" ("ville-d'hotel").

Un centro donde la afluencia de los peregrinos es parecida a la de Claromontana, lo es Fatima. En su desarrollo influyeron las famosas revelaciones de la Virgen en el año 1917. Ahora vienen allí anualmente aproximadamente 4 millones de peregrinos. Comparando Fatima con Lourdes, llama la atención el desarrollo mucho más lento del primero de estos santuarios. Hasta la mitad de los años sesenta, Fatima no había logrado la importancia de un centro de alcance internacional. Eso se debía a su localización en la periferia de Europa y a una accesibilidad comunicativa muy mala. El sistema político durante varios años tampoco benefició el desarrollo de las peregrinaciones extranjeras. Actualmente los extranjeros que se registran allí, proceden de más de 100 países. Entre ellos, un grupo muy numeroso está formado por peregrinos de origen portugués, que vienen sobre todo el día 13 de agosto, en la así llamada "Peregrinación Nacional de los Emigrantes Portugueses". Fatima se distingue, entre la mayoría de los centros de peregrinación de la Europa Occidental, por el cultivo de las peregrinaciones a pie (más de 30 mil personas anualmente). La base de alojamiento es muy diversa y cuenta con casi 5 mil plazas (más de 1000 camas por 1000 habitantes).

Un centro de culto mariano que está experimentando un rápido desarrollo relacionado con las revelaciones que han tenido lugar continuamente a partir del año 1981 lo es Medjugorje en Herzeg - Bosnia. En principio una aldea pequeñita, diez años más tarde dispensada de una manera milagrosa por la guerra, hoy ha llegado a ser un centro de peregrinaciones con una base hotelera bien desarrollada. Las revelaciones de la Virgen que suceden allí continuamente - cada día - atraen a muchedumbre de peregrinos no sólo de Europa, sino de todo el mundo. Incluso la opinión de la Iglesia Católica, que no es del todo unívoca en lo que se refiere a la autenticidad de esas revelaciones, no desanima a los peregrinos que vienen allí, sobre todo en autobuses. En Polonia, Medjugorje es cada vez más conocido y parece que año tras año acudirán allí más y más polacos.

Las peregrinaciones - y no sólo las polacas - que se dirigen a Medjugorje, visitan en su ruta también el santuario croata de Marija Bistrica. Cada año se registra allí medio millón de peregrinos. La estatuita de la Virgen de Bistrica, famosa por sus milagros, fue proclamada la Reina de los Croatas y a partir del año 1971, su santuario se reconoce como el Santuario Nacional Croata. Vienen allí peregrinaciones de todo el mundo, entre ellas hay también muchos peregrinajes a pie.

Los más grandes centros de peregrinación universales, que no están relacionados con el culto mariano, lo son Tierra Santa con la ciudad de Jerusalén, al que vienen fieles de todo el mundo - tanto cristianos como judíos o mahometanos - y Roma con el Vaticano (las tumbas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, la sede del Santo Padre ). Durante los últimos años se han activado enormemente las peregrinaciones a la tumba de Santiago el Mayor en Santiago de Compostela.

En que consiste el fenómeno de los santuarios marianos que atraen a multitudes tan numerosas de peregrinos?

Los santuarios, por su poder de irradiación y atracción, estimulan a los peregrinos a buscar allí un encuentro con la Madre de Dios. Al emprender un peregrinaje a uno de los santuarios marianos, tanto aquéllos en que las revelaciones tuvieron lugar hace ya bastante tiempo (Lourdes, Fatima), como éstos donde se producen ahora (Medjugorje), o también a los santuarios famosos por las imágenes de la Virgen que en ellos se guardan, la gente está convencida de que se va allí para encontrar a la Madre de Dios. Los peregrinos la identifican como la Madre de Jesucristo, pero también como la propia, como protectora que puede conseguirles los favores que necesitan, un personaje cercano y entrañable que entiende los problemas de cada uno, en cualquier momento y en cualquier lugar.

En la convicción general de los creyentes, un santuario constituye - a diferencia de otras iglesias o capillas - un fenómeno especialmente sagrado. Es un espacio que despierta interés, anima la imaginación, inspira una intranquilidad extraña: "seduce" e invita; nos hace esperar algo prodigioso, no tanto debido al claramente mentalizado sino más bien a un intuido "misterio de la fe" que contiene en sí. Ya la misma historia del "lugar sagrado", los acontecimientos que se relatan allí, la arquitectura sacra o los recuerdos y votos guardados, y sobre todo la imagen famosa por los milagros que hace - el corazón de la santidad de todo el conjunto - la liturgia y los oficios solemnes junto con las multitudes innumerables de peregrinos que rezan con pasión, luego las visitas de varios representantes de la Iglesia y del Estado, de hombres de letras, cultura y arte - todo eso no sólo origina admiración y conmoción, sino que ante todo estimula a la meditación y oración, reclama una reflexión religiosa y teológica profunda.

En su encíclica "Redemptoris Mater" el Santo Padre Juan Pablo II examina lo específico del culto de la Virgen, de los santuarios y peregrinaciones marianas. Expone que la continua presencia en la Iglesia de la Bendita Madre de Dios, María, que introduce en el mundo el Reino de Su Hijo, encuentra en nuestros tiempos - igual que lo hacía a lo largo de la historia de la Iglesia - múltiples formas de expresión. Las esferas de su actuación son asimismo muy diversas. A este respecto, entre varios modos y dimensiones que manifiestan esa presencia, el Papa señala numerosos y grandes lugares de peregrinación en los que "la fe cristiana ha levantado en el curso de los siglos unos templos espléndidos como en Guadalupe, Lourdes o Fatima y también en otros países entre los cuales cómo podría dejar sin mencionar Claromontana en mi tierra patria?"

En la encíclica "Redemptoris Mater" se descubre la base definitiva de la que surge la devoción mariana y los peregrinajes del Pueblo de Dios a todos los sitios particulares de la presencia de la Madre de Dios - a Sus santuarios y templos, "en el alcance de Ésta que había creído encontrar reforzamiento de la fe propia". Desde este punto de vista - observa el Papa - "podría hablarse de una geografía particular de la fe y devoción mariana", que tiene su expresión concreta en los santuarios esparcidos por toda la tierra, adonde peregrinan "no sólo individuos o sociedades locales, sino a veces todas las naciones y continentes y allí buscan encuentro con la Madre del Señor ...".

Los santuarios marianos se perciben como lugares donde la Bendita Madre de Dios, María, aunque siempre presente en la Iglesia, ejerce por la voluntad de Dios su maternidad espiritual de una manera especial.

Para el Pueblo de Dios el santuario es un lugar de experiencias singulares, emociones religiosas y cambios espirituales. Estos sucesos salvadores están saturados de la presencia particular y la intercesión maternal de la Madre de Dios, María. Desde el punto de vista de la reflexión teológica debemos suponer que Dios ha elegido los santuarios marianos como lugares de su piedad especial y que allí - más que en otros templos - quiere mostrar su bondad y conceder al hombre favores por mediación de la Virgen. Por eso en los santuarios marianos los fieles experimentan la actuación de Dios de una manera casi tangible, perciben su contacto con María de un modo más intenso y llegan a ser participantes de sucesos salvadores excepcionales. Esos sucesos muy a menudo se expresan de una forma concreta en curaciones y conversiones milagrosas, o en intervenciones de la Gracia de Dios tan grandes, que originan una transformación total de individuos o grupos enteros.

Siendo el pastor de almas de numerosas peregrinaciones a Medjugorje y también a los santuarios marianos polacos llevo ya años observando reacciones de los que se dirigen a un encuentro con la Madre de Dios en Sus santuarios. Observo la alegría que se manifiesta en el canto y en las oraciones. La atmósfera de las peregrinaciones marianas está llena de la esperanza de que Ella, a la que nos dirigimos, nos entenderá, nos va a escuchar, nos ayudará - como alguien cercano y amoroso. Las peregrinaciones a la Tierra Santa y a Roma tienen un carácter un poco distinto. Los peregrinos van allí para seguir "las huellas del pasado", quieren entonces encontrar los lugares donde en su época vivió Jesucristo, María y los santos. En cambio las peregrinaciones a los santuarios marianos, las rellena el espíritu del tiempo presente. Uno tiene la impresión de que la gente se está preparando a encontrar a María presente aquí y ahora - a su buena, cariñosa Madre. El que la encuentren realmente durante las peregrinaciones queda comprobado por miles de conversiones y curaciones que han tenido lugar antiguamente y que lo tienen hoy en día en los santuarios marianos del mundo.

