5ª Reflexión cuaresmal: Fray Stanko Mabić sobre la prueba y la tentación - Parte II

Fecha: 24.03.2021.

En la quinta meditación cuaresmal, y tercera suya, fray Stanko Mabić siguió hablando de la prueba y la tentación, y al principio se refirió a San José, que "también fue probado".

“A él Dios le habla en el sueño y le dice: “Toma al niño y a la madre y huye a Egipto, Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2, 13). Es una autentica prueba. En el lugar de José, yo diría: Esta bien, Señor, tú que eres omnipotente, que separas el Mar Rojo, que creas -en tu palabra todo llega a ser- y nadie es igual a ti; y que un tal Herodes pueda matar a tu Hijo, ¿acaso no puedes pararlo? No es necesario que esté huyendo ahora en un burro con Jesús, es un viaje largo a través del desierto hasta Egipto... Es una prueba. Mis pensamientos se opondrían al Señor. “¿Eres realmente tú Señor, y ese es tu Hijo? Si Tú no puedes defenderlo, ¿quién podrá?” Pero José, sin palabras, sin protestar, y sin la pregunta de cómo, por qué, dónde o pero, toma a la madre y al niño, y por la palabra de Dios va a Egipto. Solo porque José estaba en silencio, porque estaba a la escucha de la palabra de Dios, supo reconocerla y fue obediente hasta el final”, nos dice fray Stanko y pone ante nosotros el ejemplo del cardenal Alojzije Stepinac, en cuyo caso tenemos la prueba y la tentación al mismo tiempo. 

“Dios le pide que permanezca fiel a su palabra, que permanezca fiel a su Iglesia, que permanezca fiel a su pueblo. Stepinac sabe que será perseguido si permanece fiel, que será torturado, que perderá su libertad, que podrá morir como mártir, que su pueblo sufrirá… eso fue duro, difícil de aceptar. En cambio, si acepta lo que le piden las autoridades comunistas, tendrá privilegios, honores, todos los bienes… Fue puesto entre las dos cosas: la prueba y la tentación. Sabía cómo elegir la prueba, por mucho que sufriera. No podría haberlo hecho si no hubiera vivido en santidad desde su niñez, entregando su corazón a Dios y escuchando su palabra”, dijo fray Stanko, explicando también las pruebas que tenemos a diario.

“La madre concibe a un hijo, ve en el ultrasonido que el bebé está enfermo, discapacitado, con necesidades especiales, que tiene síndrome de Down. Muchas madres deciden abortar de inmediato, no están preparadas para aceptar a ese niño que exige mucho más tiempo, que necesita hacer ejercicio todos los días, ir al médico, y ¿cómo será su aspecto? Es una prueba. No tendré tiempo para mí, para la diversión, para el turismo… Son muchos desafíos, muchas pruebas. El médico le dice que el niño no está sano, es discapacitado, lo mejor sería abortarlo. Es decir, la madre está entre la prueba y la tentación.

Todas las familias que recibieron esa dura noticia de que el niño venia discapacitado, que tenía síndrome de Down, se preguntaban: ¿Cómo voy a salir adelante con este niño? ¿Podré hacerlo? Es una gran prueba, pero muchas familias, casi todas las que conozco y tienen un hijo así, han recibido una bendición con ese niño. Cuando la familia estaba en crisis, ese niño sabía cómo sacarla de la crisis. No solo los padres, sino también los hermanos y hermanas, recibieron una bendición en ese niño porque aceptaron la prueba que se convirtió en bendición”, dice fray Stanko en su meditación, y añade que “una de las pruebas mas grandes es la prueba apocalíptica”.

“Hay muchas citas de la Sagrada Escritura que hablan de esa prueba que estará al límite y más allá de nuestras fuerzas. Es una prueba del fin del mundo. San Mateo, en su Evangelio, en los capítulos 7 (15-20) y 24, dice: “Ese será el tiempo de gran prueba. Aparecerán falsos profetas, falsos mesías”. Y en Apocalipsis 3,10 dice: “Porque has guardado mi consigna de perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, que está por venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la tierra”. Será la hora de gran prueba. A los discípulos de Jesús los odiarán, los llevarán “ante gobernantes y reyes" (Mt 10,18). Jesús advierte: "Mirad que nadie os engañe" (Lc 21,8), “Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie delante del Hijo del Hombre”. (Lc 21,36). Desaparecerá la fe en la tierra, dice Lucas. “Al crecer la maldad, el amor de muchos se enfriará“, dice Mateo en su Evangelio (Mt 24,12). Aquí Jesús se refiere a la prueba de los últimos tiempos, a la prueba apocalíptica. Jesús no nos dice que le pidamos a Dios para que no venga esta gran angustia, la prueba del fin del mundo, sino que oremos para que no nos rindamos, sino que le busquemos a Él sin cesar”, nos dice fray Stanko en su meditación, refiriéndose a la tentación que, como ya había señalado, viene de Satanás, y nos remite de nuevo al ejemplo del beato Stepinac.

“En el caso de Alojzije Stepinac tenemos lo mismo. Si simplemente firmas, obtendrás todos los privilegios posibles. Pero él no firmó a pesar de que fuera tentador, porque no quería entrar en dialogo con la fuente de su tentación, sino con su Señor.

Hay que tener claro que Satanás, el diablo, no es una criatura estúpida, con cuernos y cola, que va por ahí asustando a la gente. Es un ser muy inteligente e infeliz por dentro, que seduce a las personas. Él no es ni el cornudo, ni tiene la cola, sino un ángel caído, Lucifer, el Portador de la Luz, un ángel seductor”, nos dice fray Stanko Mabić recordando el dicho que los santos son atormentados por dos demonios, y el resto de nosotros solo por uno.

“En otras palabras: las auténticas pruebas y verdaderas tentaciones comenzarán a llegar cuando decidamos vivir radicalmente para Jesús. Hasta que no comencemos a vivir verdaderamente el evangelio, no tendremos ni auténticas pruebas ni tentaciones”, dijo fray Stanko que al final citó a San Agustín: “En el santo bautismo abandonarás el pecado, pero no la concupiscencia; con ella tendrás que luchar después del renacer también. La lucha entre el bien y el mal permanece en ti. Y, tu principal enemigo está en ti, no fuera de ti".

Al final de su reflexión, fray Stanko nos explica cómo resistir estas tentaciones.

“Veamos cómo lo hizo Jesús y nos mostró el camino. Jesús no fue al desierto por curiosidad o ambición. Apenas fue bautizado en el río Jordán, el Espíritu Santo le llevó al desierto. Es decir: voy adonde me lleve el Espíritu Santo, y no mi espíritu humano que está herido por la concupiscencia, por el pecado original, y que me seducirá. Por lo cual, voy adonde el Espíritu Santo me lleva. Jesús oró, ayunó y habló con su Padre celestial durante 40 días. La forma de resistir la tentación es, por lo tanto, entregarnos a la guía del Espíritu Santo, escuchar sus impulsos, no los impulsos de mi naturaleza herida por el pecado, orar, ayunar y tendremos la fuerza necesaria. Le dirigimos oraciones a Jesús, no para que nos libere de todas las pruebas o tentaciones, sino para que esté con nosotros en las pruebas. Cuando seamos probados, seremos más fuertes, y es por eso que Dios nos manda pruebas.

Terminaría con el Salmo 16(15), 8-9:

“Tengo siempre presente al Señor,

con él a mi derecha, no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas,

y mi carne descansa esperanzada.”

Toda la meditación cuaresmal de fray Stanko Mabić, con el acompañamiento musical de fray Zvonimir Pavičić, puedes ver AQUÍ.