Testimonio de David Parkes sobre conversión y curación en Medjugorje

Fecha: 11.12.2020.

Después de varios testimonios de personas cuyas vidas han sido transformadas por Medjugorje, y de mostrar la película "Don de la conversión" en el canal de YouTube "Fruits of Medjugorje" ("Frutos de Medjugorje"), se ha publicado el testimonio de David Parkes.

Parkes era futbolista profesional cuando le diagnosticaron la enfermedad de Crohn. Los médicos le dijeron que le quedaban dos meses más de vida. Fue a Medjugorje, y después del milagro de su curación física, vino la espiritual también. David comenzó entonces a construir su carrera en el mundo de la música cristiana. Desde 2001, vive en Medjugorje una parte del año, trabajando para Peregrinaciones Marianas.

Traemos su historia completa sobre cómo Medjugorje cambió su vida, que también podéis ver en el canal de YouTube “Fruits of Medjugorje”.

Podéis encontrar más contenidos en la página de Facebook “Fruits of Medjugorje”. Y si todavía no conoces el proyecto “Fruits of Medjugorje” (“Frutos de Medjugorje”), puedes hacerlo AQUÍ.

 

Desde ese día hasta hoy los dolores, náuseas, vómitos, diarrea como consecuencia de la enfermedad de Crohn desaparecieron en un instante. Por la primera vez he oido de Međugorje en el 1989 y eso porque entonces estaba muy enfermo y  los pronósticos no eran buenos.

Hicimos un concierto benéfico como el apoyo financiero para la familia y al concierto asistieron dos personas que se encargaban de la agencia de viajes y nos invitaron a mí y a mi esposa al lugar conocido como Međugorje.

Pero yo no quería ir porque el Dios y yo todavía no colaborábamos y la razón para ello fue mi hijo mayor Ken que padecía de la enfermedad hereditaria incurable, la fibrosis quística.

Entonces me enfermé yo de la enfermedad de Chron así que estaba enfadado con el Dios y realmente no quería irme allí, pero como parecía, eso iban a ser mis últimas vacaciones con mi esposa. No teniendo mucha fe llegué con un cura muy especial de Chicago, se llamaba el pastor Peter Mary Rookey.

Y cuando lo conocí, el padre Peter me recordaba a los viejos párrocos de las películas del oeste: muy ruidoso, - «¡Vamos ahora, un Amén!» y cada persona contestaba: «Amén». A mí eso me repugnaba porque soy muy discreto y eso lo he considerado demasiado americano.

Al llegar en 1989 a Međugorje fue el lugar con una sola calle, para serle sincero, la calle empezaba desde el puente en Međugorje y terminaba en a la glorieta donde, más tarde, me he enterado, estaban los restos de la antigua iglesia.

Y la calle a la izquierda y la derecha el camino de tierra, así que una impresión así no me gustó, quería regresar a Dubrovnik, ahí pasé la luna de miel, en Cavtat. Quería acción, mucha acción, pero a cada razón de abandonar a Međugorje, mi esposa tenía una respuesta porque deberíamos quedarnos un poco más. Y corrió el rumor que Peter Mary Rookey tenía que celebrar la misa en la iglesia de San Santiago que fue mentira.

Ni siquiera estuvo en el altar y como yo salí de la iglesia de San Santiago, Anne y yo nos perdimos. En ese momento le escuché a mi esposa gritando: «¡David, David, espera!» y cuando volteé la cabeza, la vi corriendo desde la puerta de la iglesia. Mi dijo: «David, el padre Roookey hoy lleva la oración de la sanación en el cementerio».

Volteé hacia ella y le dije: «Espero que tenga más suerte que nosotros con su supuesta misa de la mañana». Añadí: «Me voy de aquí,estoy muy enfermo, el dolor por la enfermedad de Cron fue insoportable». A eso me dijo: «Piénsalo, David, a las vidas de nuestros hijos,si vas conmigo a la oración de,la sanación, en cuanto termine, yo iré a la pensión a empacar las maletas y nos vamos a Dubrovnik.»

Y eso eran las palabras que quería oír, así que paseamos al lado de la iglesia por las viñas porque estaban muy cerca, casi hasta la iglesia. Pasamos por un bosque bonito donde hoy en día esta la estatua del Señor Resucitado hasta el cementerio.