BIBLIOGRAFÍA

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Nalaskowski Jan OSPE: Claromontana a la luz de la reflexión teológica sobre los santuarios marianos, "Peregrinus Cracoviensis", No 3, 1996.

Sojlan I., Jackowski A.: Claromontana ante otros centros de peregrinación en Polonia, "Peregrinus Cracoviensis", No 3, 1996.

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Fra Slavko Barbarić

DIMENSIONES ANTROPOLOGICO-BIBLICAS Y RELIGIOSO- ESPIRITUALES DE LAS PEREGRINACIONES CON APLICACION CONCRETA A MEDJUGORJE

I. EL HOMBRE EN BUSCA DE DIOS

Las peregrinaciones son conocidas en todas las religiones. Ellas son expresión del hombre que busca a Dios en los lugares en que Dios se ha manifestado de manera particular, donde ha dado a las personas la posibilidad de sentir más fácilmente Su presencia o a través de personas especialmente dotadas, los cuales, gracias a sus dones, llegaron a ser signos especiales de la presencia de Dios. Por tanto, existen lugares de peregrinación que atraen a la gente, que los visita buscando nuevas experiencias de Dios, especialmente la experiencia de la paz, del gozo, del amor y de la esperanza. Con cada peregrinación, el hombre sale de su vida cotidiana, dejando el trabajo, la familia, a los amigos, la seguridad y emprende el camino empujado por un anhelo propio de encontrar nuevamente a Dios.

Aunque el fundamento de toda peregrinación es el anhelo de Dios, el salir de la vida cotidiana y abrirse a lo divino, motivo primario de toda peregrinación, también existen seguramente motivos secundarios que acompañan a las peregrinaciones de hoy - conocer el mundo y sus parajes, los pueblos y sus costumbres. Si sucediera que todo quedara únicamente en esto, entonces, sería turismo. Una gran aporte al motivo primario y a todos los posibles motivos secundarios lo representa la curiosidad humana, que, en un primer momento, puede superar todos los demás motivos. Existen lugares de peregrinación que surgieron por causa de una intervención divina directa en la vida de un hombre o de varios (así principalmente han surgido los lugares de peregrinación marianos vinculados con las apariciones) o han surgido lentamente con el pasar del tiempo, frecuentemente después de la muerte de algún elegido especialmente por Dios o bien, por medio de intervenciones carismáticas de algunas personas de la Iglesia. Independientemente del hecho de cómo han surgido los lugares de peregrinación, en todos, el hombre-peregrino siempre busca lo mismo. Debido a que frecuentemente el peregrino acude a estos lugares por motivos diversos, es deber de las personas que organizan el trabajo en los lugares de peregrinación, ayudar a cada peregrino a llegar a ser conscientes de la verdadera motivación de la peregrinación: un encuentro con Dios, el cual está esperando al hombre. A fin de dar forma a una peregrinación, hay que utilizar todos los medios a disposición, para que entonces suceda lo que debe suceder: el encuentro entre Dios, que está esperando, y el hombre que lo busca. Por tanto, es necesario tener claro quén es el hombre y qué es lo que desea, y lo que Dios ofrece como respuesta. Una particular disposición de ánimo peregrinante nos permite decir que el hombre es por sí mismo PREGUNTA Y BUSQUEDA DE UNA RESPUESTA, MIENTRAS QUE DIOS ES LA RESPUESTA Y ESPERA AL QUE BUSCA.

II. EL HOMBRE BUSCA LA PAZ

El hombre es un ser físico y compuesto de alma y espíritu. Está dotado de razón, de libre voluntad y de un espectro amplio de experiencias espirituales. El hombre lleva en sí mismo un profundo anhelo de realización. Esta autorealización es buscada por el hombre de manera permanente y lo que él busca se puede expresar con estas palabras: El hombre es un ser que tiende hacia la paz. Por tanto y sin lugar a duda, se puede decir que la casa del hombre es el lugar donde encuentra "su paz". La búsqueda de la paz es el motivo principal de toda accion humana y de toda la vida. La experiencia nos dice que el está dispuesto a hacer todo lo bueno - incluso el sacrificio de la propia vida - cuando en su camino siente la "paz". Pero, de la misma manera, si el hombre no encuentra la paz haciendo el bien y abriéndode a valores humanos positivos, comienza a buscar la paz en el mundo de lo negativo y de lo destructivo. Así el hombre puede destruirse a sí mismo, destruir a los demás y todo lo que lo rodea, con tal de conseguir la paz. Si observamos el crecimiento y el desarrollo del hombre a partir de su fecundación, entonces descubrimos que le es necesaria la paz a fin de poder crecer y desarrollarse. Si la madre está en paz, entonces el niño que lleva en sus entrañas gozará de la paz y se desarrollará "en gozo". Si la paz de la madre se ve afectada por alguna razón mientras lleva a su hijo en sus entrañas, el niño nacerá con profundas consecuencias y perturbaciones de las cuales no se podrá liberar durante toda su vida. El niño, cuando nace, para que pueda continuar su vida en el mundo de manera pacífica, necesita ser aceptado y amado. La experiencia también muestra que muchos niños experimentan serias perturbaciones por causa de los celos, cuando se dan cuenta que la familia está esperando la llegada de un nuevo hijo. Sólo la experiencia que demuestre que con este nuevo niño no se verá amenazado sino enriquecido, y que será en adelante amado y aceptado, permitirá que la paz vuelva a este niño. Durante el crecimiento y el desarrollo nada se cambia, sólo que el hombre, de una manera diversa, manifestará su perturbación y buscará de otra forma la paz - de un modo positivo o negativo. Aquí se nos pone una pregunta fundamental: Es el hombre un desterrado que una vez, hace mucho tiempo, perdió su "casa de la paz" y procura por todos los medios encontrarla o en su corazón ha sido imprimido un anhelo de paz que supera todas las promesas ofrecidas por el mundo en que vive? No es tarea nuestra aquí analizar todas las premisas antropológico-psicológicas y las respuestas, ya que hay algo común para todos: el hombre concreto, dotado de razón, de libre voluntad y de alma, desea vivir en paz y el mundo que experimenta en sí mismo, no le asegura totalmente tal paz, por lo que la busca incansablemente y no puede desechar el deseo de realizarla. Para poder experimentar la paz y permanecer en "su casa de la paz", deben ser satisfechos todos los niveles humanos, es decir, la razón, el libre albedrío, el espíritu y el alma.

En eso el hombre se diferencia esencialmente del mundo animal. Los animales no se superan a sí mismos en búsqueda de la paz. Les basta haber calmado el hambre y la sed, haber satisfecho sus necesidades instintivas y quedan en paz. Y las bestias más feroces pierden su agresividad cuando satisfacen sus instintos. No podemos olvidar que existen corrientes de pensamiento en la antropología, psicología y sociología que procuran convencer al hombre que para la paz se necesita algo más de lo que necesitan los animales, pero ese algo más no supera en ningún caso los horizontes de este mundo. Nuevamente la experiencia nos confirma que, a medida que el hombre se siente cada vez más satisfecho a nivel físico-instintivo, en la misma medida se pone más intranquilo, agresivo y, por tanto, más peligroso para sí mismo y para su ambiente, si su ser no ha sido permeado por realidades espirituales.

