Mensajes de Nuestra Señora

Mensaje, 25. agosto 2010

¡Queridos hijos! Con gran alegría, también hoy, deseo nuevamente invitarlos: oren, oren, oren. Que este tiempo sea para ustedes tiempo de oración personal. Durante el día encuentren un lugar donde, en recogimiento, puedan orar con alegría. Yo los amo y los bendigo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”