Estaba lleno, había unas 700-800 personas reunidas porque el padre Rookey era tan célebre y siempre que la gente se enteraba que iba a estar en algún lugar, llegaba ahí porque tenía el don muy bonito de la oración de sanación, así que nos fuimos nosotros.

Todo estaba lleno y en el cementerio estaba una pequeña zona pavimentada delante de la pequeña capilla funeraria, en el centro de la capilla estaba el padre Rookey y tres curas irlandeses, los bendecía igual que siempre. Y entonces al dispersar, bendecían a la gente.El padre Rookey llegó cerca al lugar en el que yo estaba al lado de una persona joven en la silla de ruedas y le dijo, lo recuerdo, «¿Estás dispuesto a hacer un paso en la fe para Jesús?»

Eso se me ha quedado grabado hasta el día de hoy y el joven dijo que sí, así que lo consagró y se fue adelante hacia la persona siguiente, puso las manos, y ellos 'perdían la conciencia' como lo llamaba yo en aquel entonces. Más tarde llegue a saber que eso se llamaba descansar en el Espíritu Santo, pero nunca lo he visto hasta aquel momento.

Pensé que se trataba de algún Hocus Pocus pastor con algunas prácticas suyas y entonces se acercó a seis personas más, todos se cayeron, y yo como un cínico de verdad, volteé a Anne y le dije: «Anne, esto es una histeria!»

Cuando alguien lo hace por primera vez, todos lo van a seguir haciendo. Nadie iba a querer quedarse de pie, todos necesitan ser vistos, recibir lo que reciben en la tierra y si no lo reciben, se cuestionarán: «¿Qué ha ido mal?»

En ese momento Anne me dijo que me callara y yo me fui. No podía estar de pie y ver todo lo que estaba pasando, así que regresé en 15 minutos. En eso Anne volteó y me dijo: «David, ¿por qué no recibes una bendición?»

Y yo le contesté: «Oye, no te olvides, yo soy ateista!» - «Pero tú mismo dijiste que te vendría bien, estás muy enfermo», así que yo me fui nuevamente y regresé, y ese espectáculo duró más de dos horas, yo me iba y regresaba.

Entonces por fin dije: «Escucha, eres muy tonto, pudiste haber recibido la bendición ya hace dos horas y pudiste haberte ido a otro lado», así que me puse en la fila con unas 60 personas; tres curas irlandeses que entonces estaban parados delante del pastor Rookey, me bendecían sucesivamente, nada pasó y yo viendo al reloj por cuanto más tiempo iba a tener que estar ahí.

Miré hacía el reloj pero el padre Rookey, que a sí mismo se llamaba "rookie el sacerdote" (el cura principiante), dijo: «Yo solo soy cura principiante» y sonreí. Me dijo: «David, hay algo que me quieres decir a lo que yo respondí que no quería hablar con él».

Le dije que estaba muy enfermo, que el dolor era insoportable y que los doctores dicen que me quedan dos meses de vida. Él buscó en su bolsillo y sacó la cruz del tamaño de mi palma. La pequeña cruz negra y esa cruz contenía siete reliquias de los siete fundadores de la Orden de Servitas,siervas de María.

 

De ahí el nombre, el pastor Peter Mary Rookey, todos los curas Servitas tienen el nombre de María en su nombre, y así me puso la cruz en la mano derecha, luego con el pulgar tocó el aceite y con el consagró mu frente, en ese momento puso sus manos en mi cabeza y empezó a rezar y entonces recuerdo que tomó la cruz de mi mano.

La próxima cosa que recuerdo es estar acostado boca arriba, estuve en ese estado unos 20 minutos. Cuando me levanté del suelo, vi a un político con nosotros, de Irlanda, no era un político de muy alto cargo porque nosotros tenemos dos parlamentos - la Cámara de diputados y el Senado.

Los del Senado son senadores, es decir no son políticos. Él lo usa en gran medida en Estados Unidos porque ahí ser senador es una posición muy alta y cuando abrí los ojos vi quien estaba encima mío, y me sorprendí al ver al senador Donie Cassidy.

Yo le conocía porque era parte del negocio de música y lo primero que me vino en mente cuando abrí los ojos fue: «Dios mío, cuando él regrese a Dublín, qué le va a decir a todos los músicos alcohólicos sobre Parkes que estaba tumbado boca arriba - en el cementerio.»