III. LA IMAGEN BIBLICA DEL HOMBRE - UN DESTERRADO SIN PAZ

La imagen bíblica del hombre es transcendental. El hombre ha sido hecho a imagen y semejanza de Dios (cfr. Gén. 1,27). Dios le ha dado la posibilidad de colaborar con El y en unidad con Dios, la de realizar su paz y felicidad en esta tierra. El hombre había sido colocado en el paraíso terrenal en el cual gozaba de la paz en amistad con Dios. Sin embargo, sucedió algo que la narración bíblica define como el pecado original. El hombre se equivocó puesto que quiso apoderarse de algo que le había sido prohibido y con eso, destruyó la unidad con Dios y la recíproca unidad. El no soporta más la presencia de Dios, ya que los pasos de Dios, es decir, la presencia de Dios lo ha asustado y él se ha escondido. Las consecuencias que recaen sobre el hombre son pesadas. El no reconoce su culpa sino que la atribuye a otro, el hombre - Adán - a su mujer - Eva, y Eva, por su parte, la atribuye a la serpiente-satanás, que la ha engañado. Seguidamente, el hombre pierde su paz, su existencia se ve amenazada, ya que todo se ha puesto en contra de él y debe abandonar el paraíso terrestre, debe salir de su "casa de paz" y ser un desterrado, expuesto a dificultades y problemas, a un trabajo agotador, debe comer un pan amargo trabajando con el sudor de su frente (cfr. Gén. 3,17-19). Según la narración bíblica, por consiguiente, el hombre antes había gozado de la paz, pero la perdió y fue expulsado del paraíso, y llegó a ser un desterrado. El destierro se transforma en una peregrinación, ya que Dios no abandonó al hombre sino que le dio una esperanza, le anunció a la mujer con el niño que vencerá el mal y hará regresar al hombre a su paraíso perdido, a un nueva "casa de la paz". Toda la historia bíblica muestra a un hombre que erra y busca a Dios, a un Dios que se manifiesta y va al encuentro del hombre y le ofrece la paz.

Según la narración bíblica, el hombre se halla cruficado entre el recuerdo de la vida en el paraíso y las necesidades interiores de una entrada definitiva al ámbito de la paz, la cual ya le ha sido prometida aquí en la tierra, pero que se consolida definitivamente en el eterno Reino de Dios, reino de paz, justicia y verdad. Los profetas continuamente han anhelado la paz, han orado y cantado por la paz que el Señor en Su amor dará a Su pueblo. Todas las expectativas de los profetas se tenían que realizar en el Mesías que habría de venir y de crear condiciones nuevas para la realización de una paz definitiva, mesiánica.

En la tradicion bíblica se mencionan diversos lugares de peregrinación, lugares a los cuales el pueblo acude para buscar a su Dios. Se mencionan reuniones religiosas de peregrinos. Uno de ellos es Sekem, lugar en que el pueblo se reunió en el santuario con el Señor y en el que pactó una alianza con Yavé (cfr. Jos 24,25). Además de Sekem como lugar de reunión se mencionan Betel (1 Sam 10,3), Bersebá (Am 5,5), y Ofra y Sorá (Jue 6,24 y 13,19 y sig.).

Posteriormente se suprimieron todos los santuarios y se introduce la Pascua (2 Re 23; 2 Cro 35) y la fiesta de las Siete Semanas y la de los Tabernáculos (cfr. Dt 16,1-17) que se celebran en Jerusalén. El sentido de estas reuniones en un lugar tienen dos objetivos: reunir al pueblo ante su Dios y protegerlo de la idolatría y del paganismo. Por último, el único lugar de peregrinación que queda es el templo de Jerusalén. Alrededor del templo se renían multitudes provenientes de Palestina y de la migración con una misma finalidad: que el pueblo se mantenga en la fe verdadera y no se desvíe de su Dios. Aquellos fueron días de oración y adoración hacia el Dios verdadero, días de expresión de devoción a la ciudad santa y, por último, la realización de una profunda alianza del pueblo de Dios. La peregrinación no se realiza únicamente como una visita concreta a un lugar santo, en que Dios se ha manifestado, sino que se explica como un evento escatológico. Se habla del "día de la salvación" que ha sido ideado como una reunión de peregrinos de todos los pueblos y de los paganos. En Isaías, el Señor dice: "Ahora vengo a reunir a todos los pueblos de todos los idiomas. Y cuando habrán venido, serán testigos de mi gloria. Yo haré un prodigio en medio de ellos y, luego, mandaré los sobrevivientes hacia todas las naciones y las islas más lejanas ... Y, de todos los pueblos, traerán a todos tus hermanos dispersos como una ofrenda a Yavé, a caballo, en carro, en carretas, a lomo de mula o de camello. Me los traerán a mi cerro santo en Jerusalén ... (Is 66,18-20). Y el profeta Miqueas escribe: "..., el día en que vendrán a ti desde Asiria hasta Egipto, desde Tiro hasta el Eufrates, de uno a otro mar, de una a otra cordillera." (Mi 7,12).

Es suficiente aquí recordar los salmos peregrinos del 120 al 134 para sentir todo el significado del peregrinaje en el pueblo israelita:

"Me puse alegre cuando me dijeron:

<>
Ahora nuestros pasos se detienen,
Jerusalén, delante de tus puertas.
Jerusalén ha sido edificada
como ciudad que forma un buen conjunto;
allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
A alabar, com es ley en Israel,
el Nombre del Señor.
Pues allí es donde están
la justicia y la casa de David.
Para Jerusalén pidan la paz:
que disfruten de paz tus moradores!
Que la tranquilidad reine en tus muros
y dentro de tus fuertes!
Por el amor que tengo a mis hermanos
y a mis amigoa, déjenme decir:

<>

Por la casa del Señor que es nuestro Dios,
te deseo pura felicidad.
(Sal 122,1-9)

Según la revelación bíblica, se ve claramente que el hombre ha sido llamado para hacer todo lo posible de su parte para aceptar lo que Dios, en Su amor, ha preparado para él. Es por eso que el hombre ha sido llamado a la conversión, el cual es un camino hacia la paz en que él va dejando todo lo que le impide experimentar y vivir la paz. Para que la conversión tenga éxito, lo cual significa dejar el mundo y sus promesas, y abrirse a Dios, que es paz, el individuo, la familia y, de tiempo en tiempo, todo un pueblo, debía no sólo orar sino también ayunar, creer y amar, reconciliarse y perdonar, a fin de superar todas las dificultades para finalmente conseguir la paz prometida por Dios. Todo esto sucede de una manera especial en la peregrinación.

El Santo Padre Juan Pablo II. escribe sobre la peregrinación en el documento "Peregrinación en el gran jubileo del 2000" y sobre la peregrinación de Israel en el núm. 8: "Al pueblo de Dios, víctima del desaliento y oprimido por la ausencia de fe, los profetas le anuncian también una peregrinación mesiánica de redención, que está abierta a un horizonte escatológico en que todos los pueblos de la tierra se reunirán en Sión, sitio de la Palabra de Dios, lugar de paz y esperanza. Al experimentar de nuevo la experiencia del éxodo, el pueblo de Dios debe permitir que el Espíritu le remueva el corazón de piedra y le conceda un corazón de carne, en el camino de la existencia debe expresar justicia y una celosa fidelidad, y llegar a ser luz para todos los pueblos hasta el día en que el Señor Dios ofrecerá en el monte santo un banquete para todos los pueblos."

IV. JESUS PEREGRINO

Durante el curso de la historia, en la plenitud de los tiempos, Dios mismo, a través de Su Hijo, Jesucristo, se hace hombre y sale al encuentro del hombre y desea restituirle la "casa de la paz". Por esto, se puede afirmar que Jesús es también peregrino, pero con una connotación diferente. El, en Su peregrinación por la tierra, no buscó a Dios sino al hombre y le ofreció un camino simple hacia la paz que viene de Dios, ya que El da la paz (cfr. Jn 14,27). Su encarnación es el principio de Su peregrinación que continuó en aquel momento en que María y José lo llevaron al templo, para presentarlo como Su primogénito, de acuerdo con el precepto y la Ley que dice que todo varón primógenito será consagrado al Señor (cfr. Lc 2,22-26).

