Declaracion publica de los miembros de la Conferencia Episcopal de Bosnia-Herzegovina

Los miembros de la Conferencia Episcopal de Bosnia-Herzegovina en el encuentro en Sarajevo, realizado el 8 de marzo de 2001, analizaron, entre otras cosas, la nueva situación surgida respecto al pueblo croata en el país y al respecto dieron a conocer la siguiente declaración:

  1. Manifiestan profundo agradecimiento al Santo Padre, quién, el 9 de febrero de 2001, repitió ante los representantes de la Liga Internacional Humanista su preocupación paterna por los pueblos de Bosnia-Herzegovina y dijo entre otras cosas: “Son necesarios el apoyo y la comprensión: el apoyo para superar las dificultades sociales, políticas y económicas existentes, la comprensión a fin de encontrar las mejores soluciones que respondan a las expectativas legales de los tres pueblos constitutivos del país.”
  2. Acogen colegialmente los principios que Mons. Ratko Peric como obispo local proclamó en su Saludo a la Asamblea Popular Croata en Mostar, el 3 de marzo de 2001.
  3. Expresan su desacuerdo con el modo en que los representantes de la Comunidad internacional en Bosnia-Herzegovina desconocen la voluntad política del pueblo croata, manifestada en las elecciones de noviembre de 2000.
  4. Dado que el pueblo croata, como los otros dos pueblos, es constitutivo en todo el territorio de Bosnia-Herzegovina, consideran que las decisiones de la Comunidad internacional respecto a la ley electoral, a la forma de elegir los miembros de la Presidencia, al papel del Parlamento de los Pueblos, efectivamente suprimen la igualdad de derechos del pueblo croata respecto a los otros dos pueblos.
  5. Llaman a los representantes competentes de la Comunidad internacional a fin de que a través del diálogo con los representantes a quienes el cuerpo electoral croata ha entregado su confianza política y democrática, busquen y encuentren soluciones adecuadas para la crisis actual.
  6. Alientan a los representantes políticos, que fueron elegidos legal y legítimamente a fin de que representen los intereses nacionales del pueblo croata en todo el territorio de Bosnia-Herzegovina, que estén abiertos al diálogo con todos aquellos que buscan una solución político-social justa para este país y todos sus habitantes.
  7. No apoyan a los que quisieran utilizar los intereses fundamentales del pueblo croata para objetivos personales, ni a aquellos que desearían reducir a ese pueblo a una minoría nacional y así, para conseguir sus objetivos concebidos, en vez de ayudarlos a regresar a sus propios hogares, obligarlos a salir de este país.
  8. Llaman a todos los miembros del pueblo croata a una actitud digna, especialmente llaman a los fieles católicos a la oración y a una total confianza en la providencia de Dios.

Sarajevo, 8 de marzo de 2001.
Secretaría de la Conferencia Episcopal de Bosnia-Herzegovina