Cuando me levanté y limpié mi ropa, me dijo: «Parks, el Espíritu Santo está fuertemente contigo, reposaste 20 minutos.» Pero yo no estaba consciente de nada que pasó, menos del calor achicharrante en mi cuerpo que iba desde arriba hasta las puntitas de los dedos.

Nunca más después de Međugorje no lo había experimentado, tampoco nunca antes de Međugorje, así que desde ese día los dolores, malestares, vómitos igual como diarrea por la enfermedad de Chrono desaparecieron por completo.

Estuve muy feliz de haber experimentado la sanación de espíritu. Desde esos dos milagros, como los llama la gente, aún más poderosa fue la sanación del espíritu. Estuve muy preocupado, no tenía paz en la vida, mi hijo mayor Ken, como he mencionado, nació con la fibrosis quística y no lo podía aceptar.

Jugue al fútbol profesional, tuve el gran honor de jugar contra Pele, George Best, jugador del equipo nacional de mi tierra. Y ahora, el futbolista en buena forma física, esbelto, hábil, poderoso, con mucha energía recibe el niño imperfecto. Le llamaba, mi cruz.

No lo podía aceptar de ninguna manera y eso hacía conflictos entre Anne y yo, así que dos veces le dejé a Anne, pero ella tiene la capacidad enorme de perdonar, así que me perdonó dos veces, me recibió de vuelta en el hogar. Gracias a Dios seguimos juntos y celebramos 46 años de matrimonio y todavía nos tomamos de manos porque si nos dejamos, podríamos matarnos.

Pero lo que pasó después de la sanación física fue el deseo de abandonar a Međugorje. Međugorje ardía dentro de mí y la iglesia de San Santiago fue como un imán.

No podía dejar de ir a la iglesia de San Santiago, así que íbamos a misa a las 7 en croata, luego desayunábamos y regresábamos a la misa en alemán y entonces por supuesto, a la misa en inglés. A veces nos quedábamos en la misa en italiano también.

Así de seria fue mi experiencia. Y una tarde estábamos sentados enfrente de la iglesia de San Santiago, solo estábamos sentados, no hablábamos, yo pensaba de los días anteriores y al mismo tiempo pasaba al lado mucha gente de nacionalidades diferentes. Los ingleses hablaron de la paz «peace», también escuchamos a unos croatas mencionando a «mir» y algunas personas contaban que experimentaron esa increíble sensación en la colina de las apariciones.

Volteé hacia Anne, estando todavía débil tras dos operaciones, todavía me estaba recuperando, así que la pregunté: «¿Quisieras que subiera a la colina de las apariciones en la que toda esa gente experimentaba la paz?» No estaba consciente de que era domingo que nosotros hoy llamaríamos el Domingo de misericordia de Dios, así que partimos por la tarde y cuandollegamos a la colina, estaba llena porque toda la parroquia de Međugorje subía en ese momento.

Cuando llegamos al lugar donde la Virgen supuestamente apareció el primer día, estaba llenísimo, así que Anne y yo bajamos de alguna manera de la colina y ella encontró una piedra enorme en la que se sentó y yo solo le daba la espalda a la colina mirando directamente hacia las dos torres de la iglesia de San Santiago, no sabía que hacer. Quería rezar pero no sabía, se me olvidó rezar y recuerdo que me dije a mi mismo que iba a rezar un Padre nuestro, pero esto fue todo lo que sabía.

Entonces intenté rezar a Dios te salve María y todo lo que conseguí decir fue eso: «Dios te salve María». Anne me observaba sentada en una piedra, como me lo contó luego, me observaba y notó que me puse muy nervioso y de verdad estaba nervioso porque no sabía rezar y ella saltó de esa piedra y se cayó al suelo, yo instintivamente le di la espalda a la iglesia hacia ella, extendí las manos la abracé y le pedí perdón por todo el daño que le hice, todo el dolor que les causé a nuestros hijos, a los miembros de la familia y nuestros hijos.

Ella empezó a llorar y tras eso lanzó sus manos alrededor de mi cuello y entonces, por ese pequeño gesto de amor, yo empecé a llorar.