Jesús, a la edad de 12 años, continuó Su camino de peregrino. Fue con sus padres a Jerusalén (cfr. Lc. 2,41) para cumplir con el antiguo precepto de presentarse en el templo: "Tres veces por año se presentarán tus varones delante de Yavé, tu Señor." (Ex 23,17). Durante Su vida pública, Jesús, de cuando en cuando, peregrina con ocasión de diversas festividades (cfr. Jn 2,13; 5,1 y sig.). Las ascensiones de Jesús a los montes, Su ayuno en el desierto y Su muerte en el monte fuera de la ciudad son estaciones de Su camino de peregrino, y en el monte de la Ascensión termina Su camino terrenal de peregrino (cfr. Mt 5,1-2; 4,1-11; Jn 19,17; He 1,6-12).

Después de prometer a sus discípulos que permanecerá con ellos, los envía a los límites de la tierra, y Su presencia la realiza con Su presencia eucarística y viaja con Su pueblo a través de la historia hasta el fin del mundo y de los tiempos. El Papa escribe en el documento "Peregrinación", núm. 29, reflexionando acerca de la peregrinación de la humanidad: "El camino de la humanidad, que acaece entre tensiones y contradicciones, se dirige en segura peregrinación hacia el Reino de Dios, que la Iglesia debe anunciar y realizar resueltamente en total fidelidad y perseverancia, puesto que ha sido llamada por su Señor para que sea sal, levadura, luz y ciudad en el monte. Sólo así se abrirán los caminos en los que la Gracia y la Verdad se encontrarán, y la Justicia y la Paz se abrazarán (Sal 85,11). A este camino peregrinante de la Iglesia, del pueblo de Dios y de toda la humanidad han sido llamados todos los cristianos. "Para el cristiano, la peregrinación es la celebración de la propia fe, una manifestación del culto, que debe ser vivida fiel a la tradición, con un sentimiento religioso intenso y como la realización de su existencia pascual" (Peregrinación núm. 32).

En resumidas cuentas, el sentido de la peregrinación es la búsqueda de Dios que se ha manifestado en épocas diversas, de modos diversos y en lugares diversos, y para que el encuentro con Dios se realice en el camino del peregrino, el hombre debe salir de su vida cotidiana y emprender el camino, y celebrar su fe en la oración y en la celebración del culto, a fin de que Dios pueda liberar al hombre de la levadura vieja del pecado y de la maldad y ponerse nuevamente en camino con él como peregrino hacia el Reino de Dios.

Por tanto, en los lugares de peregrinación se debe dar forma a un culto divino que llegará a ser culto humano.

V. PEREGRINACION - SALIDA Y ASCENSION

De lo dicho anteriormente, queda claro que se debe hacer todo a fin de que el hombre, tal como es en su realidad antropológico-psíquica y religioso-espiritual, se ponga en movimiento, se motive, se abra y acepte, se encuentre y permanezca en el camino con Dios, que es fiel al hombre. Dios se manifiesta en los lugares de peregrinación de una manera extraordinaria a través de la Biblia y de personas especiales. Esto es lo que impulsa al hombre a dejar su vida cotidiana y a dirigirse a estos lugares. Dios primeramente ofrece al hombre Su presencia con la intención de que el hombre, buscador de la presencia amada, Lo encuentre. Al experimentar la presencia amada, el hombre experimentará en sí la liberación de los pesos que se han acumulado durante el transcurso de su camino terrenal de peregrino, que son consecuencias de debilidades personales y de pecados propios y de otros.

Después de la experiencia de liberación del peso de los pecados y de sus consecuencias, debe seguir la experiencia de la paz, de la alegría, del amor, de la esperanza, de la confianza y de la decisión de aceptar la presencia de Dios en su vida y hacer todo para que esa presencia permanezca, e incluso en las ocasiones en que el camino de la vida lo aparte y separe de la presencia divina, pueda buscarla nuevamente y realizarla. A medida que la experiencia de la paz y del amor se hace más profunda, el hombre permanecerá con mayor facilidad en el camino con Dios y esto lo hará luchar con mayor decisión contra todo lo que lo separa de Dios.

A fin de que el hombre pueda liberarse con mayor facilidad del abrazo mortal del pecado y de sus consecuencias, en cada lugar de peregrinación, por consiguiente, se deben ofrecer diversas formas de encuentro con Dios. Según la revelación bíblica y las experiencias de los profetas en primer lugar, existe el LLAMADO de salir de la ciudad, dejar la vida cotidiana y buscar un lugar de paz y de silencio, en términos bíblicos, ir al desierto, luego, el llamado a acudir al monte y subirlo, lugar en que los profetas oraron y encontraron al Señor y luego regresaron de nuevo a su lugar, su ciudad y continuaron su tarea. En la praxis bíblica de peregrinación, lo más importante era el templo, como centro de reunión del pueblo fiel. Durante su permanencia en los sitios a los que fueron llamados, los fieles ORABAN Y AYUNABAN. En el templo se presentaban sacrificios, se celebraba el culto, acaecía la RECONCILIACION CON DIOS Y CON EL PROJIMO. Regresaban renovados y dispuestos a ACEPTAR sus tareas, a hacer el bien, a ocuparse de los pobres y de las viudas.

En otras palabras, el hombre llega con sus deseos y presionado por sus dificultades y pecados y sus consecuencias, él necesita, en el lugar de peregrinación, tener la posibilidad de recordar todo a la luz del amor de Dios y de ver todo a la luz de Su misericordia para así experimentar la autenticidad de aquellas palabras de Jesús con las que llama a todos los que se sienten cargados y agobiados a que acudan a El, porque los aliviará. (cfr. Mt 11,28). Por consiguiente, hay que ayudar al peregrino a que emprenda el camino del peregrino representado en la Biblia, a que disponga de tiempo, es decir, no permitir que todo lo haga a toda prisa como si fuese una visita turística a las regiones y sus bellezas naturales. El debe detenerse, debe disponer de tiempo, debe ascender el monte, debe encontrarse en el templo con el Señor que perdona y hace retornar la paz.

VI. MEDJUGORJE - UN OFRECIMIENTO ACTUAL

A la luz de lo dicho no es difícil comprender lo que sucede en Medjugorje y lo que sucederá, es decir, cómo debería ser organizado el culto y por qué ha sido organizado del modo existente y por qué se ofrece al peregrino de Medjugorje lo que actualmente se ofrece.

Hay un hecho irrefutable y es el que ningún santuario, y por consiguiente, ningún santuario mariano, no se ha desarrollado ni se desarrolla como Medjugorje y me atrevo a decir que ninguno de ellos no corresponde a una imagen ideal de la peregrinación, que toma en cuenta al hombre que busca y a Dios que se ofrece, como es el caso de Medjugorje (la excepción puede ser la peregrinación a Tierra Santa, ya que en ese lugar es posible visitar los lugares en los que Dios se manifestó y en los que Jesús mismo obró!

1. EL MONTE DE LAS APARICIONES

La Virgen comenzó a aparecer en el monte Crnica, que ahora se llama el Monte de las Apariciones. Llamó a la paz, la oración, el ayuno, la fe y el amor. Las personas que la vieron fueron niños, ahora personas adultas, con las cuales los peregrinos pueden reunirse. Todo comenzó con un llamado a la paz y a la fe en Dios en un país cuya ideología oficial era el ateísmo. Por un lado estaba el gobierno que reaccionó violentamente, y por otro lado existía un estímulo increíble a fin de que la gente viniera y viera, experimentara y respondiera.

El hombre, por naturaleza, busca la paz. Allí, Dios por medio de la Reina de la Paz se la ofrece acertando el deseo más profundo del hombre, la paz como la plenitud de los bienes - físicos, psíquicos y espirituales. La gente se ha puesto en movimiento. El Monte de las Apariciones es como la bíblica Belén, con el Nacimiento de Jesús y Su llamado a la paz, y por ser un monte, un llamado a venir y a ascender. Allí el peregrino experimenta el primer llamado y la primera apertura del corazón en "condiciones bien preparadas" para este fin. Ese es un lugar en que el hombre experimenta el gozo y la paz y no hay peregrino que no visite ese lugar. Por tanto, no puede existir una peregrinación bien organizada, si no se incluye "la salida y el ascenso" a ese monte.

