Mensajes de Nuestra Señora

Mensaje, 25. febrero 2003

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a orar y ayunar por la paz. Como ya lo he dicho, y se los repito también ahora, hijitos, sólo con la oración y el ayuno también las guerras pueden ser detenidas. La paz es un don precioso de Dios. Busquen, oren, y la recibirán. Hablen de la paz, y lleven la paz en sus corazones. Cuídenla como una flor que necesita agua, ternura y luz. Sean quienes lleven la paz a los demás. Estoy con ustedes e intercedo por todos ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”