Así lloramos abrazados unos diez minutos y cuando dejé de llorar, sentí esa paz interior inexplicable. La paz interior que le posibilitó vivir a David Parks con David Parks. Ya no quería irme de Međugorje. Como se acercaban los días de salida, no quería irme, recibía demasiadas cosas,cada momento estaba más cerca a Dios.

Veía el mundo de otra manera. Podía ver lo que Dios quería que viera por mis ojos y gafas. El día de la salida nos fuimos al aeropuerto el vuelo fue cancelado y yo quería regresar, pero todos los demás los 165 maniáticos religiosos, como yo los consideraba, habrían llegado a la guía. Si ella no estaba dispuesta a irse, la habrían hecho pedazos.

Y yo queriendo regresar a Međugorje. La gente decía: «No puedo creer que su esposo quiera regresar a Međugorje.» En esa fase de la vida yo no seríaigual de educado, especialmente en cuanto a la religión y la mayoría de las personas sabía que estaba enfadado por la enfermedad pero recuerdo que necesité 6 meses para que se repusieran los músculos del estómago después de esas dos operaciones.

Y cuando llegué a casa, todavía no podía cantar, los músculos no los tenía bastante fuertes, así que tres días tras regresar de Međugorje fui a ver al grupo. Cuando partí a Međugorje, a ellos les contaron que tenía dos semanas más de vida así que pensaron que nunca más me iban a ver estando bien.

Cuando entré al cuarto, estaba de pie y recto porque antes de eso estaba torcido por el dolor insoportabl e y ahí había siete músicos que tomaban mucho. Sabe, la mayoría de músicos, si son profesionales, encuentran la fuerza en el alcohol porque les disminuye el dolor y esas cosas  y cuando entré se quedaron completamente perplejos y solo me preguntaron que había pasado. Así que se lo conté y su reacción fue:«¡Eso es un milagro!»

«No puede ser, cuando te fuiste hace diez días, no pudimos ni pensar que ibas a entrar nuevamente.» Y así ellos empezaron a hablar sobre mí y en tres días me llamaron de la la asociación de músicos de su oficina en Dublín. Tenemos buenas noticias, una historia bonita, pero como si Dios hubiera decidido y estando aquí quería que yo hiciera algo por él.

Cuando volví a cantar unos 6 meses después, fue música rock, la colaboración duró hasta el septiembre de 1993, pero en septiembre sentí que me faltaban las emociones para ello. Eso es la única manera con la que lo podría describir y siempre le decía a mi grupo: «Mirad, cuando ya no tenga emociones, las llegadas no tienen sentido» porque éramos siete.

Y entonces decidí hacer algo para el Señor, simplemente sentí que poco a poco colocaba las cosas pequeñas en mi corazón que quería que yo hiciera. ¿Cómo se ha manifestado eso? En junio de 1993 la Sra. Heather Parsons que también era periodista, quería irse a Međugorje durante la guerra a hacer el documental sobre Međugorje durante la guerra y se pedían muchos voluntarios.

«¡Aquí estoy, Señor!» Mi familia estuvo angustiada mientras pensaba que entraba en la zona de guerra a hacerlo en el lugar santo. En todo caso llegamos y grabamos fuera de la puerta de la sacristía y en esa época el padre Filip Pavić fue coordinador para los peregrinos de habla inglesa.

Padre Filip, recuerdo cuando estuve aquí en 1989, era coordinador y tenía la voz maravillosa, siempre cantaba, aquí podía tener al coro sixtino, no le molestaba, él dirigía la música.

Y así grabamos y enseguida detrás de nosotros estaba la puerta de la sacristía, se abrió y por supuesto salió él y con su acento chicagüense preguntó: «¿Alguien aquí sabe cantar?» Esperaba que alguien supiera pero el equipo en ese momento le sugirió: «Padre, él sabe, él sabe!»

A eso le pedí disculpas al fray Filip por no poder cantar porque no había traido mis cintas. Él estaba parado un poco inclinado, se levantó y dijo: «No necesitas la cinta para canta por la Virgen», así que no pasé por la puerta sino debajo de la puerta sintiéndome muy pequeño, pero durante la comunión canté a Ave Maria a capella y me sentí de nuevo abajo y al final salí nuevamente a grabar cuando se me acercó un hombre alto, flaco como una cerilla y me pregunto qué estaba haciendo en septiembre.