En el Monte de las Apariciones se oran los misterios gozosos y dolorosos y se permanece en oración y en silencio en el sitio señalado como el lugar en que los videntes vieron a la Virgen. Hay que dedicar bastante tiempo para la "visita" al Monte de las Apariciones, y en especial, hay que dedicar tiempo y permanecer en silencio en el sitio de la aparición. En ese silencio, hay que leer algún mensaje de la Virgen y meditar sobre él y consagrarse a la Virgen, es decir, aceptarla conscientemente como Madre, puesto que tantas veces, en este lugar precisamente, ha dicho que es nuestra Madre. Hay que abrirse a Su bendición, porque repite en los mensajes "yo los bendigo con mi bendición maternal". En ese lugar es también importante, tomar la decisión de aceptar a María como nuestra Maestra, ya que Ella educa y nos muestra el camino hacia Jesús. Si bien es importante venir con un grupo, también es importante venir solo y orar, es decir, que mientras se rece el Rosario, estemos con Jesús y María y que atendamos a Su voz que nos llama a la paz. Esa es la misma paz a la que nos llamaron los ángeles con ocasión de la Natividad de Jesús. Se recomienda especialmente orar por la paz ante la cruz que se halla colocada frente al segundo misterio gozoso, puesto que allí, Marija Pavlovic, el tercer día de la aparición, el 26 de junio de 1981, vio a la Virgen llorando con la cruz que repetía: Paz!Paz!Paz!Sólo paz!Paz entre Dios y los hombres y paz entre los hombres! Muchos peregrinos acuden en la noche al Monte de las Apariciones y tienen realmente hermosas experiencias de oración. Así se repite lo que Jesús hacía frecuentemente saliendo en la noche y orando en los montes.

2. LA CRUZ AZUL

En este rincón silencioso de oración, nacido con el pasar del tiempo, muchos personas, individualmente o en grupo, transcurren momentos de oración. El nombre es casual, puesto que alguien colocó una cruz azul allí en el período en que la Virgen se aparecía en ese lugar debido a que la policía en ese entonces no permitía el acceso al monte. Allí se reunía frecuentemente el grupo de oración de Ivan, cuando el encuentro era sólo para grupos, y en ese encuentro para el grupo, la Virgen se aparecía a Ivan. Para este lugar, valen los mismos criterios que se aplican a los demás sitios de oración. Estar en oración, permanecer en silencio, descansar en una atmósfera de oración. En este sitio, viene a orar frecuentemente Mirjana los días dos de cada mes, cuando tiene sus encuentros de oración con la Virgen y ora por los no creyentes. Todos estos son estímulos al peregrino para que acuda a este lugar y para que ore. Existe también un aspecto práctico característico de este sitio de oración. Aquellos peregrinos que no pueden subir el Podbrdo o el Krizevac por causa de su estado físico, a menudo están en condiciones de al menos venir a la Cruz Azul y de tener una experiencia de oración en el monte.

3. KRIZEVAC

Después del encuentro en el Monte de las Apariciones, lugar en que se escuchó el primer llamado que resonó en el corazón de los videntes y posteriormente en el de millones de peregrinos, el camino del peregrino en un sentido bíblico continúa. El peregrino, que llega agobiado por sus debilidades y pecados, y herido por las debilidades y pecados de los otros, debe continuar el camino que es al mismo tiempo el camino de Jesús, recorrido por El después de Belén. Ese camino llevó a Jesús a través de otro monte y de otra ascensión con la cruz a la cima del monte Calvario. El peregrino, siguiendo a Jesús peregrino, "sale y asciende" al Krizevac. Aquí el hombre tiene la posibilidad de encontrar a Jesús sufriente, que padece y muere, absolviendo su examen para Rey de la Paz precisamente en la Cruz, en la cual con amor acepta el padecimiento, ora y perdona. Allí está María, atribulada, que permanece fiel a Su Hijo y, al mismo tiempo, ama como El ama, ora como El ora y perdona como El perdona. A la luz de Cristo que transcurre de tal manera la parte final de su camino de peregrino, el peregrino reconoce, por un lado, un amor inconmensurable, que padece por él, y por otro, la maldad humana en la que él se reconoce a sí mismo, su conducta y la conducta de los demás. Este reconocimiento no deja amargura en el corazón, ya que ni Jesús murió en la amargura, sino que despierta el deseo de perdonar, de buscar el perdón y la reconciliación. Al ascender el Krizevac, el peregrino se pone en contacto con la vida y la muerte, la temporalidad y la eternidad, el amor y el odio, la oración y la maldición, la reconciliación y la venganza, la violencia y la misericordia, la pobreza y la avidez, la potencia y la impotencia, la verdad y la mentira, la tumba y la resurrección, la bondad de la gente y su maldad, la caída y el alzarse. Por medio de tal encuentro en el Krizevac, se abre al corazón del peregrino a Dios y seguidamente, él está dispuesto a arrepentirse de sus pecados, perdonar y buscar el perdón. Aquí el hombre reconoce su camino terrenal con Dios y con el prójimo. Sin tal encuentro, el hombre no podría ponerse en contacto con su sufrimiento ni abrirse a Dios por causa de su padecimiento y desgracia. En este camino, el alma se prepara para un nuevo encuentro que acaece en el templo.

Es por eso que se debe dedicar bastante tiempo a la oración en el Krizevac. Allí se ora el Via Crucis, el cual está representado en este lugar por 16 estaciones. La primera es la oración en huerto de Getsemaní, y la última es la Resurrección. Hay que orar ante cada estación y meditar sobre Jesús y la gente en torno de El, y en este contexto, observarse a sí mismo y su propia conducta y la de las personas que nos rodean. Cuando se asciende el Krizevac de tal modo, entonces sucede en el hombre lo que debe acaecer: reconoce el amor de Dios que redime y reconoce su pecado y debilidad y la necesidad de redención. Es particularmente importante orar por la fe, para que todo se vuelva bueno para aquellos amados por Dios. No se va al Krizevac para dejar las propias cruces, sino para aprender a llevarlas y ayudar a otros a cargarlas. Es importante también, cuando se va al Krizevac, permanecer en oración ante la Cruz, para unirnos conscientemente con María, que estaba al pie de la Cruz y nos invitaba para que también nosotros mismos nos pongamos ante la Cruz y oremos. Ante la Cruz, en profunda meditación se muestran a Jesús las heridas personales y las heridas que nosotros hemos inflingido a los demás, y además presentamos el padecimiento de la familia, de la Iglesia y del mundo. Es precisamente en este lugar que hay que orar por la curación espiritual y del alma.

"Queridos hijos!, hoy los invito de manera especial a tomar la cruz en sus manos y a contemplar las llagas de Jesús. Pidan a Jesús que sane las heridas que ustedes, hijitos, han recibido en el transcurso de su vida a causa de sus pecados o de los pecados de sus padres. Sólo así comprenderán, hijitos, que el mundo necesita la curación de la fe en Dios Creador. Mediante la pasión y muerte de Jesús en la cruz, comprenderán que, sólo con la oración, podrán también ustedes llegar a ser verdaderos apóstoles de la fe, al vivir en sencillez y oración la fe que es un don. Gracias por haber respondido a mi llamado!"

(Mensaje del 25 de marzo de 1997.)

Este es un tiempo y un lugar de total recogimiento y de seriedad espiritual. Por tanto, existen actitudes que están lejos del espíritu de peregrino, cuando, por ejemplo, en al Krizevac, ante la Cruz, se conversa, come y bebe, lo que lamentablemente a menudo hacen algunos grupos y personas al finalizar su ascensión al Krizevac. Es contrario a todo espíritu de peregrinación cualquier forma de venta y compra o dejar basura. También el descenso debería ser en total recogimiento, como María lo estuvo al regresar del calvario después de todo lo que había vivido y después de haber sepultado a Su Hijo. Al descender, se podría rezar el Rosario de los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María.