A eso contesté: «¿A quién le interesa eso?» Se presentó como dr. Sam Worley. Dijo que estaba en cargo de la Conferencia Mariana en Pittsburgh y que le gustaría que viniera y cantara el Ave Maria.

Y así el Señor lo conectó todo junto. Fui invitado en septiembre, canté el Ave Maria y eso, me parece, veinticuatro veces en tres días porque en cada pausa me decían: «Canta el Ave Maria», ahí estaban diez personas que estaban en cargo de 10 Conferencias Marianas mayores a través de Estados Unidos y fui invitado. Así durante los próximos años, desde orador me convertí en el encargado de todas esas conferencias.

Así que el Señor ya lo había planeado todo, solo pidió mi aprobación para hacerlo. Señor, ¡qué feliz estaba, muy feliz! Estoy trabajando aquí en Međugorje desde el 2001, fue un episodio extraño, he viajado por Estados Unidos y por el mundo dando los conciertos cristianos desde 1993 como dije.

Al mismo tiempo mi hijo Ken se enfermó seriamente, tiene fibrosis quística, así que sus pulmones con el tiempo eran más y más débiles y muchas veces durante esos años tenía que dejar la gira y regresar por la dificultades serias de Ken.

Ahí estaba también un señor que tenía agencia de peregrinos con la que colaboro ahora, se llama Las peregrinaciones marianas. A veces era también guía así que él organizaba grupos una o dos veces al año. Desde el 1997 hasta el 2001 quedábamos cada enero porque él pensaba aprovechar la nueva tecnología, es decir Internet en promover su trabajo.

Así nos reuníamos en enero y me decía: «Mira, David, tú vas a Estados Unidos, ¿existe alguna posibilidad para promovernos por la página web?» La página web nunca se realizó así que en el enero de 2001 me llamó Tom y me preguntó: «¿Cuándo vas a Estados Unidos? Tengo que verte antes de que te vayas, aquí te va lo que quisiera que hicieras». Le dije: «Espera, Thomas, no puedo hacer nada por ti más que pomover tu página web.

Te dije que tenía mi carrera». - «Lo sé, pero podrías cuando estés en casa, podrías». Le respondí que no podía ni cuando regresara a casa. Me llamó 4 o 5 veces más pero siempre le daba una excusa. Pensé que me iba a deshacer de él solo si le dijera lo siguiente: «Mira, Tom, Ken está en la lista de espera para el trasplante de pulmones nuevos y si los recibe yo ya no estoy.»

No tiene nada que ver que esté haciendo yo en ese momento y cuanto esté fuera. Añadí: «Lo haremos cuando sea tiempo para ello» y así nos despedimos. Me fui a casa, son 5 minutos en coche y  cuando llegué, Anne me preguntó: «¿Qué tie ha pasado?»

Estaba tan nervioso y bajo la impresión que le contesté: «¿A qué te refieres?» Ella me preguntó si había tenido un accidente. Le contesté que no, que creía que iba a aceptar el trabajo. Ella me preguntó: «Dónde?» Yo contesté: «En Međugorje.»

Ella saltó de la silla en la cocina como si le hubiera tocado la lotería. En el salón estaba también Ken que apenas ese viernes salió del hospital y no se podía mover mucho, podía irse de la cama al baño cuando debía. Cuando escuchó toda esa emoción salió de la cocina y preguntó: «Qué pasa, qué pasa?» Anne le dijo: «A tu papá le ofrecieron un trabajo» y Ken preguntó en dónde". Anne contestó: «En Međugorje».

Él en ese momento se acercó a mí, se puso enfrente, me miró directamente a mis ojos y dijo: «¿Y tú lo aceptas, ¿verdad?» Frecuentemente me pregunto: «Por qué estás aquí?»

Me gusta cantar, me gustaría cada noche hacer un concierto porque sabía que aquí en Međugorje me iba a reponer, no por el don de la voz que me dio el Señor y una canción muy bonita y especial que inició todo lo que estoy haciendo.

Una canción muy bonita llamada "Déjame vivir". Trabajar con la gente es diferente, realmente, es muy difícil, porque hoy en día, todos piden mucho, como grupo de personas nosotros queremos todo enseguida y no hay tolerancia. La única cosa de mi trabajo es que aquí llega la gente sin esperanza alguna.