Después de tal ascensión y regreso del Krizevac, el alma del peregrino está preparada para nuevos encuentros.

En la iglesia, el peregrino se encuentra con el Señor resucitado que da a sus discípulos el poder para perdonar los pecados y de alimentar a los fieles con la celebración de la Eucaristía.

4. CONFESION

Por consiguiente no es casualidad que Medjugorje, para muchos peregrinos, ha llegado a ser un lugar de confesiones que convierten. Por tanto es importante ayudar a los peregrinos para que con un examen concienzudo de conciencia se preparen para la Confesión. De esta manera estarán preparados para arrepentirse, perdonar y buscar el perdón, para una limpieza total del alma y del corazón y una reconciliación con Dios y con las personas. Además de la preparación, es importante que los sacerdotes estén a disposición de los peregrinos y que dediquen el tiempo necesario para cada confesión. Además de escuchar la confesión, el sacerdote debe, en el espíritu de María, alentar a los fieles no sólo a cuidarse del pecado sino que también a que procuren crecer en el bien: no sólo advertir sobre el pecado, ya que la vida cristiana no consiste únicamente en la lucha contra el pecado - sino que también estimularlos para una lucha incansable por el bien. En otras palabras, según los mensajes, María no llama sólo a que se realice la ausencia de guerras y confrontaciones, odios y otros males, sino que también se participe activamente en la realización de la paz, del amor y de la justicia. Quien no participe activamente en este campo, no obstante no cometa pecado por causa de un conflicto, sin embargo lo comete puesto que no es suficientemente activo en el bien.

María nos llama a la Confesión y la explica claramente:

"Queridos hijos!,

Los invito a abrir sus corazones a Jesús como se abre la flor al sol. Jesús desea llenar sus corazones de paz y de gozo. Ustedes, queridos hijos, no pueden realizar la paz si no están en paz con Jesús. Por eso los invito a la confesión, a fin de que Jesús sea su verdad y su paz. Por tanto, hijitos, oren para tener la fortaleza de realizar lo que les digo. Yo estoy con ustedes y los amo.

Gracias por haber respondido a mi llamado!"

(Mensaje del 25 de enero de 1995)

5. PROGRAMA DE ORACION VESPERTINO

La primera parte del programa de oración es el rezo del Rosario. Este es un tiempo de preparación para la Santa Misa. La Virgen misma ha pedido que nos preparemos para la celebración eucaristica. También este es un momento en que muchos fieles se confiesan en esta atmósfera de oración. Durante esta preparación de oración acaece la aparición. Los fieles se se reunen ya que la Virgen viene, Ella ora y bendice a todos, y así con Su presencia prepara a los fieles a la celebración eucarística.

La Santa Misa se celebra de un modo que permite a todos los fieles de diversos idiomas participar de la forma más activa posible en la Santa Misa. Se leen los Evangelios en los idiomas de los peregrinos y también algunas oraciones, según las posibilidades. También los cantos de la Santa Misa se adecúan a fin de que el mayor número posible de peregrinos pueda participar.

Después de la Santa Misa, se reza el Credo y los Siete Padre Nuestros, y la oración de sanación. La Virgen ha pedido que no nos vayamos inmediatamente después de la Santa Misa, sino que permanezcamos con Jesús. Ese es el momento más propicio para la oración de sanación, dado que, antes de la Comunión, hemos dicho: ..., pero una palabra tuya bastará para sanarme. Durante esa oración, suceden muchas curaciones interiores, hemos sido testigos incluso de curaciones físicas. Al final, se rezan los misterios gloriosos. El sentido de estos misterios al final del programa de oración y al final del día, es que el alma y el corazón puedan presentir lo que le espera al hombre después de la muerte, de conmemorar la gloria del Señor Resucitado, participar en ella y dirigir nuestra mirada espiritual hacia María, quien ha sido en gloria asunta al Cielo y coronada como Reina. Así el corazón y el alma se abren a la vida y a la esperanza de Dios, que da consuelo y fuerza para que nuestro camino terrenal continue hasta la victoria final.

Tal es el programa que ha querido la Virgen. Por tanto, hay que recomendar a los peregrinos que participen en el programa de oración en su totalidad. No es importante que todas las palabras no se entiendan, ya que el misterio no puede entenderse sino únicamente con el corazón se puede comprender, y todos aquellos que se quedan durante todo el programa saben cuán importante es éste para el peregrino. A veces sucede que algún peregrino no asista a la Misa con la excusa de que no entiende o, incluso, se organiza otra actividad paralela, un encuentro o una cena, hay algunos que, a decir verdad, asisten al programa, pero durante la Santa Misa pasean en torno de la iglesia esperando la oración de sanación. Hay que evitar esto, asistir al programa en su totalidad a fin de que, en lo más hondo de nuestro corazón, podamos comprender lo que la Virgen desea de nosotros.

6. ADORACION EUCARISTICA

Muchos en Medjugorje precisamente como peregrinos experimentaron por primera vez lo que significa la Adoración Eucarística - un encuentro con Jesús, que en el pan divino se quedó con Su pueblo. En todos estos encuentros en el Podbrdo, en el Krizevac y en la iglesia, el peregrino se encontró a sí mismo en dimensiones diversas y habló sobre un nuevo inicio de su vida con Dios, lo objetivo final de toda peregrinación.

En la tradición de la Iglesia, existe otro modo más de encuentro con Jesús, la Adoración Eucarística. La Virgen nos pide que adoremos a Jesús, Su Hijo:

"También esta noche, queridos hijos, les estoy especialmente agradecida por haber venido aquí. Adorad sin cesar al Santísimo Sacramento del Altar. Yo estoy siempre presente cuando los fieles están en adoración. En esos momentos se obtienen gracias particulares. Gracias por haber respondido a mi llamado!"

(15 de marzo de 1984)

La Virgen ha pedido a la comunidad parroquial la adoración los jueves después de la Misa. El jueves es un día especial, el día de la Eucaristía y del Sacerdocio. Habla de Su presencia en esos momentos. En adelante, pide que nos enamoremos de Jesús en la Eucaristía. Sólo el que está enamorado, tiene tiempo:

"Queridos hijos!,

Hoy los invito a enamorarse del Santísimo Sacramento del altar. Adórenlo, hijitos, en sus parroquias y así estarán unidos con todo el mundo. Jesús será su amigo y no hablarán de El como de alguien a quien apenas conocen. La unión con El será para ustedes gozo y serán testigos del amor que Jesús tiene por cada creatura. Hijitos, cuando adoran a Jesús también están cerca de Mí. Gracias por haber respondido a mi llamado!"

(Mensaje del 25 de septiembre de 1995)

Con el pasar del tiempo ha sido introducida la adoración el miércoles y el sábado en la noche y en la vigilia de grandes festividades. En la capilla de la Adoración, muchos fieles encuentran momentos de silencio que les permiten realizar encuentros con Jesús en la Eucaristía. A decir verdad, muchos fieles experimentaron la Adoración Eucarística por primera vez en Medjugorje y transmitieron esta experiencia a sus grupos de oración y, con el tiempo, a sus comunidades parroquiales. Existen ya grupos de peregrinos que en sus comunidades parroquiales han organizado la Adoración perpetua. La adoración es de por sí un encuentro con Jesús en el pan eucarístico. Cuando el creyente está solo en adoración, entonces es bueno que con pocas palabras se introduzca al silencio y permanezca ante Jesús. Muchas veces se menciona la experiencia de San Juan, el Cura de Ars: Yo lo miro, El me mira. Estar ante Jesús en silencio, significa encontrar la entrada al misterio de Su Presencia eucarística, significa detener toda la carrera, la exterior y la interior, y tener la experiencia de la eternidad. Cuando la adoración se realiza en grupo, entonces es necesario tener meditaciones breves que ayudan a que se entre en la presencia de Jesús, canciones livianas y mucho silencio. No hay que recargar con meditaciones en forma de predicaciones. No debería rezarse el Rosario ni las Letanías. En realidad, hay que circunscribirse a formas simples de oración y canciones, para que el alma tenga tiempo para entrar en el silencio.

Al organizar los días de la peregrinación en Medjugorje hay que cuidar que el peregrino no se disperse mucho en la carrera de asistir a las conferencias, de hacer excursiones, etc., sino que hay ayudarlo a encontrar tiempo para este tipo de encuentro con Jesús.

7. VENERACION DE LA CRUZ

Además del encuentro con Jesús en el Krizevac, en el que el peregrino encuentra al Jesús que sufre y con El asciende acompañandolo en Su Vía Crucis, en la iglesia, el viernes después de la Santa Misa, se celebra la adoración de la cruz y al témino se ora por la curación. También es éste un momento oportuno en que el peregrino encuentra la Cruz de nuestro Señor Jesucristo por medio de la cual hemos obtenido la salvación y que queda como un signo del amor de Jesús. La oración delante de la cruz se organiza de modo similar a la adoración de Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. En Su mensaje la Virgen dice:

"Queridos hijos!,

En estos días los invito a poner la Cruz en el centro de todo. Oren especialmente ante la Cruz, porque de ella se derraman grandes gracias. En estos días, hagan en sus casas una consagración especial a la Cruz. Prometan que no ofenderán más a Jesús ni a la Cruz y que no pronunciarán más blasfemias. Gracias por haber respondido a mi llamado!"

(12 de septiembre de 1985)

Esta es también una parte importante del programa de peregrinación ya que, en caso contrario, al creyente le sucede de no encontrar jamás al Jesús sufriente. Aquel que no está con Jesús en el sufrimiento, difícilmente logrará penetrar en el misterio del amor que sufre y que vence gracias a la resurrección.

Si observamos el programa vespertino del jueves, viernes y sábado, con la adoración vespertina, nos damos que se trata verdaderamente del triduo santo - el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo con la liturgia de la vigilia pascual y la espera de la mañana de la resurrección. Por esta razón, la mañana del domingo puede ser una gozosa victoria sobre el mal y el pecado, sobre la muerte y las tinieblas, ya que se pasa con Jesús por el Jueves Santo, fundamento de la Eucaristía, el Viernes Santo, con Su muerte, y el Sábado Santo, con los preparativos para la resurrección.

De este modo es posible descubrir la plenitud de la escuela de la Virgen. Ella desea guiarnos y ayudarnos a encontrar a Jesús, nuestra Vida y nuestra Resurrección.

8. LAS PERSONAS - LOS TESTIMONIOS DE LA PRESENCIA DE LA VIRGEN

El peregrino en Medjugorje, ademas de estar en los lugares en que Dios por medio de María, que aquí se aparece, se ha acercado al hombre, tiene la posibilidad de encontrar también a las personas por medio de las cuales El, a través de María, ha hablado. Son testimonios importantes y una ayuda a lo largo del camino que nos lleva a Dios. Se trata de los videntes. Por este motivo, su testimonio es de extrema importancia. Su tarea fundamental es aquella de simplemente transmitir los mensajes de la Virgen y de narrar la propia experiencia de su encuentro con María. Sea los videntes, sea los peregrinos, deben poner atención en no superar el límite del mensaje y de la experiencia personal. Sería por consiguiente peligroso si los videntes se transformaran en especialistas para todo tipo de cuestiones, suministrando respuestas, ya que podría fácilmente suceder que los encuentros con ellos se transformaran en encuentros con personas omnisapientes, con una especie de profetas, de los cuales la gente esperaría respuestas, sin escuchar los mensajes. Esto sería un daño para los peregrinos, los cuales no lograrían distinguir los mensajes de la Virgen de su opinión personal. Durante tales encuentros está seguramente presente la curiosidad. La curiosidad es de por sí algo positivo puesto que motiva al peregrino a decidirse más fácilmente a "salir de la propia vida cotidiana". Tal curiosidad debe ser transformada en un estímulo para encuentros ulteriores con Dios que de esta forma habla a Su pueblo (por lo demás, cómo no podría no existir la curiosidad del encuentro con personas que afirman tener encuentros cotidianos con la Virgen?!). La curiosidad prepara al hombre a escuchar y atender y facilita la comprensión de lo que Dios dice. Es por consiguiente importante proseguir el camino a través del Monte hasta el encuentro en la iglesia, en la experiencia de la realidad sacramental. Estimo que para el peregrino en Medjugorje sea suficiente encontrar uno de los videntes. Hay que evitar estar corriendo todo el tiempo detrás de los videntes y de valorar en demasía su papel. Existe el peligro de que en torno de los videntes se cree un "círculo de amigos" que podrían comenzar a tomar ventaja de su cercanía y dar al peregrino una imagen particular de posibles negocios y ganancias, por ejemplo, si el peregrino está en la casa del vidente, debe pagar más o se siente particularmente privilegiado. Tales peligros y otros similares deben ser evitados por el bien de los videntes, de los peregrinos y, en el fondo, por el bien de los mensajes que ellos comunican.

9. SIGNOS Y MILAGROS

El hecho es que muchos peregrinos que han venido a Medjugorje, han testimoniado haber visto signos particulares en el cielo, o sobre la cruz y de haber percibido de modo particularmente intenso la presencia de María y Sus invitaciones. Si bien es difícil decir lo que está acaeciendo realmente, de todos modos es necesario subrayar que también esto es un hecho importante en el camino del peregrino. Como quiera que sea, también en este caso, vale la norma debido a la cual, el criterio último de todo es lo que el peregrino hace después de haber vivido estas excepcionales intervenciones de Dios. A esto se pueden también agregar las curaciones físicas, espirituales y del alma. Aquellos que las han experimentado, con su testimonio despiertan, además de la fe, también curiosidad, y motivan a la gente a dejar la vida y la actividad cotidianas y a dirigirse al lugar y a las personas que, gracias a la excepcional obra de Dios, han llegado a ser meta de multitudes de peregrinos.

10. PAN Y AGUA

Un signo particular de la peregrinación es el mensaje de la Virgen a fin de que se ayune a pan y agua. El pan es el alimento fundamental del hombre y por tanto también símbolo de vida. También el agua es insustituible en la vida del hombre. Se trata sobre todo de un símbolo de purificación espiritual. Ya en estas dos realidades y en estos dos símbolos está contenido un mensaje: regresen a la vida y vivan, abandonen su suciedad y háganse puros.

En una palabra, somos llamados a vivir dos días a pan y agua. Es este el ayuno ideal. Ciertamente quien toma a la letra todo esto hará un bien a la propia alma y al propio cuerpo, pero es necesario también tomar en cuenta la vida cotidiana, los problemas y las dificultades. Por lo demás, una tal invitación es, en todo caso, un llamado al que se responde en plena libertad y responsabilidad. El pan y el agua eran la vianda del peregrino de otros tiempos. El no podía llevar alguna otra cosa a lo largo de su camino que duraba varios días o semanas. Viviendo y caminando con pan y agua, el hombre se ha pruficado y se ha preparado al encuentro con Dios, ha abandonado la propia vida cotidiana y ha encontrado un lugar en el que Dios se ha manifestado y a personas a las que El se ha aparecido.

11. LA COMUNIDAD "CENACULO"

Un encuentro muy importante para los peregrinos es aquel con los jóvenes que se encuentran en la comunidad de Sor Elvira. Ellos ofrecen el propio testimonio concreto sobre la dependencia de la droga y sobre la vía de salida de la muerte a la vida, de la total esclavitud, criminalidad y ateísmo a la libertad y la paz que Dios da cuando el hombre se abre a El. Aquí muchos peregrinos, en particular muchos padres, toman conciencia de su propio papel y reconocen las propias carencias en la educación de los propios hijos, pero también la esperanza de que todo puede convertirse en bien. También para los jóvenes este es un encuentro importante, porque en las sinceras confesiones de los adictos, ellos reconocen y comprenden todos los peligros de loa males modernos: droga y alcohol. Cada uno de ellos y todos juntos son una prueba particular de aquello que sucede en el hombre cuando encuentra a Dios y se decide por El. Frecuentemente sucede que después del encuentro con la comunidad los peregrinos pidan confesarse y hablar con un sacerdote, porque se han dado cuenta de las propias omisiones o bien, porque tienen ncesidad de un consejo. Esta estación en el Vía Crucis del peregrino a través de Medjugorje es de ayuda para muchos: ellos retornan a sus hogares conscientes de sus propias responsabilidades, pero también de los peligros que pueden obstaculizar al hombre en su camino hacia la paz, ya que cada forma de dependencia se reconoce justamente por el hecho de que el hombre es dependiente, y está prisionero y encerrado en el horizonte de este mundo. Aquí se manifiesta la profunda aspiración de proseguir a lo largo de un camino de libertad y la decisión de luchar contra la esclavitud.