Lo que era correcto cuando éramos jóvenes ahora ya es completamente equivocado. Lo que es negro ahora es blanco y eso es muy difícil. La razón porque el Dios me mantiene aquí es porque destacó su generosidad, y destaco su perdón que nos da a nosotros e intento mostrar que nosotros debemos apoyarle al Señor, no podemos seguir siendo pasivos, de verdad tenemos que ser sus soldados. Realmente debemos vivir la fe, no solo hablar de ello porque no tiene sentido. Hablar no tiene importancia.

Y por eso nosotros debemos destacar públicamente nuestros valores y decir: «Mira, ¡yo soy católico!» Porque, tú puedes ser parte de religión cualquiera, musulmana, baptista...o de cualquier iglesia en el mundo y ellos tienen voces altas, son agresivos.

Y nosotros que somos católicos lo tenemos todo y a la gente no le decimos nada. Ya, no creo que todos deberíamos ahora caminar por las casas y tocar el timbre, pero daría todo de mi parte que la gente viera que al Señor lo tengo presente en mí.

Creo que nosotros tenemos la habilidad de acercar a la gente a la fe, pero también tenemos la habilidad de apartar a la gente por lo que decimos o como hacemos algo. Así que el mayor regalo que pude haber recibido es ser parte de este lugar maravilloso que ha cambiado a millones de vidas humanas, a millones de personas.

Y con solo poder ver, como lo digo a menudo, en el encuentro con los peregrinos, me veo a  mí mismo cada semana. Siempre en el asiento delantero, enfadado, de mal humor y entonces en dos días veo que la Virgen los aceptó igual como a mí me tomó tiernamente para acompañar a su hijo Jesús.

Pienso que la gente regresa a Međugorje porque aquí tienen la experiencia de  la paz divina, igual como del amor divino. Como ya he dicho, tengo 68 años, todo lo que nos han enseñado en la escuela fue el miedo a Dios. Nosotros le tuvimos mucho miedo a Dios, pero cuando llegué aquí en 1989, una de primeras cosas que aprendí fue el amor de Dios.

Él nos quiere y no importa qué tan lejos estés de él; no tiene importancia que hiciste en contra de él. Muchas veces me sentía como San Pablo. Cuando crecía, cantaba en el coro en la iglesia de San Pablo en el barrio Arram Quay teniendo 11 años. Justo detrás del altar grande estaba el mural enorme de San Pablo cayéndose del caballo y por años no lo conectaba. Era como él, perseguía a la gente y entonces llegué aquí, comprendí lo que el amor de Dios podía hacer por uno y realmente creo que por eso la gente regresa.

Hay gente que dice: "Sabe, llegué aquí para llenarme con este paz. Regreso para conseguir la paz que solo Dios me puede dar". Y yo creo que es el mayor cumplido que podemos dar. Una cosa bonita más es, para no decir la palabra equivocada, aquí en Međugorje no hay nadie que te presione con eso.

No hay nadie para decirte cualquier cosa insistiendo que le creamos. Y yo siempre recuerdo a la guía cuando llegué aquí por la primera vez. Recuerdo el cuento de como el joven Santiago llego a Fray Jozo para darle la noticia del mensaje de la Virgen.

Él no preguntó a Fray Jozo si le creía y yo creo que es uno de las mayores confesiones: «Sabe, yo le digo esto y haga con ello lo que quiera usted.» Mi hijo menor, Gary tenía mucho miedo antes de venir porque pensaba que aquí había una especie de máquina en la que te ponen para sacudirte.

Él pasó por aquí, por como yo le digo, por Međuheights (Međualturas), pero aquí sientes solo el amor. Y los amigos que encuentras aquí en Međugorje si estás en la peregrinación, porque posiblemente no te encontrarás más con ellos, es una amistad real.

Recuerdas todo lo que te decían, la herida y dolores que te hicieron siguen doliéndote pasa alrededor de la mesa, durante la cena. En casas, sabe, porque reina la paz entre la gente alrededor de la mesa.Las guías hablaron toda la semana y quizás justo el día antes de irse te cuenten una historia que es tan poderosa y tú llegas a comprender que eso es la razón por la que estás aquí.

Nunca antes había visto a esa persona, pero ella te dio la respuesta que le pides al Señor. Así que, Međugorje me sorprende siempre nuevamente. Aquí siempre hay algo nuevo, de aquí sale la cantidad enorme de gracia y beniciones.