VII. LA SITUACION DEL HOMBRE Y DEL MUNDO - EL DESEO DE UNA VIA DE SALIDA

Todo esto acaece y da forma al lugar de peregrinación y al modo de peregrinar con todas las dimensiones que el hombre trae consigo. Cuando tomamos conciencia que todo esto sucede a fines del siglo veinte, las cosas se vuelven aún más interesantes y comprensibles. El hombre, en la búsqueda de Dios, hoy en día es invadido por una serie de ofrecimientos que en su vida cotidiana, lo amenazan de hacerle perder el sentido de la vida y de caer en una sombría desesperación y por fin de sofocarlo en la muerte. Cuanto más se aleja de Dios, tanto más el hombre busca y llega a ser más sensible a todas a todos los ofrecimientos que le prometen seguridad y paz. Cada vez más el hombre se aleja de su propia vida cotidiana, si no en la búsqueda de Dios, seguramente como aquel que sale de la vida de todos los días para gozar de substancias estupefacientes que lo alienan de sí mismo, de todos los valores humanos y cristianos, y que lo aprisionan. La droga y el alcohol, el pansexualismo y el hedonismo, la carrera al poder y al dinero no son otra cosa que una "peregrinación" de la realidad a la irrealidad, de la esperanza a la desesperación, de una concreta colaboración con Dios a un comportamiento decepcionante hacia sí mismo y hacia los demás. El aumento de los suicidios, el asesinato legalizado de vidas aún no nacidas dentro del período de gestación de 9 meses e incluso en los momentos del nacimiento, no son otra cosa que un intento del hombre de crearse nuevos espacios en que dominará lo gris de su prisión en el horizonte de este mundo. La violencia que surge en las guerras, en los homicidios cotidianos es también la prueba de que para el hombre su espacio vital ha llegado a ser demasiado reducido y desea aumentarlo, pero siempre sin Dios.

Junto con estos catastróficas tentativas de dirigir al hombre hacia algo y de hacerlo salir por alguna parte, surgen y son aceptadas, a fines de este siglo y de este milenio, las teoría de la "nueva era" (New Age!), que prometen al hombre salvación y paz, pero sin la conversión a Dios. Muchos movimientos meditativos que atraen a la gente y a los jóvenes en particular, prometen paz y salvación gracias a la introspección y a la individualización y activación de las propias fuerzas y energías. A la vez que hay unos que prometen una nueva era que vendrá, hay otros que preveen eventos catastróficos y apocalípticos, en los que mucha gente y muchos pueblos serán borrados de la faz de la tierra y quedarán solo algunos, los elegidos y otros casuales afortunados.

VIII. EN PEREGRINACION HACIA EL TERCER MILENIO

El Santo Padre, Juan Pablo II, invita incesantemente a todos los cristianos y a todos los hombres a prepararse a entrar en el tercer milenio, pero juntos con Jesús y María. En la Encíclica la "Madre del Redentor" (1987), se habla de María que peregrina con la Iglesia peregrinante, que vive Su segundo Adviento y como Madre, Maestra y Peregrina prepara la Iglesia para el cumpleaños núm. 2000 de Su Hijo, ya que Ella es quien nos puede preparar de la mejor manera al encuentro con Jesús, que conoce mejor que cualquier otro santo, dado que fue Su Madre y Maestra.

Si hay un lugar en que esta palabra del Papa se puede aplicar y en que se pueda crear una disposición mariana de peregrino, este lugar es propiamente Medjugorje. Ella "viene en peregrinación" cada día y se aparece desde hace ya casi 18 años y enseña al pueblo de Dios a orar y a ayunar, a peregrinar, a encontrar a Dios y a regresar a El con todo el corazón. En el mensaje del 25 de agosto de 1998 (después de 17 años y dos meses de Su presencia en Medjugorje), María dice:

"Queridos hijos!,

Hoy los invito para que a través de la oración se acerquen aún más a mí. Hijitos, yo soy Su Madre, los amo y deseo que cada uno de ustedes se salve y esté conmigo en el Paraíso. Por tanto, hijitos, oren, oren, oren hasta que su vida llegue a ser oración. Gracias por haber respondido a mi llamado!"

Medjugorje es por tanto un lugar de peregrinación en el verdadero sentido de la palabra, sea en lo concerniente a las manifestaciones de Dios, sea en lo referido a las necesidades de los hombres, sea en lo concerniente a las posibilidades de encontrar a Dios, y como respuesta a todos los llamados que el Papa ha dirigido a contar del período en que ha iniciado a preparar el mundo para el ingreso al tercer milenio.

IX. ADMONICIONES Y ADVERTENCIAS

Es bueno poner en guardia sobre los peligros que se encuentran en cada lugar en que la gente se reune, por lo que ni Medjugorje no es una excepción. Por una parte, hay que estar atentos a fin de que los mensajes se preserven puros y su concreta aplicación litúrgica sea clara (oración, Misa, adoración, confesión, subidas a los montes), por otro lado, los protagonistas deben permanecer instrumentos humildes y abiertos, por medio de los cuales Dios obra. En todo caso, es necesario evitar el peligro de sofocar los mensajes con el materialismo, el espíritu turístico, la carrera al dinero y a la comercialización. Hay que advertir a los que acompañan a los peregrinos a fin de que esto no se llegue a ser para ellos un "business" (negocio), y a aquellos que los reciben a fin de que no olviden los motivos de su venida a Medjugorje. Es claro para todos que, donde se hace presente la carrera al dinero, donde hay espíritu mundanal de competencia al estilo de "quien más gana, más recibe", entonces el verdadero espíritu de la peregrinación está en peligro. Es necesario poner especial atención en no abusar de la curiosidad humana, sino canalizarla y guiarla de una manera correcta. Sin exagerar se puede decir que espiritualmente Medjugorje es aún reconocible y que no ha sido sofocado por los peligros mencionados anteriormente.

X. CUANDO EL PEREGRINO RETORNA A CASA

Al retornar a casa, los peregrinos deben prestar atención en continuar en el mismo espíritu y en cuidarse de fanatismos y elitismos, es decir, no crear grupos separados de la comunidad parroquial. Hay que optar por una oración personal y familiar, y participar en los grupos de oración, y según las posibilidades, crear condiciones similares para la oración. Medjugorje no ha sido donada a fin de que algo se sepa mejor, sino para vivir mejor el Evangelio de Jesucristo, que es el único Salvador.

Aparte de posibles excepciones, y aquí podemos decir sin exagerar que por doquier se procura permanecer en el espíritu de los mensajes de María y continuar viviendo el Evangelio. Y en este caso, Medjugorje ha realizado algo de importancia excepcional. Los sacerdotes de Medjugorje, y en parte los videntes, participan en encuentros en todo el mundo, en los cuales participan miles de fieles, los que son son ayudados para permanecer en la vía recta. Esta es una cosa que ningún otro santuario hace. También este encuentro no cumple otra función más que la de comprender nuestro papel en esta magistral empresa divina y de ejecutarla dignamente. En la esperanza de que Dios, por medio de María, continuará guiando lo que ha comenzado entre nosotros, digamos con María: Hágase Tu voluntad. Estoy dispuesto a hacer todo lo que Tú me digas, y ayúdame a comprender lo que me pides.

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